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Inicio mi opinión con el recuerdo puesto en mi padre que sufrió ELA en la misma época que el protagonista de esta novela. No tengo palabras que describan todo lo que me ha hecho experimentar la lectura de este libro. La novela cuenta, a través del relato de un profesor enfermo de ELA inmerso en su proceso de declive físico, experiencias vitales del mismo con uno de sus alumnos. En sus citas periódicas de los martes tratan sobre los temas trascendentales de la vida. Habla de cómo nosotros, sean cuales quieran las circunstancias que nos rodean, somos capaces de enfrentamos a ellas y encontrar oportunidad donde otros sólo verían desolación. Nosotros somos los dueños de nuestra actitud ante la vida, independientemente de las circunstancias que nos rodeen. A través de la descripción detallada del deterioro físico que sufre el viejo profesor y un relato tierno de la devastadora enfermedad que es la Esclerosis Lateral Amiotrófica, perfectamente aquí descrita, el autor logra que esta pase a un segundo plano centrándose en otros aspectos que son los que captan la atención del lector. La novela se convierte en un relato amable que habla de emociones, del amor de las personas y de sus prioridades, de los afectos, de la reconciliación, del perdón, de la resiliencia... En definitiva es una lección acerca de la vida y la muerte, pero percibida como un hecho amable, inherente a la vida misma. Este libro me ha dado la oportunidad de recordar y entender mejor mi propio proceso vivido y a la vez me ha ayudado a empatizar con el enfermo, a través del viejo profesor. Libro profundo, desgarrador y tierno y que no dejará a nadie indiferente. Un abrazo cálido a los enfermos que luchan sin ninguna armadura contra la ELA y a sus familias que los acompañan. Enlace: https://leoypunto.blogspot.c.. |
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