Un país con tu nombre

Si algo hay en común en las historias de Alejandro Palomas, es lo mucho que te hacen reflexionar, si bien en este libro nos encontramos con algo diferente a lo anterior publicado, me atrevo a decir, que se ha superado. Con una enorme capacidad de hacerte sentir un sin fin de emociones con sus palabras y sus historias y una gran sensibilidad en cada palabra, nos encontramos ante un fabuloso libro que se agarrara a tu corazón; te enamoraras de la historia, de los personajes y al final de la lectura sentirás mucha paz, como todos los libros del autor, que sin duda es uno de mis autores nacionales favoritos. Por muchos más libros suyos y por tanto amor! Si no habéis leído nada de Alejandro Palomas.... estáis tardando!

Con Alejandro Palomas el tema del libro es lo que menos importa (aunque hasta eso lo escoge con suma delicadeza) ya que en lo que este escritor profundiza es en los sentimientos, los miedos, los sueños; entra en el alma de sus personajes y nos saca la esencia de cada uno de ellos.
Me he enamorado de Edith, de Jon, de Violeta, incluso de Susi.

De como teniendo Jon y Edith dos vidas totalmente distintas su nivel de compenetracion es totalmente divino.

De la sensibilidad con que nos describe los distintos tipos de amor. Y como sienten y padecen los animales. de la fragilidad de algunas personas y de la tozudez de otras por conseguir lo que quieren en la vida, dando por hecho que la edad no es un hándicap para alcanzar aquello por lo que se lucha.

La pluma de @alejandropalomas no deja indiferente al que decida bucear en sus letras.

SINOPSIS🐘
Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda de Andrea y dueña de once gatos, viven en una aldea abandonada. Vecinos solitarios primero y ahora buenos amigos, ninguno de los dos imagina que la noche en que la vieja veleta del campanario gira sobre sí misma el ojo del tiempo se posa sobre la aldea y la vida de ambos está a punto de girar con ella.

El amor entre un hombre huérfano y una callada elefanta llamada Susi, una niña japonesa con nombre de pájaro que habla con los flamencos, una madre y una hija que se buscan desde que el tiempo las despistó, un abuelo cuyo conjuro familiar será ley, una hora de la noche ―«la hora trémula»― en la que pasa todo y todo queda. Un país con tu nombre es el sueño más valiente de dos almas que aspiran a convertir el mundo en un lugar mejor.

Una historia sobre el amor en mayúsculas, la honestidad con los propios sueños y sobre la libertad llevada a su expresión más pura.
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Nada más empezar, prometo solemnemente &#xNaN; que ni siquiera he pasado de la primera hoja, Alejandro nos deja esto:

"Andrea estuvo aquí, esto pasó, ella pasó y aquí sigue porque yo sigo también".

Ay madre, me da que esta historia es de esas que te revuelven el corazón desde lo más profundo.💓
Sé que necesito estar muy atenta porque transmite tanto en cada párrafo que me da miedo perderme algo.
¡ Lo quiero todo! 🌐

Lo más sincero por mi parte, lo más justo para esta historia, sería que en vez de reseña os escribiera algunos párrafos que me han marcado o "despertado el alma"💫 pero claro, copiar más de medio libro pues.... no sé yo.🙈
Éste y ya está.

" Qué extraño lo de la risa, lo poco que parece pasar cuando está y lo que perdura cuando ya no queda" 😊
Me pongo melancólica; ese duelo 🖤 que es un personaje más, cala en mi interior. Recuerdo la risa de mamá, cuando nos daba "el ataque" 😂 y nos reíamos "con el cuerpo entero", de una forma compulsiva y contagiosa
Me río exactamente igual que ella 🤩

Os quedaréis con
💞 Edith y su sueño.
💙Jon, con jota de Jonás.
🖤 Andrea, que está sin estar.
💖 Suzume y sus manzanas.
💝 Violeta y su necesidad de amor.
💙Susi y su pena.

Se acerca el final y me pongo nerviosa; se me encoge el pecho😞
¡ Belén, si sólo es una historia!

