Este libro es una historia corta que se lee muy rápida, ambientada en Navidad, pero que no me ha convencido. La trama es un poco inverosímil ya que una casa heredada que pertenece a dos personas se convierte en el arma que usa el protagonista para vengar el sufrimiento de su madre. Wyatt quiere echar de la vivienda, ahora convertida en residencia de ancianos, a la mujer con la que su padre, supuestamente, fue infiel a su madre. Esta señora tiene dos hijas allí que son las que la gestionan. La mayor, Bailey, es quien se enfrenta a él e intenta por todos los medios no perder la casa. No he comprendido por qué Wyatt podía echarlas si la madre de Bailey es copropietaria. Además, las condiciones que él impone son tan absurdas que no he entendido por qué el abogado que contratan ellas no las echa por tierra. Es increíble el plazo que Wyatt les da para que le paguen o abandonen la vivienda. El libro pretende ser una novela navideña donde el malvado se arrepiente de sus actos y sucumbe al amor, pero la trama no es creíble y el amor surge en cuestión de horas entre los protagonistas. Me han gustado más los secundarios, el anciano que queda en la residencia en Navidad y Maeve, la madre de Bailey, la cual aporta más emoción a la historia que ninguno de los otros. + Leer más |