Lazarillo de Tormes

La historia en sí no esta mal pero se han leído relatos mejores en el aula. Lo que si he de decir es que te hace pensar lo dura que era la vida en aquellos tiempos y lo mucho que se las tuvo que ingeniar Lázaro para salir adelante.

Además de aportarnos datos sobre la cultura y las costumbres de aquellos tiempos, el libro va destinado a los adolescentes para que disfruten de la lectura a pesar de que tenga alguna palabra extraña que pueda dificultarla. La historia en sí no esta mal pero se han leído relatos mejores en el aula. Lo que si he de decir es que te hace pensar lo dura que era la vida en aquellos tiempos y lo mucho que se las tuvo que ingeniar Lázaro para salir adelante.

Además de aportarnos datos sobre la cultura y las costumbres de aquellos tiempos, el libro va destinado a los adolescentes para que disfruten de la lectura a pesar de que tenga alguna palabra extraña que pueda dificultarla.La historia en sí no esta mal pero se han leído relatos mejores en el aula. Lo que si he de decir es que te hace pensar lo dura que era la vida en aquellos tiempos y lo mucho que se las tuvo que ingeniar Lázaro para salir adelante.

Además de aportarnos datos sobre la cultura y las costumbres de aquellos tiempos, el libro va destinado a los adolescentes para que disfruten de la lectura a pesar de que tenga alguna palabra extraña que pueda dificultarla.

Hijo, ya sé que no te veré más; procura ser bueno y Dios te guíe; criado te he y con buen amo te he puesto, válete por ti.

Pasemos como podamos, y mañana, venido el día, Dios hara merced; porque yo por estar solo, no tengo provisiones

¡Oh, Señor, y cuántos de aquéstos debéis Vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra, lo que por Vos no sufrirán!

No hay libro, pos malo que sea, que no tenga cosa buena, mayormente que los gustos no son todos unos, más lo que uno no come, otro se pierde por ello.

Escapé del trueno y di en el relámpago. Porque era el ciego para con este un Alejandro Magno, con ser la misma avaricia como he contado.

De manera que en nada hallaba descaso, salvo en la muerte, que yo también para mí, como para los otros, deseaba algunas veces; más no la veía, aunque estaba siempre en mí.

No nos maravillemos de un clérigo ni fraile porque el uno hurta de los pobres, y el otro de casa, para sus devotas y para ayuda de otro tanto.

¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!

!Oh, Señor mío -dije yo entonces-, a cuánta miseria y fortuna y desastres estamos puestos los nascidos y cuán poco turan los placeres desta nuestra trabajosa vida!
Pág. 38.