El espejo de nuestras penas

Antes de comenzar la reseña me gustaría agradecer el envío del ejemplar gracias a Masa Crítica de Babelio, (aunque el libro llegó en muy malas condiciones)

Este libro es la tercera parte de la trilogía de entreguerras, o “Hijos del desastres” dependiendo de las fuentes cambia el nombre de la trilogía, escrita por Pierre Lemaitre y formada por "Nos vemos allá arriba", "Los colores del incendio" y “El espejo de nuestras penas” ambientadas en las guerras mundiales.

Si no habéis leído las anteriores entregas os diré poco, es una novela coral, donde una mujer presencia un trágico acontecimiento y a partir de ahí descubre un secreto familiar, teniendo que recorrer la ruta de los refugiados. Por otro lado tenemos a dos soldados pícaros en primera línea de combate muy bien avenidos, y como personajes integrantes de la novela aunque más secundarios están un sacerdote, médico, estrafalario timador, ángel de la guardia que sirve para casi todo, un jefe bondadoso, una supuesta madre, un marido infiel, un policía... A través de estas personas, sus vidas y situaciones, aparentemente de manera paralela cada una de ellas, vamos a conocer un pasaje de la historia de Francia dantesco, la indestructible línea Maginot, la derrota francesa, el avance alemán, la huida de miles de personas avanzando por los caminos y las Árdenas. Una novela sobrecogedora donde lo importante, más que los hechos en sí, es la vida de cada uno de estos personajes, como tienen que sobrevivir frente a la adversidad en medio de la destrucción y de la guerra, como afectan las noticias falsas creadas intencionadamente al devenir de las personas, a la toma de decisiones, como son supervivientes y héroes de sus propias vidas, y donde al final de la novela cada una de estos personajes, esta vidas paralelas, se juntan para cerrar la novela.

Me ha parecido sublime como el escritor es capaz de mezclar la historia, pasajes reales atroces de una guerra, con la historia personal de los protagonistas, tan increíble que además fue la vida real de muchas de aquella personas que vivieron en guerra, la crítica feroz a la manipulación informativa, la corrupción política, la gravedad de la desinformación, además de una labor de documentación impresionante.

Si que es cierto que para ser el final de la trilogía, es una novela con muchos más datos históricos que en las anteriores, en algunos momentos te sacan de la historia y el ritmo es más lento.

Aunque esta novela es el final de la trilogía, se pueden leer de manera independiente pero yo os recomiendo la trilogía completa, porque ves el cierre de un círculo en torno a los personajes que aparecen en el primer libro y porque es un imprescindible si os gustan las novelas ambientadas en las guerras mundiales.

Para finalizar solo me queda decir que me parece increíble como el hombre es capaz de olvidar tan fácilmente el pasado.

Tercera y última entrega de la trilogía de “Los hijos del desastre”. La historia está ambientada en 1940, momento en el que Francia declara la guerra a la Alemania nazi, y el país galo se dispone a luchar en una contienda que presupone fácil y rápida.

El nexo con la trilogía es Louise Belmont, la joven niña de diez años que se hizo amiga de Albert y Edouard, cuando su madre les alquiló una habitación, en “Nos vemos allí arriba”.

La historia se sustentará sobre los avatares vividos por Louise y otros cuatro personajes principales: Ferrand, un guardia móvil parisino; Gabriel y Raoul, dos desertores del ejército galo; y, Désiré, un estafador con un talento extraordinario sobre el que Lemaitre desatará su vis más cómica. Las historias, aparentemente inconexas de todos ellos, acabarán por converger al final del relato de un modo coherente y ágil, gracias a la maestría en la narración, el ritmo y la construcción de la historia de Pierre Lemaitre.

Si en “Nos vemos allí arriba” se nos narraba el periodo inmediatamente posterior a la finalización de la I Guerra Mundial; en “Los colores del incendio”, la época del Crack bursátil y la Gran Depresión; en esta última entrega, Lemaitre nos narra el momento en el que Hitler ocupa Francia. Es interesante la descripción del caos y el éxodo masivo de los ciudadanos que nos dibuja un episodio que yo, particularmente, no pensé que había sido tan importante en Francia, y que me recuerda muchísimo al narrado por Franz Borkenau en “El reñidero español” al relatarnos su primer viaje al frente de Córdoba.

