4. En La ciudad y las sierras conocemos a Jacinto, el cual vive en plena civilización parísina de finales del siglo XIX, con una gran renta, todo tipo de lujos y los últimos avances tecnológicos a su disposición. También conocemos a Zé Fernandes, su amigo de universidad, el cual procede de la sierra de Portugal, de la misma zona que los antepasados de Jacinto. En esa época universitaria Jacinto tiene muy claro que para ser feliz hay que estar en el centro de la civilización, donde está el avance humano: "El hombre solo es supremamente feliz cuando es supremamente civilizado. [...] El intelecto se esteriliza en los campos, y sólo queda la bestialidad. En los rudimentarios reinos de lo vegetal y lo animal, solo dos funciones se mantienen activas: la nutritiva y la procreadora". Su amigo, que tiene más vivencias en la sierra, no está convencido de ello. Zé Fernandes regresa a la sierra durante 7 años, y vuelve luego a París; se pasa a visitar a su amigo de universidad y descubre que este tiene todo lo que dice que hay que tener para ser feliz, pero lo encuentra hastiado, depresivo y apático al máximo. Vive con él un tiempo y observa y experimenta su contexto. Tras un evento, Jacinto decide que le toca hacer un viaje a las tierras portuguesas de sus antepasados (dejadas por él en manos de otros hasta ahora) y resolver unos asuntos familiares. Su amigo le acompaña y le acerca a esa sierra, más conocida por él. Durante este viaje se producirá un cambio en Jacinto, del que seremos partícipe. Es una historia que señala que la felicidad está en las pequeñas cosas y en el equilibrio en la vida. Nos hace una comparativa entre la gran ciudad y la vida rural. Se hace una defensa de la vida sencilla, de alejarse de lo excesivo, de darle valor a lo que hay que darle valor y desechar aquello que en el fondo no necesitamos. Cuando se tiene demasiado, tanto, cuando se tiene tanta estimulación y tanto caos alrededor, uno no sabe a dónde aferrarse, no sabe qué es verdadero y qué falso. Un mundo demasiado "civilizado" llega a deshumanizar a su gente, como un veneno que poco a poco va ejerciendo su efecto nocivo. Escrito de una manera amena, con descripciones preciosas y con una trama que atrapa, así como sus personajes, lo he disfrutado de principio a fin. Algo que sí he notado es que muchos términos no los conocía (he estado cada dos por tres tirando de diccionario Jeje); términos supongo que algo en desuso hoy día, también algunos referidos a ambientes que no me son similares... En definitiva, recomiendo este libro. Una lectura placentera y una defensa de lo simple y sencillo para no dejarnos apabullar por el progreso (lo que no quita que haya cosas de él que sean buenas y necesarias, que también se deja ver en esta historia en ocasiones). He de agradecer esta lectura a Babelio y a #MasaCritica, postulé por este ejemplar y me alegro mucho, lo he disfrutado :D + Leer más |
O escritor Carlos Quiroga pertence a xeración que viviu o final do franquismo na adolescencia e viu mudar a situación legal da lingua na súa mocidade. Doutor en Filoloxía GalegoPortuguesa, é autor de diversas obras de poesía, narrativa, teatro e ensaio. Segundo afirma, escribe liberado de escravitudes como as da norma ortográfica oficial do Galego. Defender a unidade lingüística do galego e do portugués e aplicalo na escrita, pechoulle todas as portas na Galiza mais abriullas no mundo lusófono.
Nos últimos anos investigou sobre as orixes galegas de dúas figuras fundamentais da literatura portuguesa: Eça de Queirós e Fernando Pessoa.
Carlos recíbenos na Facultade de Filoloxia onde é profesor. Atrápanos coas suas reflexións mentres conversamos sobre a súa paixón pola escrita, o reintegracionismo e o papel que no mundo lusófono pode ter o galego.
Séguenos nas nosas redes sociais!
https://www.facebook.com/NosTelevision/
https://twitter.com/NosTelevision
https://www.instagram.com/nostelevision/