La vida después de ella

Las relaciones comienzan y terminan sin que nadie tenga derecho a culpar al otro de su dependencia emocional.

Todos, antes o después, acabamos anteponiendo nuestra propia felicidad a la de las personas que más queremos.

Yo me enamoré de Blanca a fuego lento, cuando ya éramos novios, cuando ya nos queríamos de una manera que sabía que nunca volvería a ser posible con otra persona. Y no lo era.

No, no fue el frío. Fue la pena. La culpa. La añoranza. La pérdida. Los recuerdos.

- Dime Elisa... Fuisteis felices esos últimos meses de Blanca? Los 4 meses que vivió contigo, que viajasteis y todas esas cosas.
- Los más felices de mi vida.
- Pues entonces... Ella consiguió su objetivo.

Todo el mundo me decía que algún día volvería a ser feliz, pero a nadie se le había ocurrido mencionarme que el mejor sentimiento del mundo era la paz.