Pestilence

Primer libro de la tetralogía “Los cuatro jinetes”. En cada libro se seguirá a uno de los jinetes del apocalipsis.

Tengo sentimientos encontrados con este libro. Pero a lo bestia…Os explico.

Me he pasado todo el libro (y cuando digo todo es todo) pensando que no era para mí. He dicho varias veces: lo dejo y leo otra cosa porque no, no me está gustando. Pero por otra parte no podía soltarlo y me lo he leído en dos ratos. Supongo que es como cuando hay algo morboso que no quieres ver pero no dejas de mirar. No se si me explico.

La cuestión es que no me lo esperaba. No sé qué esperaba de este libro ya que cuando empecé imaginaba que era un dark romance y más o menos de qué iba pero no esperaba encontrarme esto.

Es un libro duro. Con situaciones que me han hecho enfadar y llorar en varias ocasiones. Y no por sexo explícito o moralmente reprochable, en verdad sexo hay poco y al final prácticamente.

No me ha gustado la protagonista, desde el principio tenía esa atracción por él que no he podido soportar. Vale, es guapo y atractivo y como en todos estos libros si fuera feo y “contrahecho” se acabaría la historia romántica. Y él… bueno entiendo su forma de ser y su progresión.

Trata temas que no están mal y que te hacen tal vez reflexionar. Y bíblicos.

En definitiva, no me ha gustado pero no lo he abandonado… Aun así no creo que siga con la saga, aunque es verdad que el final deja un poco con ganas.


Si te gustan los libros oscuros, con escenas duras, historias post apocalípticas con toques religiosos y un punto de “romance”, este es tu libro.

Primera parte de la serie Los cuatro jinetes, hay un libro por cada jinete, cada historia es independiente.

El mundo está en agonía, sufriendo un brote de enfermedad, y todo por culpa de Pestilence, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis. Sara sabe que cuando este pase por donde ella vive la gente que ama morirá.

Sara es nuestra protagonista, y narradora, una chica que es bombera, que quiere mucho a su familia, fiel a sí misma y que le ha tocado acabar con el jinete para acabar de una vez con toda la muerte que este trae.

Sara lo intenta, ella cree que ha acabado con el jinete, pero para su sorpresa no es así y este como venganza la hace su prisionera para hacerla sufrir.

Pestilence es el primero de los de los cuatro jinetes que pasaran por la tierra, tiene un cometido y no piensa fallar en ellos, sabe que lleva muerte donde va, pero la humanidad tiene sus pecados.

La química está entre ellos, al principio es más bien odio, pero se irán conociendo y viendo quién es la otra persona, irán cayendo los prejuicios y la atracción entre ellos es inevitable.

Es una historia oscura, con contenido sensible entre sus páginas. Personajes que no son perfectos y cada uno a un lado de la cuestión. Él no cree en la redención de la humanidad, ella no pierde la esperanza en la humanidad y en que Pestilence vea más allá de las cosas malas de los seres humanos.

Otra de las cosas que me ha gustado es la atracción entre ellos, diríamos un amor prohibido por quiénes son ellos. Es un romance muy lento, y a la vez el dilema de esto no es posible y no está bien.
Dos personajes diferentes, con creencias y principios morales a los que aferrarse.

Una historia oscura, adictiva, con capítulos cortos, que te hace plantearte qué es lo bueno y lo malo, un romance prohibido por las circunstancias y quiénes son y ¿Será la humanidad de redimirse? ¿Pestilence será capaz de ver la bondad en la humanidad?

En un ambiente postapocalíptico, al más puro estilo Rick Grimes (The Walking Dead), aparece Pestilence montado sobre su caballo blanco mientras atraviesa el mundo para extender la plaga que le da nombre. En su camino se cruza Sara, quien intenta matarlo y acaba convirtiéndose en su prisionera y compañera de viaje. Lo que no espera ninguno es que pasar tanto tiempo juntos, despertará en ellos sentimientos a los que él no sabe poner nombre y ella se niega a admitir.

Si hay algo que destacar de esta historia, es que a pesar de su sencillez, te sumerge de lleno en el mundo creado por la autora y te hace disfrutar de sus personajes desde el principio.

Pestilence y Sara conforman un dúo que me ha hecho reír más de una vez, porque las diferencias entre ambos son abismales. Ella es una chica que tiene claro sus ideales, pero estos se irán resquebrajando a medida que va conociendo a Pestilence. A pesar de la situación, no es exagerada en sus actos, algo que agradezco mucho y hace que gane puntos. Es sensata, valiente y sarcástica, una chica que solo quiere la redención del mundo aunque suponga su propia perdición. Por su parte, Pestilence ha sido un personaje que ha ido de menos a más. Tiene una evolución de lo más interesante, porque sus únicos pensamientos son propagar la plaga y terminar con su misión. Es un personaje muy enigmático y misterioso, hombre de pocas palabras, pero que cuando deja ver su interior, te das cuenta de que oculta más de lo que dice.

Si hay algo que valoro mucho en una historia, es poder imaginarme cualquier situación que me describan y aquí he podido hacerlo en cada página sin ninguna dificultad. No son necesarias amplias descripciones para ello.

También el libro está plagado de reflexiones sobre la fe y la humanidad, al igual que se hace una crítica muy importante a que nos estamos cargando nuestro planeta, el único que tenemos y que tan poco valor le damos. La autora lo hace de forma sutil, pero el mensaje está ahí.

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