A La Sombra Del Arcoíris 

Ojalá te vieras a través de mis ojos.

Los amigos son aún más especiales, porque los eliges tú.

La vida no se tiene, se vive.

Es absurdo preguntar a las olas del mar, sus respuestas nunca serán las mismas, porque mueren en la orilla y renacen de forma distinta.

Había días como aquel en que el color rojo se adueñaba de todo y te hacía sentir en Marte, días en que los pies levantaban el polvo de aquella tierra roja y el sol, hundiéndose en el horizonte, prendía fuego al océano. Yo sentía cómo aquellos tonos penetraban en mi piel llegaban hasta mi espíritu y gobernaban mis sentimientos. Y de alguna manera, me sabía en casa, con ese silencio pautado entre las olas, con esa intensidad de luz ardiente que me impulsaba hacia delante...como si el escenario estuviera ya desplegado y yo solo tuviera que tirar adelante e ir a por lo que debía ir.

Somos un algo en espera mientras la vida sucede.

Es como si viviera tan solo por el segundo siguiente que está por venir.

Un beso que era aire, que decía todas las palabras que no podían salir en aquel momento de nuestras bocas por estar pegadas, pero que sonaban claras. Un beso sin censura a unos sentimientos que quedaron evidenciados.

A lo lejos se adivinaba el mar, donde la luna creaba una estela que parecía una escalera ascendente hacia ella.

Mi primer beso fue una puesta de sol que me abraso de fuera a dentro.