Salamandra nos trae un nuevo caso de la serie Su Majestad, la reina investigadora, una saga que espero que siga creciendo ya que se ha convertido en una lectura confort de mis estanterías. Y en esta segunda parte me ha gustado más incluso que la anterior.
Otoño de 2016, el mundo se enfrenta a una situación política incierta, el Brexit, la elección del nuevo presidente de los EE.UU…Por supuesto, todo esto afecta de alguna manera su Majestad, que por si no fuera suficiente, la gobernanta de palacio aparece muerta junto a la piscina. Aunque todo apunta a un desafortunado accidente, su mente inquieta sabe que algo raro hay en el aire. Además, la desaparición de un cuadro y mensajes anónimos que circulan por el palacio de Buckingham amenazando a algunos de sus trabajadores, supondrán un nuevo caso, entre bambalinas, para Isabel II.
Lo primero que destaco de esta segunda parte es que la evolución de los personajes con respecto a la anterior. El papel de la reina es mayor, es mucho más protagonista y tiene varios capítulos en los que sus conversaciones con ella misma, son de los más entretenidos y sarcásticos. Me encantan sus paseos con sus corgis, las conversaciones con su esposo o como se queja de las locuras de la nueva novia de su nieto Enrique y de lo espeluznante que le parece Trump.
El resto de secundarios es de lo más variopinto, entre cónsules, ministro, duques y trabajadores de la casa real, destacando de nuevo a su secretaria personal Rozie Oshodi y el mayordomo mayor Sir Simon, que en este nuevo caso están más unidos y empiezan a formar un tándem perfecto. Por poner una pega, creo que es necesario hacer una lista con los nombres que van a pareciendo porque en algunos momentos he sentido que me perdía y no sabía muy bien de quien o de quien estaban hablando.
La narración es elegante pero sencilla. Nuevamente la historia está plagada de referencias al momento histórico en el que se desarrolla, lo que la hacen muy real. La escritora es muy respetuosa, ya que en esta ocasión otorga frases y pensamientos a personajes que siguen vivos en la actualidad, lo que me parece tremendamente arriesgado y complicado.
Su ritmo no es trepidante, es para saborear y pasar un buen ratito. Podría decir que incluso que no me ha gustado la resolución del crimen, un poco sacado de la manga o por lo menos yo me quede un poco igual. Pero no me ha importado, es de esas nuevas novelas de misterio de “acogedor” que te hace pasar un ratito de lectura entretenida y agradable.
En definitiva, Un caso de tres perros no pierde el encanto. Una lectura amena, inteligente y divertida, con una reina Isabel II cada vez más protagonista que junto a Rozie y Simon, componen el nuevo trio del misterio cozy.
NOTA: 3,5/5
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