Memorias de abajo

Después de haber acariciado el surrealismo, Leonora Carrington, huye de la Francia del Vichy a España y es internada en un sanatorio. Este libro recoge los textos que, a manera de diario, escribió la autora. Una obra delirante y no precisamente por los delirios de Carrington, si no por el constante cuestionamiento de la realidad y de la locura desde el encierro y por las descripciones que hace del tratamiento cruel del Doctor Morales, encargado del establecimiento psiquiátrico. Un libro escrito con lucidez, dolor y algo parecido a la ternura de quien descifra el mundo pero no es comprendido. El libro incluye algunas de las ilustraciones de Carrington.

Desde el día que ha llegado a mi casa (muchas gracias @sonechka.rr ) me estaba haciendo guiños, gestos e incluso, en algún momento, me ha llegado a gritar para que me fijara en él. Sabía que estaría entre mis próximas lecturas por lo que ni siquiera lo he llegado a colocar en la estantería. Lo que no sabía es que me duraría tan poco y que me haría compañía en una noche de insomnio. Dicha noche fue como el empujón que necesitaba. Dejé a un lado las lecturas que tenía entre manos, leí la primera página y cuando me quise dar cuenta ya había terminado.

Ha llegado el momento y no tengo muy claro cómo debería afrontarlo. ¿Cómo hablaros de este libro? ¿Cómo sería la forma correcta de hacerlo? ¿Me centro en él de forma individual o como lectura complementaria de otro que ya había leído?

Hace unos meses leí 'Leonora' de Elena Poniatowska y me quedé con ganas de más. Me quedé con ganas de seguir ahondando en la obra de la autora y con ganas de descubrir la de la protagonista. Pues bien, para mí leer a Carrington después de haber leído a Poniatowska ha sido un acierto. 'Memorias de abajo' es cómo una pieza de puzzle que ha llegado a completar el libro de Poniatowska. Una pieza desde el punto de vista de la propia protagonista, de su puño y letra, sus propias palabras para describir esa horrible experiencia que tuvo en España. Horrible experiencia que la marcó de por vida. Han sido dos lecturas que se complementan, qué tendrían que ir de la mano, qué se tendrían que leer juntas.

Como lectura complementaria tengo claro que la he disfrutado. Como lectura individual considero que se me quedaría corta. Si no hubiera leído antes sobre Leonora no lo llegaría a comprender, me perdería detalles que considero importantes y me dejaría un tanto fría. al ya haber leído sobre su vida me he dejado llevar, he disfrutado, he sufrido y he tenido una segunda visión de esa experiencia que ha vivido en un sanatorio de Santander.

Es complicado plasmar la situación y lo que he llegado a sentir. No me atrevo a recomendar esta lectura de forma individual, la verdad. Si os apetece leerlo, leed los dos libros para tener el puzzle completo.

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Me enfrenté a Memorias de abajo por un solo motivo: me lo prestó mi amiga y quería devolvérselo antes de que se fuese (total, era cortito). Lo abrí sin muchas ganas y leí el prólogo de Elena Poniatowska antes de quedar nuevamente con ella. Sólo eso y nada más, pero el sortilegio ya había surtido efecto: me iba a gustar.

¿Te gusta el surrealismo? ¿Te interesa Leonora Carrington? Este libro, escrito en francés en 1943, os sumergirá en la experiencia de la enfermedad mental y la vivencia de un tratamiento, que nadie se molesta en explicar a la receptora, desde un punto de vista muy curioso: el de una persona capaz de "sobrevolar" su propia historia y, a pesar de utilizar la escritura como algo terapéutico, transmitir lo sucedido casi como lo haría alguien externo a esa estadía en Santander, con objetividad.
¿Quieres tener un poco más de información sobre el funcionamiento de un psiquiátrico español en 1940? Lee este libro (lo que se relata aquí es bastante común a los sanatorios de la época, no es que este hombre sea simplemente un sádico, que también).

Yo, por mi parte, "me veo obligada" a seguir conociendo un poco más a esta mujer. En breve me pondré con la biografía que escribió nuestra excelente prologuista.

“Memorias de abajo” lo adquirí al ver la exposición de Leonora Carrington el pasado año en Madrid. Relegado desde entonces a la estantería empecé el año pensando que lo quería leer pronto. Y asi ha sido. No me duró ni una tarde (es muy corto).

La locura empezó a desatarse en Leonora cuando Max Ernst fue llevado a un campo de concentración. Ésta se agravó cuando huye a España y sufre una agresión sexual. Por orden de su padre es trasladada a un centro psiquiátrico en Santander y la ponen en manos del Doctor Morales.

El relato se trata de un conmovedor testimonio de la estancia de Carrington en este centro psiquiátrico durante la época franquista.

Es una narración lineal, a modo de diario, que escribió pocos años después de sufrir esa terrible experiencia. Son apenas 80 páginas donde un mundo entero se condensa con una lucidez que pone los pelos de punta.

No es una lectura fácil pese a su brevedad. Te mete en lo más recóndito de su mente y el surrealismo de sus pinturas también se ve reflejado en su manera de narrar.

Su manera de ver la vida se salía de los cánones establecidos y fue tildada de “loca”. Pero Leonora fue muy valiente y utilizó toda esa valentía para encontrar la paz que necesitaba.

Sin duda fue una mujer fascinante.

breve historia narrada por la propia Leonora, sobre su ingreso involuntario en un sanatorio mental en Santander.
Hija de aristócratas, desde pequeña, Eleanora destacó por no encajar en los cánones establecidos para alguien de su condición, su mente e inquietudes iban más allá. Tras su paso por diversas ciudades europeas, pudo por fin conocer a artistas con los que sentirse ella misma.
Instalada en París, con su pareja Max Ernst, activista antifascista, su vida dio un giro inesperado... La detención de Max y su encierro en un campo de concentración, dispararon la frágil salud mental de Leonora, que huyó a España pensando en una vida mejor. Su llegada a Madrid y una vi.lación por un grupo de carlistas, la sumergió en un estado en el que su voluntad fue totalmente anulada. Y así, y con sus padres moviendo hilos desde Inglaterra, acabó en el sanatorio de Santander.

