Los días perfectos

La facilidad de juzgar ante algo que no es sentido en nuestras propias carnes. Luís, el protagonistas del libro de Bergareche nos sumerge en su propia vida sentimental a través de cartas que le envía tanto a su mujer como a su amante. Viviendo una vida marital monótona y a la que no sabe sacarle jugo, cae ante el abismo de buscar en otra persona lo que no encuentra en él mismo. Y tras esos sucesos se va dando cuenta de que una relación puede ser pasional y otra con más conexión pero que ambas forman parte de su vida y sin excusas y con un desagravio hacia sí mismo conocemos la historia en primera persona y la desesperación de poder encontrar algún día un día perfecto.

La relación de los seres humanos con el amor no suele ser algo sencillo de narrar, a algunos les enseñan desde niños que es lo que más deben codiciar, a otros lo que deben temer y los últimos que es lo que deben utilizar para sobrevivir. El amor es un sentimiento universal, uno de los más mencionados y experimentados por la humanidad. Casi todas las canciones hablan de amor, del que se disfruta y del que te lleva a ti como persona hacia lugares de tus propios pensamientos que no sabías que existían.

Cuando conoces a Luís en Los días perfectos no es que te caiga bien, no es que entiendas todas sus acciones pero sin duda no puedes dejar de dar validez a sus sentimientos. Porque se está abriendo, porque se está contemplando tanto desde dentro como desde una perspectiva de espectador, y a ti, como lector te hace empatizar con un sentimiento tan ardiente como el amor, ¿Quiénes somos nosotros para decirle a Luís lo que debe sentir?

¿Sabéis lo que os vais a encontrar en Los días perfectos? Una lectura ágil, instantánea, directa al lector. Unos sentimientos palpables y aunque no fuesen experimentados por quien los está leyendo, no dejan indiferente a nadie. Pero también os vais a encontrar una relación epistolar con Faulkner y un análisis del amor desde el propio corazón.

Quizás no sea un cuento de amor pero si es una relación que tiene que ver algo con el querer.

Hoy os traigo la reseña de Los días perfectos de Jacobo Bergareche. El autor nos presenta a Luis un periodista que se desplaza a Austin, Texas, para un congreso. Este viaje es una coartada para verse con Camila. Cuando está a punto de partir recibe un mensaje que trastoca sus planes y se esconde en un archivo de la universidad, donde se topa con unas cartas que escribía William Faulkner a su amante Meta Carpenter. Inspirado por estas cartas, redacta dos cartas larguísimas sobre su matrimonio y su aventura amorosa. le lleva a reflexionar sobre ¿qué es un día perfecto?
Es un libro que se me hace difícil valorar porqué hay frases que me han gustado, pero por otro lado el periodista me ha parecido egoísta, que no tenía sangre en las venas. ¿Me hubiera gustado conocer el otro punto de vista? Sí, para mí, este libro pedía también el punto de vista femenino. Se lee muy rápido y te deja algún fragmento para el recuerdo y te hace plantear las relaciones.
“… ya se sabe que los recuerdos que no se apoyan en imágenes, ni palabras, ni objetos se deshacen poco a poco en la memoria, pierden la nitidez, sus contornos se diluyen, sus colores se entremezclan y al final solo queda una mancha borrosa de luz contra esa oscuridad que termina por engullirlo todo”.
“Días que no necesitemos explicarnos ni recordarnos el uno al otro, que sean parte de un repertorio a prueba de óxido, que no admita desgaste, como los standards de jazz que jamás se desgastan, que pueden tocarse mil veces, ser siempre distintos sin dejar de ser nunca ellos mismos”.

“Es importante la memoria de cómo salía un día perfecto, pero es más importante aún estar abierto a tenerlo, a seguir las pistas en cuanto asome la posibilidad de un gran día” ~ Los días perfectos de Jacobo Bergareche.

Los días perfectos narra las relaciones personales de su protagonista, Luis.

En la primera parte, Luis escribe una carta a Camila, una mujer a la que conoció durante un viaje a Estados Unidos para cubrir un congreso. Luis se enamora perdidamente de ella y se convierte en su aliciente para seguir viviendo. Cuando planea el segundo viaje recibe un mensaje de Camila en el que ella rompe esa relación así que durante su segunda estancia visita la biblioteca y encuentra unas cartas de William Faulkner a su amante. Así, a modo de paralelismo, le escribe a Camila y en esas cartas conocemos cómo se conocieron y cómo vivieron esa relación.

En la segunda parte, Luis escribe a Paula, su mujer, durante su vuelo de regreso a España tras romper con Camila, cuando ya sabe que esa relación no tiene futuro. En ella, aborda su relación, la monotonía y la pérdida de deseo y plantea cómo pueden recuperar su amor, las ganas de estar el uno con el otro más allá de su papel como padres. También toma como base las cartas de Faulkner, desde otra perspectiva.

