Martes con mi viejo profesor

Hace tiempo pregunté a una instamiga bookstagrammer por su libro favorito y me respondió: "Martes con mi viejo profesor" de Mitch Albom.

Recientemente lo compré, lo empecé... y lo terminé. Así, del tirón porque es una lectura de las que marcan profundo. A partir de ahora, yo también lo recomendaré porque Morrie Schwartz (el profesor al que alude el título) murió, pero sus lecciones de vida perdurarán siempre.

Este es uno de esos libros que hay que leer en algún momento de nuestras vidas, porque disfrutar de su historia puede llegar a ser un punto de inflexión que nos haga reflexionar sobre cómo estamos conduciendo nuestra vida y si somos felices realmente así. Si no lo somos del todo, siempre podemos buscar soluciones y no amargarnos, lo cual Morrie nos enseña a través de las palabras de uno de los muchos alumnos que tuvo a lo largo de su carrera profesional como profesor de Universidad en asignaturas de la rama de la Sociología.

Es un libro que a veces el lector puede sentir como algo cruel, pero tierno a la vez, que hace llorar sin ningún pudor, puesto que Morrie nos invita a no tener vergüenza a expresar nuestros sentimientos de ninguna manera.

Esta historia totalmente real guarda muchas enseñanzas muy importantes e interesantes para el día a día de cualquier ser humano, y te atrapa en cada página hasta que sales de ella con calma y paz. Esto puede llegar a ser increíble por la de veces que te hace llorar, pero el final es tranquilo y esperanzador.

Entrañable y emotivo profesor enfermo de ELA, pero my despierto y filosófico. Me hubiese gustado mucho leerlo con 15 ó 20 años, cuando las reflexiones me hubiesen parecido nuevas y lo hubiese disfrutado más. Lo mejor es el hecho real, y me encanta pensar la influencia que pueden tener los buenos profesores en sus alumnos de por vida.

Inicio mi opinión con el recuerdo puesto en mi padre que sufrió ELA en la misma época que el protagonista de esta novela. No tengo palabras que describan todo lo que me ha hecho experimentar la lectura de este libro.
La novela cuenta, a través del relato de un profesor enfermo de ELA inmerso en su proceso de declive físico, experiencias vitales del mismo con uno de sus alumnos. En sus citas periódicas de los martes tratan sobre los temas trascendentales de la vida.
Habla de cómo nosotros, sean cuales quieran las circunstancias que nos rodean, somos capaces de enfrentamos a ellas y encontrar oportunidad donde otros sólo verían desolación. Nosotros somos los dueños de nuestra actitud ante la vida, independientemente de las circunstancias que nos rodeen.
A través de la descripción detallada del deterioro físico que sufre el viejo profesor y un relato tierno de la devastadora enfermedad que es la Esclerosis Lateral Amiotrófica, perfectamente aquí descrita, el autor logra que esta pase a un segundo plano centrándose en otros aspectos que son los que captan la atención del lector.
La novela se convierte en un relato amable que habla de emociones, del amor de las personas y de sus prioridades, de los afectos, de la reconciliación, del perdón, de la resiliencia... En definitiva es una lección acerca de la vida y la muerte, pero percibida como un hecho amable, inherente a la vida misma.
Este libro me ha dado la oportunidad de recordar y entender mejor mi propio proceso vivido y a la vez me ha ayudado a empatizar con el enfermo, a través del viejo profesor.
Libro profundo, desgarrador y tierno y que no dejará a nadie indiferente.
Un abrazo cálido a los enfermos que luchan sin ninguna armadura contra la ELA y a sus familias que los acompañan.
Enlace: https://leoypunto.blogspot.c..

Maravilloso libro. Desde la primera página supe que caería alguna lágrima. Y así fue.

Tenemos una novela biográfica, en la que Mitch Albom cuenta la historia de Morrie Schwartz, sociólogo que fue su profesor en la universidad y que padece de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular.
Años después, sigue siendo su mentor y amigo, aunque hayan perdido contacto desde que Mitch terminase la carrera… es en un programa de televisión cuando vuelve a tener noticias del mismo, donde le escucha hablando de su salud y de cómo esta va a ir deteriorándose con el tiempo.

Así, Mitch decide retomar sus visitas de los martes –como ya ocurriera en su época de estudiante, pues “son personas de los martes”-; ahora es un conocido periodista deportivo con muy buen sueldo y posición, pero eso no le impide tomar un vuelo cada semana para visitar a Morrie.

Poco a poco, mientras la enfermedad avanza, el autor nos cuenta –en primera persona- con cariño y nostalgia cómo era Morrie en sus clases y en su vida fuera de ellas, un hombre activo y divertido, cómo cada semana comían juntos hablando de cualquier cosa, cómo decidió asistir a todas y cada una de sus asignaturas… y cómo dejó de mantener contacto con él. Pero a su profesor no le importa, pues es como si se siguieran viendo a diario.
Asistimos junto con Mitch al deterioro de este gran hombre, que fue entrevistado en diferentes ocasiones para el mismo programa televisivo, donde la audiencia pudo ver lo que era la enfermedad y también conocer al profesor, que desde entonces tuvo cantidad de admiradores y gente que quería visitarle para darle ánimos.

Un libro que me ha encantado, que también me ha dado a conocer una enfermedad de la que no tenía constancia y lo más importante: he conocido a una bellísima persona (al menos tal como lo pinta el libro), digna de admirar… y es que Morrie se toma la enfermedad de la forma más positiva posible.
Muy recomendable.


Tengo pendiente de ver la adaptación cinematográfica de 1999, con mi queridísimo Jack Lemmon en el papel de Morrie.

Enlace: https://locaporincordiar.blo..

Me ha gustado mucho este libro, son las conversaciones prácticamente semanales entre un hombre adulto y quien fue su profesor, es una forma de crecer a través de todo lo vivido por este profesor tan especial. Gran libro

Yo leí el libro por una recomendación, pero comencé su lectura sin haberme creado espectativa alguna. Me ha conmovido su historia y aunque yo no lo he leído como libro de autoayuda, llega a tocar ciertas fibras.

Yo leí el libro por una recomendación, pero comencé su lectura sin haberme creado espectativa alguna. Me ha conmovido su historia y aunque yo no lo he leído como libro de autoayuda, llega a tocar ciertas fibras.

Si habéis leído El mundo amarillo de Albert Espinosa, el libro que inspiró la serie de televisión Pulseras Rojas, recordaréis que el autor lo recomienda. Son dos libros del estilo, ambos biográficos, pero éste puede leerse como una novela.
Martes con mi viejo profesor es la muestra del talento del autor para llegar al corazón de los lectores de una manera natural y sin recurrir a la lágrima fácil con una historia real, dramática y conmovedora. Es, como anuncia su portada, un auténtico testimonio sobre la vida, la amistad y el amor. Un libro que, como asegura la crítica, ha pasado de best-seller ha convertirse en un libro de culto.
Enlace: http://librodelosviernes.blo..