La facilidad de juzgar ante algo que no es sentido en nuestras propias carnes. Luís, el protagonistas del libro de Bergareche nos sumerge en su propia vida sentimental a través de cartas que le envía tanto a su mujer como a su amante. Viviendo una vida marital monótona y a la que no sabe sacarle jugo, cae ante el abismo de buscar en otra persona lo que no encuentra en él mismo. Y tras esos sucesos se va dando cuenta de que una relación puede ser pasional y otra con más conexión pero que ambas forman parte de su vida y sin excusas y con un desagravio hacia sí mismo conocemos la historia en primera persona y la desesperación de poder encontrar algún día un día perfecto. La relación de los seres humanos con el amor no suele ser algo sencillo de narrar, a algunos les enseñan desde niños que es lo que más deben codiciar, a otros lo que deben temer y los últimos que es lo que deben utilizar para sobrevivir. El amor es un sentimiento universal, uno de los más mencionados y experimentados por la humanidad. Casi todas las canciones hablan de amor, del que se disfruta y del que te lleva a ti como persona hacia lugares de tus propios pensamientos que no sabías que existían. Cuando conoces a Luís en Los días perfectos no es que te caiga bien, no es que entiendas todas sus acciones pero sin duda no puedes dejar de dar validez a sus sentimientos. Porque se está abriendo, porque se está contemplando tanto desde dentro como desde una perspectiva de espectador, y a ti, como lector te hace empatizar con un sentimiento tan ardiente como el amor, ¿Quiénes somos nosotros para decirle a Luís lo que debe sentir? ¿Sabéis lo que os vais a encontrar en Los días perfectos? Una lectura ágil, instantánea, directa al lector. Unos sentimientos palpables y aunque no fuesen experimentados por quien los está leyendo, no dejan indiferente a nadie. Pero también os vais a encontrar una relación epistolar con Faulkner y un análisis del amor desde el propio corazón. Quizás no sea un cuento de amor pero si es una relación que tiene que ver algo con el querer. |