Me ha gustado la historia, sobre todo por cómo está planteada pero reconozco que he disfrutado más con la lectura de la segunda parte, quizá porque el protagonista pone su corazón y sus sentimientos sobre la mesa, así a bocajarro, con el fin de recuperar una relación que quiere pero que siente perdida, aunque me ha parecido que este personaje necesitaba un bofetón porque esto ya lo podía haber pensando en la primera vuelta.

“¿Qué es lo que queda entre nosotros realmente aparte de una serie de rutinas con las que hemos mecanizado nuestro matrimonio?”, se pregunta Luis en esa carta a su mujer. Es una buena pregunta para hacerse pero quizá la visión sea ver esas rutinas no como un tedio sino como parte de esa felicidad, de esa presencia, porque, a ver, ¿quién no echa de menos las rutinas, incluso las más intolerables, de algún ser amado que ya se ha ido? Libro recomendable para reflexionar sobre qué es realmente un día perfecto porque no necesitamos mucho para que lo sea, solo vivirlo con quienes amamos.

La búsqueda de la felicidad ha sido y es un tema recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Luís, nuestro protagonista, no es ajeno a ella y nos narra su historia a través de dos cartas, una a su amante, otra a su esposa. La historia es sencilla y nada novedosa. Un hombre infeliz, cansado de su monótono matrimonio conoce a una mujer en un congreso y a partir de ahí siente encontrar la felicidad. Sus encuentros, a penas unos pocos días en un congreso anual durante dos años consecutivos, no dejan de sorprender por la intensidad de los sentimientos y por la relevancia que le da en su vida. Sus vivencias se convierten en únicas, sus encuentros en perfectos… un enamoramiento en toda regla en contraposición al agotamiento de la rutina de la pareja, a la pérdida de la chispa, al tedio de un día a día que no le parece suficiente.
Jacobo Bengareche (1976) nos enfrenta a situaciones que todos debemos valorar, pensar y afrontar en algún momento de nuestra vida en pareja, en cierta manera nos abre los ojos a realidades comunes y para ello monta su novela desde el descubrimiento, por parte del protagonista, de la relación epistolar de William Faulkner y su amante Meta Carpenter. A partir de estas interesantes cartas, crea un juego de paralelismos que le sirve para disertar tanto la relación con su amante, como posteriormente la que tiene con su mujer, y esto lo hace, a mi parecer, de una manera fantástica. La nostalgia, la renuncia, la pasión, el amor y el desamor… temas universales que rondan y te hacen reflexionar.
Su visión, a mi parecer bastante pesimista de las relaciones en pareja, habla de los pocos días perfectos que existen en una vida y a la necesidad de estar abierto a tenerlos, a seguir las pistas en cuanto asome la posibilidad de un gran día. Pero…¿realmente hay tan pocos días de felicidad como nos pretende mostrar? ¿es necesario ese subidón adrenalítico para sentirse feliz? ¿es eso realmente la felicidad? ¿qué es la felicidad para el autor?
Bengareche nos coloca frente a la búsqueda de días perfectos, días que son escasos y que no deberíamos dejar pasar pues… ¿quién no quiere vivir esa felicidad?

Los días perfectos, de Jacobo Bergareche, es una novela corta, que transcurre en dos (extensas) cartas. La primera, a su amante, con quien espera encontrarse durante su asistencia a un congreso en Austin, cuando se entera de que ella acudirá con su marido y que por tanto da la relación por terminada. Y la segunda, a su mujer, durante el viaje de vuelta a España.

En la primera, el protagonista reflexiona sobre la importancia de disfrutar el momento, ese que no sabemos si se va a volver a repetir, así como en la esencia de la felicidad, que puede estar contenida en una partida de ping pong con la persona amada, sin necesidad de grandes proezas.

En la segunda, reflexiona sobre la rutina, la pérdida del deseo, la tendencia que tenemos los seres humanos de no disfrutar un momento si éste no es del todo perfecto.

Me ha parecido un buen libro para pasar un rato en la playa o la piscina, sin mucho más. Quizá cuando llevas las expectativas muy altas, éstas te impiden disfrutar de un libro perfecto 😉, ¿quién sabe?

