Nos vemos allá arriba de Pierre Lemaitre
“ Sabía que la guerra no era otra cosa que una inmensa lotería de balas en las que sobrevivir cuatro años era sencillamente un milagro.”
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Nos vemos allá arriba de Pierre Lemaitre
“ Sabía que la guerra no era otra cosa que una inmensa lotería de balas en las que sobrevivir cuatro años era sencillamente un milagro.”
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Los colores del incendio de Pierre Lemaitre
De pronto, el frío había vuelto a París. La ciudad estaba cubierta por un cielo lechoso cuyas intenciones no habían estado claras hasta que regresó la lluvia, persistente y glaciar.
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El espejo de nuestras penas de Pierre Lemaitre
Tu madre era una romántica, ¿comprendes? Leía novelas, y eso no es bueno, embarulla la sesera
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Nos vemos allá arriba de Pierre Lemaitre
En el fondo, una guerra mundial no es más que un intento de asesinato generalizado en un continente.
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Alex de Pierre Lemaitre
De hecho, la verdad, la verdad…¿Quién puede decir qué es verdad y qué no lo es, Comandante? Para nosotros, lo esencial no es la verdad si no la justicia, ¿no es así?
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Irène de Pierre Lemaitre
No existe emoción más profunda, todos los auténticos aficionados al arte lo saben, que la transmitida por los artistas. Mi forma de acercarme a ellos, a sus sublimes emociones, es homenajearlos.
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Irène de Pierre Lemaitre
El hombre se nutre de imágenes de muerte porque tiene hambre de muerte. Y solo los artistas pueden aplacarla.
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Irène de Pierre Lemaitre
El hombre se nutre de imágenes de muerte porque tiene hambre de muerte. Y solo los artistas pueden aplacarla.
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Irène de Pierre Lemaitre
cerceno la cabeza de Évelyne con la sierra mecánica y deambulo por la habitación, con la cabeza plantada sobre mi sexo en erección
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Rosy & John de Pierre Lemaitre
Una investigación no es más que una forma de arrojar luz sobre la realidad.
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Irène de Pierre Lemaitre
Ahora estaba allí, en la cama, con una mano bien apoyada sobre su vientre repleto. Y bajo su mano, sintió un golpe, brutal y algodonado. Completamente despierto, sin mover un solo músculo, esperó. Irène, en su sueño, lanzó un pequeño gruñido. Pasó un minuto, luego otro. Paciente como un gato, Camille acechaba, y llegó un segundo golpe, justo bajo su mano, algo diferente, una especie de movimiento aterciopelado, como una caricia. Era lo habitual. No podía decir más que la feliz estupidez: «La patadita», como si en su propia vida todo hubiese empezado de pronto a dar pataditas.
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Camille de Pierre Lemaitre
Se podría pensar que Dios, sobrepasado por los acontecimientos, ya no sabe dónde poner orden, de modo que los actores improvisan y la cosa sale mal, claro.
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Alex de Pierre Lemaitre
Las muchachas sentimentales y las asesinas en serie son seres de corazón frágil.
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Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre
Cuando el leñador entra en el bosque con su hacha al hombro, los árboles dicen: El mango es de los nuestros.
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¿Quién escribió la saga?