Un apartamento en París

Título: Un apartamento en París
Autora: Lucía Foley

Un domestic noir muy bueno, con mucho movimiento a pesar de no moverse apenas del edificio de París desde el que se puede ver la Torre Eiffel si subes a la azotea, y que está en muy buena zona a pesar de no estar muy lejos del Moulin Rouge. Es un claro ejemplo de escuela Agatha Christie, todo el mundo parece culpable y esconde algo, lo que agiliza y engancha a partes iguales.

La familia, ese grupo de personas con vinculo de sangre que no siempre es tan idílica como parece; el que la tiene reniega de ella, y al que le falta la idealiza.

En ocasiones creerás que vas por delante de la autora, pero entonces llegará el giro y te sentirás totalmente perdido; no lo verás venir y eso te alegrará y enfadará a partes iguales.

Volveré a leer a la autora, me ha dejado muy buen sabor de boca, aunque el vino tinto no sea lo mío 🍷.

Pros: fresca, ágil y adictiva.

Contras: me ha faltado algún dato extra en el final.

Valoración: 5/5

Sinopsis: Bienvenido al número 12 de la Rue des Amants, un hermoso bloque de apartamentos antiguo, lejos de las luces brillantes de la Torre Eiffel y de las bulliciosas orillas del Sena. Donde nada pasa desapercibido y todos tienen una historia que descubrir. La portera vigilante. El amante despreciado. El periodista fisgón. El estudiante ingenuo. El invitado no deseado. Hubo un asesinato aquí anoche. Un misterio se esconde detrás de la puerta del apartamento número tres. ¿Quién tiene la llave? Jess necesita un nuevo comienzo. Está arruinada y sola, y acaba de dejar su trabajo en las circunstancias menos ideales. Su hermanastro Ben no parecía muy emocionado cuando le preguntó si podía quedarse con él durante una breve temporada, pero no le dijo que no. Solo que cuando llega (a un apartamento realmente agradable...¿cómo puede permitírselo Ben?) él no está allí. Cuanto más tiempo permanece desaparecido Ben, más indaga Jess en la situación de su hermano y más preguntas tiene...

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Jess es una joven inglesa que, huyendo de una situación conflictiva con un antiguo jefe, acude a su hermano Ben, alojado en un apartamento de lujo en París. Pero cuando llega Ben ha desaparecido sin que nadie le de explicación alguna. Sólo le queda investigar cuál de los peculiares vecinos del bloque de apartamentos sabe la verdad: Nick, el amigo de universidad de su hermano; Sophie, mujer de mediana edad y clase alta; Mimi y Camille, jóvenes compañeras de piso; Antoine, borracho, violento y recién divorciado; o la portera, personaje siniestro donde los haya.


El libro está narrado alternando puntos de vista de cada uno de los vecinos del bloque, siempre en primera persona. La trama resulta un tanto monótona, siempre dando vueltas sobre lo mismo. El hecho de estar ambientado en un bloque de apartamentos parece dar lugar a considerarlo misterio de habitación cerrada, pero en realidad no es tal en mi opinión. Para mi gusto se alarga demasiado, estirando la historia más que un chicle bang bang, incluso metiendo información que no aporta nada.


En definitiva el libro resulta entretenido pero solo para pasar el rato. Una historia fácilmente olvidable. 


Con respecto a la edición en audiolibro se agradece y es de valorar que cada personaje narrador tiene su propia voz. Es el primer audiolibro, de los que he escuchado, que tiene diferentes lectores. 

Viajamos a París para conocer a nuestra protagonista Jess que viaja desde Reino Unido para vivir con su hermano Ben tras un desafortunado incidente en su trabajo anterior, se encuentra en una precaria situación.
La trama comienza cuando Jess llega al vecindario de Ben pero él no está esperándola como quedaron, pasan los días... ¿donde está Ben? Unos vecinos muy peculiares podrían tener la respuesta... ¿O no?
La historia me ha enganchado desde la primera página, Jess es una protagonista maravillosa muy real y con una personalidad con la que resulta fácil empatizar.
Es una novela coral, ya que cada capítulo está narrado desde la perspectiva de cada personaje algo que me encanta para conocer sus triquiñuelas y pensamientos.
Algunos giros me han sorprendido y otros han sido previsibles pero muy acertados.
Ha sido una lectura amena y entretenida en una ambientación ideal ya que los grandes acontecimientos suceden en un edificio que esconde tantos secretos como las personas que viven en el.

