El olvido que seremos

Se justifica vivir si el mundo es un poco mejor, cuando uno muera, como resultado de su trabajo y esfuerzo.

“Ya somos el olvido que seremos “. Desgarra ver como la suerte no siempre cae del lado del bondadoso, no siempre los buenos salen victoriosos … pero Héctor Abad podrá presumir allí donde esté , de este homenaje en forma de libro que pellizca corazón y abre conciencias . Como su hijo bien dijo “convertir las ideas en letras y en palabras, me pareció desde el principio —y me sigue pareciendo una de las magias más extraordinarias del mundo.” Mientras sigan existiendo este tipo de novelas que describen personas luchadoras y necesarias , el olvido eterno tardará en llegar.

La alternativa va siendo cada vez más clara : o nos comportamos como animales inteligentes y racionales, respetando la naturaleza y acelerando en lo posible nuestro incipiente proceso de humanización, o la calidad de la vida humana se deteriora.

La memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o mejor dicho, está hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre una playa de olvidos.

Al final de sus días acabo diciendo que su ideología era un híbrido : cristiano en religión, por la figura amable de Jesús y su evidente inclinación por los más débiles; marxista en economía, porque detestaba la explotación económica y los abusos infames de los capitalistas; y liberal en política, porque no soportaba la falta de libertad y tampoco las dictaduras, ni siquiera la del proletariado, pues los pobres en el poder, al dejar de ser pobres, no eran menos déspotas y despiadados que los ricos en el poder.

Los humanos, en el dolor más hondo, podemos sentirnos confortados si en la pena nos conceden una rebaja menor.

Yo lo quiero como es, entero, con todas sus cualidades y todos sus defectos, y me gustan de él hasta las cosas en que no estamos de acuerdo.

La medicina no se aprende solamente en los hospitales y en los laboratorios viendo pacientes y estudiando células, sino también en la calle, en los barrios, dándonos cuenta de por qué y de que enferman las personas

«Si quieres volver te recibiremos con los brazos abiertos. Y si te arrepientes y quieres regresarte otra vez, tampoco nos faltará con qué comprarte el pasaje de ida y regreso. Sin que te olvides nunca que el más importante es este último. Te besa tu padre.»

La desaparición de alguien es un crimen tan grave como el secuestro o el asesinato, y quizá más terrible, pues la desaparición es pura incertidumbre y miedo y esperanza vana.