A pesar del dramatismo y del terror que protagoniza el tono de la novela, Lemaitre no se resiste a incluir a un personaje cómico (como también hiciera en “Los colores del incendio” con Charles Pericourt, tío de Madelaine), en este caso Désiré. Entre las muchas situaciones hilarantes por la que pasa este personaje, me quedo con este fragmento en el que el estafador se hace pasar por un censor del Gobierno francés que interviene una llamada entre un soldado del frente y su mujer, y aplica las directrices para evitar la revelación de datos sensibles al enemigo:

“—¿Estás bien, cariño? —preguntó ella.
—¡Chist, chist! —la interrumpió Désiré—. Ni una palabra sobre la moral de las tropas.
Se notaba que la chica estaba desconcertada. Primero dudó y luego dijo:
—¿Hace buen tiempo, al menos?
—¡Chist, chist! —siseó Désiré—. Nada sobre las condiciones meteorológicas.
Hubo un largo silencio.
—Cariño…—El soldado esperó a que lo interrumpieran. Silencio. Se lanzó—: Oye, ¿la vendimia…?
—¡Chist, chist! El vino francés es un dato estratégico.
El joven soldado empezó a mosquearse. Así no había manera de hablar. Decidió dejarlo ahí.
—Escucha, tesoro…
—¡Chist, chist! No se puede hacer ninguna alusión al Banco de Francia.
Silencio.
La chica se arriesgó al fin.
—Oye, te voy a dejar…
—¡Chist, chist!¡Nada de derrotismo!
Désiré se sentía en plena forma.”

“El espejo de nuestras penas” es el final de la trilogía escrita por Pierre Lemaitre, la cual comenzó con “Nos vemos allí arriba”, prosiguió con “Los colores del incendio” y finaliza con la obra que reseño a continuación. En mi opinión esta obra esta pensada como trilogía, pero el autor tiene material para hacer de esta obra una auténtica saga, pues todavía queda recorrido histórico digno de contar y estoy seguro con historias personales que poner en valor.

Algo con lo que he disfrutado mucho de la lectura ha sido con el epílogo, pues me parece que ha sido la puntilla de la historia para hacerla completamente redonda, dándole un cierre digno y no dejarnos a los lectores en ascuas sobre el destino final de nuestros protagonistas.

Y al igual que el epílogo la parte de agradecimientos también merece la pena destacarla, pues contiene una gran cantidad de bibliografía muy interesante sobre la temática que nos ocupa y que resulta de utilidad para aquellos a los que nos gusta conocer e investigar sobre el tema en cuestión.

La trama de la novela la comparo con un tapiz de calidad, de esos en los que no puedes encontrar ninguna puntada que se haya escapado. En las tramas que Lemaitre nos propone vemos es buen hacer del autor, mostrando poco a poco sus cartas y haciendo confluir los hilos según avanza la historia, causando en el lector una curiosidad sobre el momento en que las diferentes líneas narrativas converjan en algún punto. Nota para próximos lectores: Paciencia… todo llega.

Dentro de la narrativa un aspecto que debo destacar es la capacidad del autor para representar a la perfección los sentimientos de huida, el agobio, la supervivencia, el miedo, la reacción a las noticias del frente, a los rumores sobre el “comportamiento” de los boches (soldados alemanes) con al población local. Todo esto en momentos de tensión dan a la novela un grado de empatía con los personajes muy alto, los sientes cercanos, y es fácil com se puede decir, ponerse en la piel de los personajes.

Después de de hablar de la narrativa, es justo hablar del narrador, y este caso no solo es justo es necesario, pues en este caso nuestro narrador es un auténtico contador de historias, que nos guía por el texto con maestría hablando de tu a tu con el lector, y aportando al texto una calidez y sencillez que se agradecen en momentos duros.

Este tipo de obras con varias tramas o líneas argumentales, al lector siempre, o casi siempre, engancha más con unas mas que con otras, pues normalmente los ritmos en los que se desarrolla la acción son diferentes y te sientes mas cómodo en aquellas que coinciden más con el gusto de cada lector. Y como no podía ser de otra manera en esta novela me ha pasado, sin embargo un punto a favor, es que el discurrir de las tramas y la confluencia hacían que el ritmo de lectura tendiese a igualarse, y hacía que el lector quisiere ese avance en toda ellas.

En mi opinión hay un personaje que merece una mención especial, (no hago spoiler) pues en sus primeras apariciones resultaba un carácter poco interesante, hasta aburrido, pero sufre una transformación/mutación lo cual resulta de lo más interesante y se convierte en un elemento crucial en el desarrollo de la novela.

Por último una recomendación extra de este mismo autor, Pierre Lemaitre, es muy conocido en el mundo de la novela negra por su serie de novelas con Verhoeven como protagonista, pero la novela que realmente me descubrió la calidad de este autor fue Vestido de novia, una novela chapó, de las que crean afición y recuerdas de manera muy viva.

Sin lugar a duda recomiendo la lectura, si conoces la serie y has leído los anteriores, la pondría como obligatoria, y si no has leído ninguna de los anteriores… sin problema, también se puede leer como novela autoconclusiva, como las anteriores. Se puede decir que esta novela tiene doble nacionalidad en este sentido.
Enlace: https://unrincondeopinion.bl..

