Casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme y este libro no es otra cosa que la carta a una sombra.
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Casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme y este libro no es otra cosa que la carta a una sombra.
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La alternativa va siendo cada vez más clara : o nos comportamos como animales inteligentes y racionales, respetando la naturaleza y acelerando en lo posible nuestro incipiente proceso de humanización, o la calidad de la vida humana se deteriora.
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La memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o mejor dicho, está hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre una playa de olvidos.
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Al final de sus días acabo diciendo que su ideología era un híbrido : cristiano en religión, por la figura amable de Jesús y su evidente inclinación por los más débiles; marxista en economía, porque detestaba la explotación económica y los abusos infames de los capitalistas; y liberal en política, porque no soportaba la falta de libertad y tampoco las dictaduras, ni siquiera la del proletariado, pues los pobres en el poder, al dejar de ser pobres, no eran menos déspotas y despiadados que los ricos en el poder.
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Mi mamá decía siempre "niñas" porque las niñas eran más y entonces esa regla gramatical (un hombre entre mil mujeres convierte todo al género masculino) para ella no contaba.
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Los humanos, en el dolor más hondo, podemos sentirnos confortados si en la pena nos conceden una rebaja menor.
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Yo lo quiero como es, entero, con todas sus cualidades y todos sus defectos, y me gustan de él hasta las cosas en que no estamos de acuerdo.
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Los libros son un simulacro del recuerdo, una prótesis para recordar, un intento desesperado por hacer un poco más perdurable lo que es irremediablemente finito
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La medicina no se aprende solamente en los hospitales y en los laboratorios viendo pacientes y estudiando células, sino también en la calle, en los barrios, dándonos cuenta de por qué y de que enferman las personas
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«Si quieres volver te recibiremos con los brazos abiertos. Y si te arrepientes y quieres regresarte otra vez, tampoco nos faltará con qué comprarte el pasaje de ida y regreso. Sin que te olvides nunca que el más importante es este último. Te besa tu padre.»
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Como agua para chocolate