Así empasta contigo A.Palomas; es como una transfusión, ya es "tú".🔁
Como en un vis a vis de sentimientos se expone a pecho descubierto arrastrándote hacia su pasión.❣

¿ Creéis que los sueños tienen fecha de caducidad? 🗓

Gracias. Ya me contaréis.#lectobelen

Hará unos tres años, Alejandro Palomas entró en mis estanterías arrasando con todo y fidelizándome a su obra. El primer contacto con su prosa, "Un amor", ganadora del Premio Nadal, acabó siendo una de mis mejores lecturas del 2018, una novela que se tatuó en mi alma y cuya protagonista me robó el corazón hasta el punto de que a día de hoy continuo recomendándola sin ninguna duda. Hoy os traigo mis impresiones sobre "Un país con tu nombre", una historia con la que Palomas ha sabido transmitir esa esencia suya, esa sensibilidad que emana de su persona, y en la que se pone de relieve que todo el mundo tiene derecho a intentar cumplir sus sueños.
Edith es una septuagenaria publicista jubilada y viuda de Andrea, que vive en compañía de once gatos en una deshabitada y ruinosa aldea que no figura en los mapas de nadie, un lugar de paz en el que refugiarse de la estresante vida urbana. Solo tiene un vecino, Jon, un veterinario de "procesos lentos" con clínica propia, que ronda los cincuenta y trabaja en el zoo cuidando de los elefantes. Un 21 de marzo, el día del cumpleaños de Jon, ocurrió algo que los enfrentó a un momento crucial de sus vidas…
"Un país con tu nombre" es, ante todo, un canto al amor en su sentido más amplio, el único sentimiento con la fuerza suficiente para mover montañas. Una historia cuyo motor principal son las emociones de sus dos protagonistas: Edith y Jon. van a ser sus voces en primera persona, de un modo intimista y una prosa envolvente casi lírica, las que se irán alternando para impulsar el relato. Todo un abanico de emociones, un logrado ejercicio introspectivo que pone de relieve la destreza de su autor para trazar una compleja cartografía emocional de sus dos personajes principales, adentrándose en su interior, en su naturaleza más pura, dotándoles de una entidad propia, humanizándolos y vistiéndolos de realidad, hasta conseguir afianzar un nexo de unión entre ellos y nosotros. Ambos se van a desnudar ante el lector, convirtiéndolo en un confidente con quien compartir su cotidianidad, sus sentimiento e inquietudes, sus miedos y sueños por cumplir. Y lo hace con una sensibilidad extraordinaria. Aunque estas emociones no llegan a ser tan intensas como las de anteriores novelas, con las que me sacó alguna que otra sonrisa y muchas lágrimas.
Alejandro Palomas se confirma como un escritor de emociones, que sabe transmitir la fragilidad animal y humana. Ha elaborado el coctel perfecto, con las cantidades justas y los ingredientes indispensables para concebir una delicia de novela cuya trama se desubica geográfica y temporalmente, sin concreciones, con un escueto friso de personajes secundarios y en la que se abordan temas que dan pie a la reflexión. de entre sus personajes secundarios me quedo con la pequeña e inocente Suzume y sus treinta y nueve flamencos, a los que pasa lista cada día con la latente angustia de que no le cuadren las cuentas por la falta de alguno. Digna de mención es Susi, un animal salvaje con una larga y penosa trayectoria de cautiverio y maltrato sobre sus espaldas.
Sintetizando: "Un país con tu nombre" es un alegato al amor en todas sus vertientes: el fraternal, de pareja, por los animales, entre la familia y entre los amigos. Una novela en la que se analiza el modo en que las personas lidian con el dolor por la pérdida de un ser querido, donde predomina la narración sobre los diálogos, de ritmo contenido para que el lector se deleite sin prisas y que confirma a su autor como un escritor de emociones. Un título cuya lectura recomiendo, en el que se exploran el duelo, la orfandad, la culpa, los desencuentros, los secretos y verdades silenciadas, pero en la que también hay cabida para la tolerancia, el poder redentor del amor y la amistad, y la importancia de perseguir nuestros sueños, esos que alguien nos negó, y a los que nunca debemos renunciar.

