Salvar el fuego

Narrado a tres voces:
La primera la de una coreógrafa pija relacionada con el Mexico cultureta y acomodado de directores de cine de éxito, pintores...
Por otro lado un don nadie que acaba de salir de la cárcel y se relaciona con los bajos fondos: policías y militares corruptos, narcos... justo la otra cara de la sociedad mexicana.
Otra tercera voz narra la infancia del preso y la historia de su familia, hijo de un indio orgulloso de su raza y sus ancestros que odia a los gringos y todo lo que representan y que educa a sus hijos con mano dura, llegando al maltrato físico para que en su nombre y a través de ellos, vengarse de los abusos sufridos y el desprecio a su raza y que consigue todo lo contrario.
Con un ritmo trepidante, muy cinematográfico (el autor es director y guionista de cine) y de los libros que no puedes soltar hasta el final.

Técnica.
Salvar el fuego es un magistral alarde de ella.

Tres distintas voces narrativas, cada cual con diferente estilo, y sobre todo, no el que el autor quiere, sino el que cada personaje necesita.

Arriaga se desdobla en cada uno de ellos, consiguiendo que hablen y cuenten directamente su historia al lector sin intermediarios.

Para conseguirlo, tres lenguajes. Epistolar en Francisco, buena cuna Marina, jerga para J.C.

Ni San Google te asiste con esta jerga, pero el autor fue hábil, todo se saca por contexto, y esto es verdaderamente difícil de conseguir. al alcance de pocos genios.
Aunque, hay que decirlo, este vocabulario hace incomoda su lectura.

Aun estando escrita en tres tiempos que describen como vivieron los hechos tres personas distintas, no queda sensación de repetición. Lo he dicho antes, técnica, y mucha.

Para rizar el rizo en esta orgía de la palabra, cada capítulo comienza con el escrito de un preso.
Ninguno tiene desperdicio.

La novela asume el riesgo de que empatizar con alguien es misión imposible. Todos tienen una justificación reprobable.

El amor entre una mujer de clase media acomodada y un preso, condenado a 50 años de prisión por asesinato múltiple rompe los moldes de lo ético y la razón. Y alrededor de la tórrida pareja la corrupción y un sistema penitenciario doblegado por ella, y los distintos cárteles mexicanos.

Escenas duras, sexo sucio, perverso, donde el tabú queda en las puertas de acceso, la única libertad enjaulada posible es la de dos cuerpos...pero a que precio.

Narrada desde el lado de los culpables, que a su vez son víctimas de ellos mismos, instinto y deseo vencen la batalla a lo meditado y conservador.

Extraordinaria novela donde los actores deambulan por el purgatorio de la culpa y su castigo.

Y por una vez un premio que a mí juicio, estuvo muy bien otorgado.

Hasta el pago en "cómodos" plazos de tu pecado, debe ser justo.

Visceral es la mejor palabra para definir la escritura de Arriaga. La pasión que recorre sus líneas como venas del cuerpo humano y que tiñe todas sus páginas de sangre. Eso es Guillermo Arriaga.
Esta novela, ganadora del premio Alfaguara 2020, ahonda en la naturaleza humana y en el amor pasional de una mujer de un alto nivel económico con un recluso que proviene de los bajos fondos mexicanos y condenado a cincuenta años. Utiliza un lenguaje vivo y coloquial que dota toda la obra de un realismo apabullante, sobre todo en las primeras partes del libro en las que es complicado entrar. Después la innegable habilidad de Arriaga es capaz de introducirte sin remedio en su oscuro y cruel mundo. Creo sinceramente que el premio que recibió la novela es debido a que anteriormente publicó con la misma editorial una novela con críticas buenísimas: El salvaje. Pero no creo que lo merezca. Es verdad que realiza un estudio muy profundo de los personajes que es lo que más valoro, pero la novela se hace demasiado extensa y a veces con una violencia gratuita. No me parece mala novela, pero creo que con la mitad de páginas hubiera sido más que suficiente. Aún así, Guillermo Arriaga tiene un gran talento que te guía a la parte más violenta y apasionada que habita en nosotros, sobre todo cuando esta está llevada al mundo del crimen y a aquellos que la ejercen.

Novela que fue de mayor a menor. “ Difícil” lectura para personas que no sean de Mexico, en mi parecer. La premisa de la historia ( ese amor por momentos incontrolable) que necesita ser continuamente narrado dota de aburrimiento al lector. Es mi primer acercamiento a este autor, igualmente me daré otra oportunidad con algún otro texto de Arriaga.

Este libro consumió mi cuerpo y mi alma durante diez días, es impresionante que el autor sostenga la furia en más de 600 páginas. Los distintos planos narrativos tienen como hilo conductor el cuerpo humano.

Una novela tan dolorosa e impactante como el lenguaje utilizado. Un libro diferente, retador, crudo, que nos muestra las contradicciones más hondas de la naturaleza humana y de un país en descomposición, de esa realidad que desde el privilegio no se ve o no se quiere ver. Una historia que te atrapa y no te suelta. Se puede estar o no de acuerdo, aprobar o no las acciones, pero de que te hará cuestionarte, lo hará. Nadie queda indiferente.

Premio alfaguara de novela 2020.

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Empecé el libro y en las primeras páginas pensé... Buf.... K tostón infumable. Pa que me dejaria engañar por Rafa Gutiérrez Testón.
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Seguí leyendo un pelín desanimada, varios
narradores, un lenguaje coloquial mexicano que me estaba volviendo loca y un lío de presentación de personajes.
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Y entonces el libro empezó a destilar, rezumar, filtrar, gotear, exudar... Una historia que te atrapa, que te seduce, que te engancha de manera inesperada y te enredas en cada página voraz, hambrienta y deseando ahondar en todos los entresijos.
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Brutal!!

Una historia de locura, deseo, venganza y amor incondicional

¿Qué estarían dispuestos a hacer por amor?

Es la pregunta que me queda rondando después de leer ¡Salvar el fuego!

Salvar el fuego es una historia de amor, que se entreteje con historias de maltrajo infantil, inconformidad con la vida, venganza, violencia, corrupción, y finalmente celos.

No es el amor rosa, es el amor pasional de personas socialmente distintas, que encuentran su alter ego en el amor, ese amor que te lleva a realizar cualquier cosa y que va en contra de todo, pero que saca a flote tú esencia.

Nos narra capítulos desgarradores de violencia entre mafiosos, encuentro sexuales maravillosos, que hacen  qué se  te crispe la piel, hace fuerte críticas a las clases sociales,  a la corrupción tan rampante en estas épocas en cualquier país de Latinoamérica, nos muestra el maltrato físico y psicológico de un padre que busca la perfección de sus hijos como un nazi que busca la pureza de la raza, pero que finalmente entrega hijos socialmente inestables con grandes vacíos emocionales que llenan sumergiéndose en la bebida, la violencia y en negociadores desalmados.

Es la historia de una mujer inconforme situada en una alta esfera social que encuentra en un reclusorio la esencia de su ser, que la lleva vivir desenfrenadamente su historia amor sin medir las consecuencias, volviéndose un tsunami que arrasa todo lo que toca.

No termina de manera romántica, como uno se imaginaría, pero si tiene el final adecuado para toda la historia que se desarrolló.

El autor logra mezclar de manera perfecta las narraciones, en primera, segunda y tercera persona que hace que el lector se sienta totalmente extasiado, lo que más me gustó fue saber que el autor es él guionista de tres películas que me han tocado y visto en varias veces,  amores perros, 21 gramos y Babel, así que su lectura me hacía sentir totalmente feliz.

 

Salvar el fuego de Guillermo Arriaga nos cuenta la historia de José Cuauhtémoc y Mariana una coreógrafa, la mayor parte de esta historia se desarrolla en la cárcel donde se encuentra José Cuauhtémoc nos va narrando las cosas que pasan ahí adentro cómo es la vida de un reo, es una lectura que nos habla de venganza, coraje, amor, narcotráfico y muchas cosas más al principio me costó empatizar con la lectura pero es una historia en la que no puede salir ilesa ya que despierta varios sentimientos y definitivamente muy merecido el premio alfaguara 2020.