Allí vivió el horror. Horror que retrata tan bien en estas memorias. Tiempo de gran sufrimiento, tanto mental como físico, debido al tratamiento y al trato (in)humano al que allí fue sometida.
Sin autocompasión, sin evasivas. Leonora no esconde ni sus delirios ni todo lo que le hicieron a su cuerpo y a su mente. No valía nada en esos momentos, no era nada...

Resulta imposible hablar de Leonora Carrington y lo que cuenta en estas memorias en tan poco espacio. Antecedentes rápidos: con poco más de veinte años se fugó con el artista surrealista francoalemán Max Ernst (él tenía 47) a un pequeño pueblo en Francia donde, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Ernst fue detenido primero por los franceses como posible extranjero enemigo y después por los alemanes tras la ocupación. Leonora cayó en una depresión y, sin tiempo para recuperarse, huyó a España. Ya en Madrid sufrió una crisis nerviosa que acabó con su ingreso en un manicomio en Santander. de los meses que pasó allí habla en Memorias de abajo, que escribió en 1943.

Esta es la parte exterior. La interior es la que ella confiesa en estas memorias, y es que fue violada por un grupo de hombres en Madrid y se cree que ese fue el origen de su crisis nerviosa y posterior ingreso. No dice que detrás de este internamiento estaba su propia familia, que no acudió a visitarla en ningún momento (mandaron en su lugar a la nanny que la había cuidado hasta los veinte años).

Leemos un relato pormenorizado desde el arresto de Ernst hasta el momento en que Leonora consigue huir de la “clínica” y refugiarse en la embajada de México. Sus delirios, visiones, la consciencia de las personalidades que escondía en su interior (se creía la reencarnación de la reina Isabel I), tratamientos, vejaciones, las personas que “cuidaban” de ella… Leonora rehizo su vida en México, pero lo que cuenta aquí es escalofriante (aun cuando las propias alucinaciones planteen interrogantes sobre sus recuerdos).
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Qué difícil me resulta hablar de este libro que me ha dejado sin palabras. Leonora Carrington evoca los recuerdos de su encierro involuntario en un sanatorio durante el tiempo que pasó en España, tras dejar la Francia ocupada y presenciar el arresto de su pareja. ¿Hasta qué punto los delirios fueron una huída del mundo salvaje del que fue testigo?, ¿O fueron un refugio frente a la tortura a la que fue sometida durante su encierro? ¿Cuanto de creación artística había ya en esas elaboraciones? Creo que algo había de todo ello. Sus pensamientos, sueños y delirios contienen tanto de denuncia, de crítica y de verdad que solo no podemos sino constatar que ella era la que estaba cuerda. Hay muchísima belleza en estos diarios, también mucha crudeza, y nada de autocompasión. El poder de sanación que otorga a la naturaleza y su capacidad para no rendirse son ejemplos de esta belleza.
Me he sumergido como he podido en su vida y en su obra, pero no la alcanzo. Me resulta inaccesible por su complejidad, por lo extraño que me resulta su lenguaje, porque me abruma su personalidad (libre, indómita)…y todo ello me ha dejado paralizada, « agarrotada ». Necesito y quiero más, sobretodo porque, además, vivió en mi adorado México, donde conoció a otras artista (Leonor Fini, Lee Miller, Kati Horna o Remedios Varo), y todo ello va a hacer mi proceso de descubrimiento aún más apasionante.
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OPINIÓN:
“Memorias de abajo” una lectura despiadada. Leonora Carrington tiene una biografía descomunal para la época. Empapada en el surrealismo, esta pintora y escritora inglesa sufre vejaciones en un sanatorio mental de España.
La salud mental en los tiempos franquistas fue inhumana, con tratos denigrantes y una muerte en vida asegurada.
Un relato profundo, salvaje y conmovedor. Necesaria lectura para documentarse de que no hace más de ochenta años atrás, si te mostrabas o pensabas diferente a los demás, eras considerado un enfermo mental.

“El mundo que pinto no sé si lo invento, yo creo que más bien es ese mundo el que me inventó a mí”

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Al leer "Leonora" de Elena Poniatowska tenía que investigar más sobre la pintora Leonora Carrington. Me enamoré de sus cuadros. Creo que El Ancestro es mi favorito, me parece fascinante. También decidí leer sus "Memorias de abajo" (Down Below), recuerdos de su estancia en un manicomio. En España los publicó Siruela en 1991 junto a varios relatos cortos de Leonora.

Al conocer ya la novela de Poniatowska el contenido de este libro no me ha sorprendido. Definitivamente la escritura de Carrington me gusta menos que sus cuadros. El idioma que emplea es muy pobre, se ve mucha ingenuidad en los textos. Los recuerdos del sanatorio tienen elementos esotéricos que reflejan el estado de la mente de la autora cuando estuvo ingresada, pero también hacen la lectura algo más laboriosa. Los cuentos están estilizadas a cuentos infantiles con elementos surrealistas y se leen rápido. Esos sí que parecen más novedosos. El último, "El pequeño Francis", contiene muchos elementos autobiográficos (la relación con Max Ernst) escondidos a plena vista y me parece muy bien hilado.

Lo recomiendo a todos que están fascinados por la vida de Leonora, pero a los que no conocen el personaje os sugiero primero leer algo sobre su colorida biografía.
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