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El nuevo universo tiene su centro en una aldea abandonada en la que vive Edith, una mujer de setenta y seis años, acompañada de sus once gatos, ella es fuerte y frágil a la vez, ha tenido que enfrentarse al mundo más de una vez y a dar fuertes volantazos; ahora solo se siente viuda de su pareja Andrea, muerta hace cinco años de cáncer. Andrea era una persona muy especial con una forma de ver la vida admirable, su pilar. Edith la quiere demasiado para dejarla ir y está algo enfadada con ella porque el proyecto que tenían es envejecer juntas y ahora no puede cumplirlo. Sigue viviendo en esa aldea que es su mundo, en la casa que ellas eligieron y fueron construyendo y transformándola en hogar, ajena a lo que puedan pensar de ella, hablando de vez en cuando por Skype con su hija Violeta, que viaja mucho y encima vive muy lejos, en Noruega, trabajando para una empresa productora de salmones. Madre e hija conocen sus silencios, sus reproches, sus gestos y es por eso mismo, porque se conocen demasiado o creen conocerse por lo que casi siempre acaban enfadadas. Sus conversaciones no son fluidas, son como un campo de minas a las que hay que ir sorteando, lo que hace que haya demasiadas palabras no dichas.
En la aldea también vive Jon, con J, un veterinario de vocación que llegó a la aldea con su hermana Mer, una mujer fuerte, alocada y llena de vida, y allí se quedaron a vivir. A pesar de las reticencias iniciales de Edith, Jon y ella al final se han hecho amigos, se conocen y creen conocer sus virtudes y sus miedos. Él tiene un trabajo temporal en un zoo, cuidando de las elefantas, Dora y Bimba, con una de ellas, Susi, entablará una relación especial, y es que Susi ha tenido una vida dura y como buena elefanta una gran memoria, Jon está intentando que vuelva a sentirse feliz, al menos todo lo feliz que se puede ser en un zoo, y si puede sacarla de él, mejor.
La aparición de Suzume, una niña japonesa con nombre de pájaro preocupada por Susi y su falta de apetito, así como de la posibilidad de que algún día falte alguno de los flamencos que habitan en el zoo, hace que Jon vaya recogiendo las migajas de información que le da, junto con las manzanas que Susi no quiere comer, con el fin de conocerla mejor. Hay mucha sabiduría y mucha pena en los ojos de esa cría contadora de flamencos.
Es ahí cuando te das cuenta de que entre la ternura, la soledad y la belleza sigue estando ese universo Palomas que tenías miedo a no encontrar, en los personajes, en la forma de narrar, en su dulzura, en su dolor, en su esperanza y surge esa nueva familia que no lo es de sangre pero sí lo es de travesía y con cada una de sus reflexiones vas notando que el nudo de la garganta se hace cada vez mayor, que el estómago se encoge y el corazón llora…y ríe, porque Palomas es puro sentimiento y no hay una cosa sin la otra y de repente te das cuenta del objetivo de la novela, de que no debe haber secretos con quién quieres, no debe haber silencios oscuros sino compartidos y que la diferencia entre sobrevivir y vivir es la existencia de los sueños y que por ellos hay que levantarse cada mañana y luchar y sentir, levantar la cabeza y seguir adelante, a pesar de todo.
En mi opinión una delicia que recomiendo sin dudar.
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Edith, viuda desde hace poco, vive rodeada de sus gatos. Su única hija Violeta vive en otro país. Jon también vive casi solo. Su hermana tiene un trabajo que la mantiene casi todo el año alejada de casa. Edith está jubilada, Jon es veterinario y trabaja en el zoo. Ambos viven en una aldea abandonada en la que son los únicos habitantes.

Su vida es muy tranquila, tal y como ellos quieren. Aunque al principio a Edith le fastidió que Jon y su hermana se trasladaran a vivir a la aldea, finalmente se hicieron amigos y ya son casi como de la familia. Pero esa tranquilidad se va a ver truncada de repente. El Ayuntamiento del pueblo al que pertenece la aldea tiene planes para ésta que, si tienen éxito, implicarán la llegada de personas. El zoo donde trabaja Jon también tiene planes y estos implican tanto al propio Jon como a Susi, la elefanta que lleva dos años en el zoo y que vino moralmente herida; aún es el día que Jon no se ha hecho del todo con su confianza.

Como he dicho al principio, Alejandro Palomas es uno de mis autores de referencia. Me gustan sus novelas, me gustan sus escritos en las redes, adoro su sensibilidad, difícil de encontrar. Tiene un estilo propio, una forma diferente de decir las cosas y de contar historias: estoy segura de que si hubiese leído este libro sin que me hubiesen dicho el nombre del autor, lo hubiese reconocido como suyo. Hay algunas frases muy suyas como ese “y ya está” con el que acaba las frases la niñita japonesa que es un personaje secundario de la novela. O esas frases, tantísimas, para subrayar y sobre las que meditar. O esos personajes con tanto mundo interior… “Un país con tu nombre” es “palomas”; sin duda alguna. Y, sin embargo, no voy a negar que se echa en falta a Amalia y su familia que, en cierta forma, es también la de sus lectores. He reído y llorado con Amalia, Fer y los demás y los he echado de menos. “Un país con tu nombre” es tan buena novela como cualquiera de las otras que he leído de Alejandro Palomas (y he leído casi todas) pero es cierto que no me ha hecho reír y llorar en la misma frase, como conseguía Amalia.