Hay historias con las que te identificas fácilmente, pero hay otras con las que al final no logras conectar. Hay personajes que logras admirar y se te quedan grabados en la memoria, pero existen otros que tienen el efecto contrario, solo quieres olvidarlos. Existen libros que mezclan realidad con ficción de una forma grandiosa y aunque a veces pueden superar los límites lógicos o posibles en la vida real, son verosímiles en el mundo que recrean. «Salvar el fuego» es así y te presenta una historia de una forma de amor (por darle un nombre) entre una mujer burguesa y un hombre que esta en prisión por asesinar a algunas personas (Dejémoslo así para no adelantarte algo del libro), los personajes que los acompañan tienen una vida que se desarrolla de forma individual, algunos con más profundidad que otros, pero que de una forma u otra, al final, convergen en un camino que lleva a la unión de ella y de él, la mujer rica y el asesino, Marina y José.

Guillermo Arriaga hace un uso del lenguaje bien interesante, el libro esta lleno de modismos mexicanos y palabras transcritas tal cual como suenan en español cuando son expresiones en inglés, algunas difíciles de leer o comprender, al principio del libro son muy frecuentes, pero luego van disminuyendo a medida que avanza la historia. Las interacciones entre los personajes tienen, en algunos casos, la estructura de diálogo tradicional, en otras las mezcla en la narrativa y los incrusta entre los párrafos. La intertextualidad siempre esta presente, puedes notar referencias a literatura francesa e inglesa, e inclusive, algunos de sus personajes son inspirados en los protagonistas de esas obras, como la Madame Bovary de Flaubert o el Otelo de Shakespeare y esto no es raro, porque en el libro, Guillermo Arriaga hace un extraño homenaje a la literatura, a los libros como herramientas de instrucción, pero también de persuasión, de dominación y de prestigio, exalta la escritura como una forma de salvación, de terapia, pero que también puede convertirse en un forma de aislamiento y enajenación convirtiendose en obsesión. La dicotomía es el común denominador o por lo mejos la base que sostiene esta historia de una forma de amor.

La estructura del libro, a mi modo de ver, tiene tres ejes narrativos, el del hermano de José, el de Marina y un narrador universal que tiene los ojos puestos en José, así que puedes entender a cada personaje desde su perspectiva individual, sus motivaciones, sus dilemas y las razones de sus decisiones, como lector puedes sentirte agradecido si te gusta este tipo de ayuda, pero en mi caso, era demasiada información y creo hace que el libro sea demasiado extenso para la historia que quiere contar. El libro en digital tiene una división por capítulos que no tiene la versión en papel y cada uno de ellos tiene unos textos que son escritos por los presos, la mayoría por José y estas partes son las que más me han llamado la atención y sobre las que volvería cada vez que tomara el libro.

Desde la perspectica femenina, no siento que rinda un homenaje o exalte a la mujer, pero si creo que esta contando una historia sobre como podrían comportarse algunas mujeres en situaciones similares, no hay necesidad de juicios de valor, a veces son cosas que suceden y desde mi punto de vista podría funcionar como advertencia, así que no es libro para cualquier edad, se necesita tener cierta madurez para analizar la historia, para sacar los puntos positivos y aferrarte a ellos y volverlos mantra, pero tambien para reconocer lo negativo y saber a que cosas es mejor huir y nunca acercarse ni por curiosidad o por el contrario solo leerlo como lo que es, la historia de Marina y José, sus desventuras, sus pasiones y nada más.

Salvar el fuego, en mi opinión, representa joya de la literatura latinoamericana. Es una novela intensa, con muchos matices, que logra captar el interés y hacernos reflexionar sobre la vida misma. Cada personaje va construyendo sus propios conceptos de la vida y la muerte, la libertad y la esclavitud, el amor y el odio, lo correcto y lo incorrecto.
Esta escrita en diferentes voces, y cada una tiene su sello propio. El recurso de las cartas de los presos me pareció genial. Cada personaje está muy bien logrado, y lo sentí creíble. Me impresionó el personaje de Marina, y es real encontrar mujeres, madres, y esposas, que buscan llenar sus profundos vacíos exisenciales, con emociones fuertes, poniendo así en peligro a sus hijos, matrimonios, incluso hasta su propia vida.
Como critica, me parece que para recrear una escena de sexo fogoso y candente, el autor no necesita caer en la chabacanería y la vulgaridad. La buena pluma de este escritor puede crear algo erotico y de buen gusto.