¿Qué es para ti un día perfecto? No puedo evitar ponerle una alta nota a esta lectura, desde que comencé a leer sus primeros párrafos, no pude separarme de sus páginas hasta acabarlo.
El autor nos presenta a Luis, un periodista que asiste anualmente a un congreso celebrado en Austin, a miles de kilómetros de su casa. La primera vez que fue, se encontró con Camila, una mujer mexicana, casada al igual que él y con la que mantiene una relación extramatrimonial mientras dura el congreso. Tras haber repetido durante dos años seguidos dicha aventura, al tercer año consecutivo de este reencuentro se lleva una sorpresa, Camila ha viajado con su marido y da por finalizada la relación esporádica con Luis.
Esto lleva al protagonista a la biblioteca Harry Ransom Center, un fabuloso archivo literario donde da con unas cartas enviadas durante años por el famoso escritor William Faulkner a su amante Mena Carpenter, describiendo lo que para él era un día perfecto. Durante la soledad que siente Luis durante el congreso, escribe dos cartas, una a Camila, su amante y otra a Paula, su mujer, similar a lo que hizo Faulkner.
La primera carta a su amante, describe lo que ha significado para él esos siete días que compartió con ella, saliendo de la rutina y según él, volviéndose a sentir vivo, dando lugar a siete días perfectos. Lo singular es que la relación que le hicieron salir de la rutina con Camila solo fue de tres días un año y cuatro al siguiente.
La otra carta dirigida a su mujer, reflexiona sobre el tedio, la sensación de malestar por falta de diversión, pasión e interés en su relación. A lo largo de esta carta se abre en canal para describir sus sentimientos, así como una posible solución para retomar y reforzar su relación, describiendo lo que para él sería un día perfecto junto a su mujer. Luis busca esos días perfectos como un antídoto contra el tedio. Describe en la carta cómo seria el reencuentro perfecto a su vuelta para volver a encender la chispa en la pareja, buscando constantemente un día perfecto que no llega.
Me ha gustado mucho cómo el autor describe la felicidad en las pequeñas cosas, como es el juego rutinario de cada noche que comparte con su hija Carmen, una simulada pelea que termina con cosquillas a la hora de acostarla, en los que por un momento tan simple como este, encuentra la felicidad.
En resumen, estamos ante una historia de amor y otra de desamor por parte de un hombre infeliz, que deja grandes reflexiones sobre las crisis de pareja debido a al rutina y de cómo salir de la zona de confort. Tenemos que aprender a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas y no dejar que el tedio desgaste una pareja.
“Creo que tú y yo estamos tan cerca de la nada, que apenas sentiríamos pena de perdernos el uno al otro.”
Enlace: https://www.mrwonderbook.com..

«𝙀𝙨 𝙞𝙢𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖𝙣𝙩𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙢𝙤𝙧𝙞𝙖
𝙙𝙚 𝙘𝙤́𝙢𝙤 𝙨𝙖𝙡𝙞́𝙖 𝙪𝙣 𝙙𝙞́𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙛𝙚𝙘𝙩𝙤,
𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙚𝙨 𝙢𝙖́𝙨 𝙞𝙢𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙖𝙗𝙞𝙚𝙧𝙩𝙤 𝙖 𝙩𝙚𝙣𝙚𝙧𝙡𝙤,𝙖 𝙨𝙚𝙜𝙪𝙞𝙧 𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙞𝙨𝙩𝙖𝙨 𝙚𝙣 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙩𝙤 𝙖𝙨𝙤𝙢𝙚 𝙡𝙖 𝙥𝙤𝙨𝙞𝙗𝙞𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙜𝙧𝙖𝙣 𝙙𝙞́𝙖».

Encajar, conectar, con la vida, contigo mismo, con tu pareja… vamos buscando lo perfecto o lo adecuado para ser completos.
Esta historia va mucho más allá , Luis, un hombre como cualquier otro, vive una vida matrimonial anodina y tediosa pincelada con toques de ilusión en su relación con Camila. Ante esta situación algo asfixiante sólo sus escasos encuentros darán aliciente a su rutina , valorando unos pocos días perfectos como el súmmum de la felicidad. Pero hay un recorrido por las relaciones a través de dos cartas escritas por el protagonista, la que escribe a Camila e inspirada en la correspondencia de William Faulkner a su amante y en las que intenta justificar parte de su cobardía e inmadurez, una carta absolutamente introspectiva y otra a su esposa, en la que recuerda los buenos momentos vividos.

«𝙋𝙤𝙙𝙧𝙞́𝙖 𝙨𝙚𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙖 𝙘𝙡𝙖𝙫𝙚 𝙣𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙪𝙫𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙩𝙖𝙣𝙩𝙤 𝙚𝙣 𝙩𝙚𝙣𝙚𝙧 𝙪𝙣 𝙧𝙚𝙥𝙚𝙧𝙩𝙤𝙧𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙙𝙞́𝙖𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙚𝙡 𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤 𝙨𝙞𝙣𝙤 𝙚𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖 𝙙𝙞𝙨𝙥𝙤𝙨𝙞𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙫𝙞𝙧𝙡𝙤𝙨»

Creo que es un libro que va de menos a más.
Una breve novela epistolar, ágil de leer, llena de detalles y en la que la nostalgia está presente en cada párrafo, nostalgia por lo pasado, por lo que pensamos que siempre estará o será. Todo ello quizá este limitado por el tiempo o las circunstancias y no sabemos ver su finitud, vamos repitiendo rutinas y un día es el último.
«𝙔𝙤 𝙣𝙤 𝙖𝙨𝙥𝙞𝙧𝙤 𝙖 𝙤𝙩𝙧𝙖 𝙘𝙤𝙨𝙖 𝙖𝙡 𝙘𝙖𝙗𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙨𝙚𝙢𝙖𝙣𝙖, 𝙤 𝙞𝙣𝙘𝙡𝙪𝙨𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙢𝙚𝙨,
𝙡𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣, 𝙚𝙡 𝙖𝙣̃𝙤, 𝙦𝙪𝙚 𝙖 𝙩𝙚𝙣𝙚𝙧 𝙪𝙣 𝙗𝙪𝙚𝙣 𝙙𝙞́𝙖 𝙚𝙣 𝙖𝙡𝙜𝙪́𝙣 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤,
𝙤 𝙪𝙣 𝙗𝙪𝙚𝙣 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙖𝙡 𝙘𝙖𝙗𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙙𝙞́𝙖.»

Te has preguntado alguna vez ¿Como vivir para que cada día valga la pena?
Muy fácil, es ser feliz llenando tu vida de pequeños placeres, y aprender a “ser siempre distintos sin dejar de ser nunca ellos mismos”

Hacer juntos días perfectos creando recuerdos.

Una lectura para profundizar. Una lectura que reivindica.
Una lectura que te hace ver que vida hay una, y que hay libertad dentro de la pareja o debería haberla para .
enriquecer el camino común, ser capaces de
« 𝙘𝙧𝙚𝙖𝙧 𝙪𝙣 𝙚𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙚𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙚𝙣 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙡𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧 𝙘𝙤𝙨𝙖 𝙨𝙚 𝙥𝙤𝙙𝙞́𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙛𝙚𝙨𝙖𝙧»
Quizás no cuenta una historia novedosa pero me ha gustado como lo cuenta. Sigamos creando momentos , perfectos o no, para enriquecernos y así enriquecer.

«𝙇𝙖 𝙘𝙧𝙪𝙚𝙡𝙙𝙖𝙙 𝙚𝙢𝙥𝙞𝙚𝙯𝙖 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙚𝙣𝙜𝙖𝙣̃𝙤 𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙙𝙞𝙨𝙛𝙧𝙪𝙩𝙚»

Me gustaría ser objetiva pero no puedo.

Estuve muchos meses posponiendo la lectura de este libro, tan buenas críticas y tanta gente insistiendo en que debía leerlo me estaba generando un efecto rechazo. Empecé a leerlo convencida de que no iba a gustarme y la sorpresa fue mayúscula.

Tal vez fue el ir con tan pocas expectativas, tal vez fue la prosa de Bergareche, pero lo cierto es que quedé prendada de este libro.

Cautivadora esta novela de principio a fin. Nos hace ver la exicitación del enamoramiento y como luego con el paso del tiempo y la rutina todo se termina. Narrada con humor y verdades como puño hacen que este libro sea de gran solidez. Muy recomendable su lectura. Recalcar en la palabra tedio, ojalá en una relación no existiera esa palabra, palabra que Jacobo ha usado perfectamente para definir como acaba la relación entre el protagonista de la historia con su mujer. ❤️❤️❤️❤️

Luis es periodista y está casado, pero esa vida le aburre bastante, así que organiza un viaje a Austin con la intención de reencontrarse con su amante. Pero antes de que eso pase se encontrará con que ella quiere terminar ese romance. Llegado ese punto se pondrá a escribir una carta, más para él mismo que para ella, reflexionando sobre todo lo que han vivido.

La primera parte se me ha hecho muy lenta, sobretodo teniendo en cuenta que es un libro bastante corto. Es posible que se deba también a que me siento en un momento vital completamente opuesto al suyo, y no ha conseguido llegarme dentro.

Al llegar a la segunda parte hay un giro con el que no contaba y me ha interesado un poco más, incluso ha conseguido que quiera saber más de como se resuelve su situación personal.

Además, algo que no me ha gustado mucho es el cómo está escrito. Obviamente el autor escribe maravillosamente, pero para mí gusto se me ha hecho demasiado redicho para suponer que es una carta. Considero que dentro de ese contexto de escritura sería más creible o cercano con un lenguaje más coloquial.

Ésta es solo mi opinión personal de un libro que me ha dejado un sabor de boca agridulce. Personalmente no sería una de mis recomendaciones, pero si realmente la premisa os llama la atención le daría una oportunidad porque es un libro muy corto.