Como siempre, el amor de Alejandro Palomas por los animales se deja notar. Yo, que siento lo mismo que él, adoro los pasajes en los que los animales son protagonistas. Normalmente, un perro, en esta ocasión un montón de gatos y tres elefantas. Especialmente una de ellas, Susi, que viene a ser otro de los personajes de la novela, no por secundario menos importante. La sensibilidad de Palomas respecto al mundo animal se vislumbra en cómo trata a Susi cómo intenta meterse dentro de ella y hacernos partícipes de lo que siente. Las escenas con Susi me han encantado.

También me han gustado mucho las escenas con una niñita japonesa que acude casi todos los días al zoo. Es nueva en el colegio y adora a los animales, sobre todo a Susi y a los pelícanos, a los que cuenta cada día. Con ella y su forma particular de expresarse, Alejandro ahonda en la pena y en la pérdida. Pero no es el único personaje que ha perdido, todos lo han hecho. Jon lo ha hecho, Edith lo ha hecho. Es éste un libro sobre el sentimiento de pérdida pero también sobre conflictos familiares no resueltos y sobre relaciones difíciles madre-hija. Por ello, un aura de melancolía impregna la narración.

Son dos los narradores en primera persona: los dos protagonistas Jon y Edith. A través de lo que nos cuentan de sí mismos y del otro, vamos conociendo a dos personajes entrañables. Me han gustado mucho los dos pero mi preferida ha sido Edith que, ya en la edad anciana, no ha perdido la capacidad de querer seguir adelante e iniciar cosas nuevas.

La historia es sencilla, lo que la hace especial es la profundización en los personajes, sumamente entrañables y la forma tan preciosa que tiene Alejandro Palomas de contarla. Es un libro que avanza relativamente despacio pero que no se hace lento por lo dicho: por lo bonito que estás leyendo. Por supuesto, hay alguna cosilla que descubrir y eso da emoción a la historia (aunque no es difícil anticipar los secretos escondidos, al fin y al cabo no es ni pretende ser una novela de misterio)
Conclusión final

“Un país con tu nombre” es una novela sobre la pérdida y el duelo y sobre conflictos y relaciones familiares pero también es una novela sobre el amor a los animales y sobre los sueños que todos tenemos y que no todos nos atrevemos a cumplir. Una historia preciosa.
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Emotiva historia, en torno a las vivencias de los dos únicos habitantes de una aldea abandonada. Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda que vive con sus once gatos. Vecinos solitarios al principio y ahora buenos amigos. Ambos a punto de dar un giro a sus vidas, en la noche en que la veleta del viejo campanario gira sobre sí misma.

"Vidas en las que no pasa nada, hasta que un día pasa todo", y nos lleva a mirarnos sin filtros, afrontando quiénes somos realmente. Porque, ¿cuántas vidas cabe en una vida?, los que fuimos, los que somos y los que no hemos llegado a ser, ¿en cuántas hemos vivido sin querer saber, viviendo las aventuras de otros?

"Había que vivir, no soñar"

"Lo que nadie nos dice es que cuando dejamos de perseguir nuestro sueño, es el sueño el que nos persigue a nosotros"

"Lo inexplicable, las casualidades, las señales, eso que llamamos destino"...

Cuestiones a las Edith y Jon se irán enfrentando, echando una vista atrás en su pasado. A la vez que nos harán partícipes de sus enseñanzas, compartiendo bellos mensajes que fueron parte de sus vidas. Llevándonos a hacer un ejercicio de reflexión, en torno a algunos conceptos recurrentes como son la Verdad, la Mentira, la Vida, la Muerte, el Duelo y los Sueños.

Resumiendo, «un país con tu nombre» ha sido todo un descubrimiento para mí. Maravillándome, no solo por su bella historia, sino también por todo lo que me ha hecho sentir, con sus reflexiones y su bonita prosa. Una lectura que me anima a seguir profundizando en las obras de su autor y que os recomiendo en vuestra próxima lectura.