-Bien haría usted en apresurarse, Lady Mareena, o llegará tarde al almuerzo-ronronea ella y vuelve finalmente hacia sus fantasmales ojos. Es entonces mi turno de aferrarme a Maven-. Y tenga un poco más de cuidado en sus sesiones de entrenamiento. La sangre roja es difícil de limpiar. -Usted debe saberlo-respondo bruscamente, recordando a Shade-. Porque por más que intenta ocultarla, tiene las manos manchadas de ella. |