Cuando hace unos años leí “Muerte en la nieve”, me gustó mucho por su estructura. El no saber quién es la víctima prácticamente hasta el final le dio a la historia un punto de tensión muy interesante. Con su siguiente novela Lucy Foley repitió exactamente la misma fórmula (grupo de personajes aislados en una localización, uno de ellos muere pero no se sabe quiénes son la víctima y el culpable hasta las últimas páginas) y el hecho de leerlo próximo en el tiempo al primero hizo que no lo disfrutase tanto. En “Un apartamento en París” cambia de registro y nos propone una historia que, sin ser el thriller del año, me ha resultado bastante entretenida.

Jess está viajando a París para visitar a su hermano Ben. Él le ha mandado un mensaje con las instrucciones para llegar a su casa, pero cuando Jess se presenta en el edificio no hay ni rastro de él. Ben no contesta el teléfono ni responde sus mensajes. Ciertos hallazgos dentro del piso y la actitud hostil y extraña de sus vecinos harán que Jess desconfíe de todo y de todos. ¿Puede fiarse de alguno de ellos para encontrar a su hermano?

Una vez más Lucy Foley presenta una historia coral con gran cantidad de personajes, alternando la narración entre las perspectivas de cada uno de ellos. al contrario de lo que me pasó en su libro anterior, aquí todos son perfectamente distinguibles, con voz propia que hace que, a pesar de haber múltiples narradores, no haya problemas para tener controlado quien habla en cada momento.

El libro se lee solo, gracias a capítulos cortos que invitan a seguir pasando páginas a pesar de que la historia tarda un poco en arrancar. El primer giro llega más o menos hacia la mitad de la historia y fue ahí cuando algo hizo click en mi cabeza, formándome una teoría que se confirmó al final, con otro par de giros que fueron un poco más predecibles.

El personaje de Jess tiene muchos defectos, pero aún así el lector puede empatizar con ella, ya que en comparación con el resto de personajes ¡Jess es una santa! Me gustó cómo, a través del resto de personajes, el lector se puede hacer una idea clara de la personalidad de Ben aún cuando este apenas aparece en escena.

El edificio actúa como un personaje más, creándose una atmósfera tensa y extraña desde las primeras páginas. El único pero fue que el edificio podría estar en cualquier parte del mundo. Quitando las numerosas expresiones en francés y alguna que otra referencia a distintos lugares, no hay una sensación real de estar en París en ningún momento.

Historia de suspense entretenida y de fácil lectura, con una muy buena ambientación y llena de personajes de los que desconfiar.

De esta novela se podría decir que es la típica para pasar un rato de puro entretenimiento sin nada destacable, como tantas otras, pero no es así en este caso. Es de lectura muy ágil debido a que los capítulos son muy cortos; algunos apenas son de dos páginas, pero también porque la trama no baja el ritmo en ningún momento y es muy complicado parar de leer porque he sentido, en todo momento, de descubrir qué estaba sucediendo realmente en ese edificio de lujosos apartamentos.

Sé que la autora tiene un par de novelas más, pero para mí ha sido mi primer contacto y no ha podido ser mejor. Me ha gustado muchísimo, de principio a fin, ha sido como jugar al "quién es quién" conforme iba recabando cualquier dato de cada uno de los vecinos. Por más teorías que se me han ocurrido no he sabido dar con la tecla, he estado totalmente despistada hasta que casi al final ya se ha destapado todo el pastel. Es algo de agradecer porque esas novelas en las que lo pillas todo demasiado rápido y está más que claro qué sucederá no son con las que más disfruto. Lo que sí es de agradecer mucho es el final que, para mi gusto, ha sido perfecto en todo; sin prisas y terminando de encajar cada pieza en su lugar hasta dejarlo todo bien atado.