Se acabó el pastel de
Nora Ephron
¿Es inevitable el momento en que todo te molesta, en que te pone frenética que fume, que tosa por las mañanas, que desparrame migas de pan, que exagere, que conduzca como loco o que diga: «Entre tú y yo»? Cuando te enamoras de alguien, una parte de tu amor la constituyen las diferencias entre los dos; cuando te casas, las diferencias empiezan a volverte loca. Cuando te enamoras de alguien, te dices a ti misma: bueno, en realidad nunca me han interesado ni la política, ni el bridge, ni el francés ni el tenis; y cuando te casas, empiezas a volverte loca porque tu marido ni siquiera sabe quién se presenta a la presidencia. Ese es el momento en que todo psicoanalista te dirá que tu problema se deriva del temor a la intimidad; que estás vinculada a tu madre o que tienes una fijación con tu padre. Pero a mí me parece que lo que ocurre es mucho más fundamental; yo creo que resulta casi imposible vivir con otra persona.