La maldición de Kylemore de Jacinta Cremades
No hay viento favorable para aquel que no sabe adónde va, dijo Séneca. Y se juró dominar los vientos para que soplaran a su favor.
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La maldición de Kylemore de Jacinta Cremades
No hay viento favorable para aquel que no sabe adónde va, dijo Séneca. Y se juró dominar los vientos para que soplaran a su favor.
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