El espejo de nuestras penas es la tercera entrega de la trilogía, "Los hijos del desastre" de Pierre Lemaitre sobre la Gran Guerra y el período de entreguerras. Se sitúa en los días de la llegada de los nazis a París. Imposible no imaginar a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman tomando la mejor botella de champán que queda.

A mí, Lemaitre ya me conquistó con sus novelas del género negro, Vestido de novia o la saga de CamilleVerhoeven. Todas ellas magníficas. Pero ahora el autor declara que está escribiendo novela histórica con un estilo folletinesco, una especie de terapia en la que recordar el pasado nos haría no repetirlo.

Pues bien, El espejo de nuestras penas se centra en la debacle militar y política de Francia en el año 1940 y el éxodo de 10 millones de personas (no solo franceses sino también los que huían de Bélgica o Luxemburgo) en una misma carretera. Lemaitre nos lo cuenta a través de la historia de varias personas normales y corrientes, cuyas vidas se van entrecruzando inexplicablemente a lo largo de la novela, para acabar en un lugar físico y mental, común. Todas estas historias tienen en común el hecho de que, si bien son tristes, Lemaitre nos las relata con su característico humor ácido, resultando a veces, hilarantes. Louise, profesora y camarera parisina, que, tras sufrir un suceso realmente inexplicable, verá su vida conmocionada y partirá en busca de un hombre desconocido. Las historias de Gabriel y Landrade también quedarán inexplicablemente unidas tras coincidir en la línea Maginot. Fernand, guardia móvil, coherente con su cargo y su deber, hasta que se enfrenta con un saco que pondrá del revés sus creencias. Pero si hay un personaje increíble es Desiré. Fascinante, aviador, político, abogado, cura…indescriptible, mejor buscadle en la novela.

Todas estas personas representan a los millones de seres humanos que huyeron al sur ante el avance de los alemanes en 1940. Lemaitre arremete con fiereza contra la inoperancia política y militar de Francia, contra la falta de organización. El Gobierno dejó a su suerte a los militares y ciudadanos que al final fueron los que sufrieron las consecuencias.

Además, Lemaitre hace un guiño a la vieja Europa cuando nos muestra a los refugiados huidos de Luxemburgo y Bélgica, mal acogidos por los franceses, como ahora tantos refugiados son sistemáticamente rechazados por los europeos. Y es que entre esa fila inmensa, encontramos los dramas personales de cada uno de ellos y el autor sabe hacer de esas pequeñas historias todo un universo: La maestra que corre arrastrando tres niños de su escuela, el Sr. Jules que apoyará a Louise hasta casi la muerte, un perro hambriento, una pareja de portugueses…

“Un inmenso cortejo fúnebre –se dijo Louise–, convertido en el espejo de nuestras penas y nuestras derrotas.”

Es muy divertida la denuncia del autor sobre la propaganda de guerra de aquellos días, la utilización de la prensa para levantar la moral de la gente: Hitler tiene gonorrea y los ingleses han llenado el mar de tubos de gas para incendiarlo al paso de los alemanes.

Verdaderamente es una novela magnífica de un autor magnífico, una novela histórica, una novela de denuncia, una novela de personajes y de humor.

“Tu madre era una romántica, ¿comprendes? Leía novelas, y eso no es bueno, embarulla la sesera.”


Enlace: http://citaenlaglorieta.blog..

“En una guerra, un ausente es un fracaso; un muerto, una victoria” ~ El espejo de nuestras penas de Pierre Lemaitre.

Tercera y última entrega de la trilogía que comienza con “Nos vemos allá arriba” y continúa con “Los colores del infierno”. Nuevamente una novela coral con varios personajes protagonistas que se van enlazando a medida que avanza la trama.

En esta ocasión comenzamos con Louise, una joven huérfana que trabaja de maestra y en una cafetería en donde conoce a un hombre que le pide un extraño favor. Un cúmulo de situaciones la llevan a huir de Paris a medida que el ejército nazi va tomando el país. Por otro lado, tenemos a dos jóvenes militares, Gabriel y Raoul, uno más pillo que el otro que han de sobrevivir a la guerra; y a Desiré, todo un personaje, un vividor y pícaro que desde luego me ha parecido de lo mejor y me ha hecho saltar más de una carcajada.

Poco a poco las historias de estos personajes se van entrelazando de la manera más inesperada mientras Pierre Lemaitre carga tintas, y se queda tan a gusto, contra el papel del ejercito francés en la contienda, más perdido que poco y totalmente desorganizado así como contra el papel de la prensa y de la censura.

Realmente un maravilloso cierre de esta trilogía como no podía ser de otra manera. Quizá no sea objetiva porque adoro a Lemaitre pero es que es extraordinario tanto en su faceta de novela negra como en histórica. Si no os llaman la atención las novelas históricas tenéis que probar con Lemaitre; os aseguro que descubriréis otra manera de ver el pasado y además de no olvidarlo.