Me da igual a quién matar. A mí lo que me gusta es arrear sabalzos
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Me da igual a quién matar. A mí lo que me gusta es arrear sabalzos
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Si la fe en la razón abandona al hombre, en su alma se instala el miedo, como ocurre con los salvajes. Y aparecen los monstruos
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Durante un tiempo vagabundeé por las estaciones, las estaciones me gustan, porque hay mucha gente y uno está solo
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Un jueven puede morir, el viejo debe morirse
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Lo más justo en la vida es la muerte
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¿Cómo se puede matar con el amor?
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No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es su marido, un ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de contaminación. No sea usted suicida. Recobre la sensatez
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En nuestra aldea desaparecieron los gorriones. Al primer año después del accidente. Se los veía tirados por todas partes: en los jardines, sobre el asfalto.
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En casa nos dejamos… Dejamos encerrado a mi hámster. Era todo blanco. Le dejamos comida para dos días. Y nos marchamos para siempre.
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Mi madre se viste a menudo de negro. Con un pañuelo negro. En nuestra calle cada día entierran a alguien. Lloran.
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Son considerados los padres de la filosofía occidental: