Entre dos universos

Salva y Mía son dos amigos que viven en Ferrol. Como a cualquier adolescente de su edad les gusta salir de fiesta, beber y quedar pero a parte de estas aficiones tan comunes les gusta entrar en casas abandonadas y descubrir los misterios que esos lugares ocultan. Una tarde al entrar en una de esas casas encuentran una caja con cenizas de una persona fallecida. Inmediatamente ambos jóvenes quedan intrigados por conocer a quien pueden pertenecer esos retos y deciden llevar a cabo una búsqueda para conocer la historia de esa persona.

Es el segundo libro que leo de la autora y tengo que decir que esta vez la historia no me ha gustado nada. Desde un primer momento el libro se me hizo súper pesado, cada vez que me ponía con él sentía que la historia no avanzaba nada y tengo que reconocer que he estado a punto de abandonarlo. Uno de los motivos por los que la historia no me ha convencido es que la autora menciona varios temas muy importantes como son la anorexia, el cáncer, el temor a la muerte, etc. pero no llega a tratar en profundidad ninguno. La trama se divide como en dos partes, por una lado el libro nos cuenta la historia de Salva un chico con leucemia y la vida de Mía una chica con anorexia. Y por otro lado la vida de Jean, un hombre fallecido del que ambos amigos encontraron sus restos. Sí soy sincera no me atrapó ninguna de las dos tramas, se me hicieron lentas y muy aburridas.Los personajes tampoco me gustaron, Mía es un personaje que me cayó fatal, entiendo que tenía problemas debido a su pasado pero eso no explica del todo su personalidad que sinceramente dejaba mucho que desear. El personaje de Salva tampoco me gustó, me da pena por lo que estaba pasando ya que creo que es una situación muy dura y difícil de afrontar pero el chico me pareció muy soso. La pluma de la autora tampoco me convenció me pareció lenta, repetitiva y que se enrollaba como las persianas para contarnos algo que se podía contar en pocas líneas. En definitiva un libro que me aburrió un montón y que sólo terminé de leer porque no tenía otro libro con el que intercambiar la lectura.

Salva y Mía tienen como hobby entrar en las casas abandonadas de su ciudad. Pero en una de esas incursiones encuentran una pequeña cajita llena de cenizas y desde ese momento se obsesionan por encontrar a los familiares de la persona a la que pertenecían.

La verdad es que el libro no me ha gustado nada, se me ha hecho súper lento y eso que la trama no era la gran cosa, todo ello debido a la pluma de la autora, quien creo que se detiene en explicar cosas que no tienen mucha importancia o ningún sentido para la trama general. Además no conectaba bien algunos capítulos o párrafos con lo que me sentía perdida en algunos momentos. Todo ello junto con el ritmo de la lectura hizo que se me hiciese bastante engorroso. Otra cosa que no me gustó es que la autora intenta tratar muchos temas importantes como las enfermedades mentales, la anorexia o las enfermedades terminales pero los trata de pasada y además de una manera que no me ha gustado del todo, yo creo que ninguno de ellos está bien reflejado. En cuanto a los personajes, los he odiado, sobre todo a los dos principales, Salva y Mía. Ambos personajes enfermos a los que la autora podría haber sacado mucho más provecho para por ejemplo, ver cómo afrontaban la vida, etc. Sin embargo son personajes muy volubles y con personalidades que no he podido entender para encontrarse en la situación que lo hacían con lo que me ha resultado muy complicado entenderlos. En definitiva un libro que se em ha hecho súper denso y aburrido y que no os recomiendo leer.

Un libro demasiado bueno.
Muy bien redactado, tanto los personajes, como sus acciones, el ambiente, los objetos...
Una historia que te envuelve desde los primeros capítulos y no llegan las ganas de querer que se acabe el libro, al final te quedas con ganas de más, se le coge mucho cariño a los personajes, hasta tal punto de llorar con la historia, 100% recomendable