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Besos prohibidos de Noelia Amarillo
Ya lo habían juzgado y encontrado culpable, no pensaba perder el tiempo defendiéndose. Su trabajo debería hablar por si solo.
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Calificación promedio: 5 (sobre 248 calificaciones)
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Besos prohibidos de Noelia Amarillo
Ya lo habían juzgado y encontrado culpable, no pensaba perder el tiempo defendiéndose. Su trabajo debería hablar por si solo.
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No lo llames deseo de Noelia Amarillo
-Déjate de traumas y dile que la quieres. Llévatela a la cama, ámala y mímala, haz lo que sea necesario para que no quiera dejarte nunca. No desaproveches más la oportunidad que la vida te está dando, porque puede que no te la vuelva a dar- le susurró antes de erguirse y salir del salón.
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Llámalo tú y yo de Noelia Amarillo
-De todas maneras, el tamaño no importa, lo importante es tener una buena actitud, mucha disposición de aprender y un fuerte espíritu de superación para hacerlo siempre un poco mejor -señaló Paco atándose el cinturón.
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No lo llames deseo de Noelia Amarillo
Hay personas que nacen para ser amadas. Otras nacen para amar. Algunas pocas tienen la suerte de nacer para amar y ser amadas, como Rodrigo, mi jefe, y Gala, su casi esposa. Y luego estoy yo, que nací estrellado. No valgo para ser amado, soy demasiado superficial para que nadie se fije en mí más allá de mi cara bonita y mi físico imponente. Y tampoco valgo para amar. No sé hacerlo. Me entrego sin medida y no soy capaz de discernir si la persona a la que amo es buena para mí. Si no me va a hacer daño. Si no me va a romper. Me he enamorado una vez y no quiero volver a hacerlo nunca más. Duele demasiado. El amor es peligroso. Te desgarra, te destruye, te cambia. Me enamoré y ella me rompió. Destrozó mi mente, usó mi cuerpo, acabó con la persona que yo era y me convirtió en alguien que no soy. He tardado casi un año en aprender a ser yo mismo otra vez. Un yo extraño al que me cuesta reconocer. Un yo diferente del que era pero que, aun así, consigue caminar con la cabeza erguida y mirar a los ojos a la gente. Y no pienso arriesgarme a que el amor vuelva a destruirme, porque no creo que esta vez consiguiera resurgir de mis cenizas. + Leer más |
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Bajo el calor de tu piel de Noelia Amarillo
Me he obligado a no quererte durante estos tres años y no lo he conseguido -susurró, sus ojos fijos en los de ella-. Me he ordenado olvidarte y tampoco he sido capaz. Aun sin querer quererte, te he querido. Y sin querer recordarte, te he añorado. Ahora te tengo aquí, entre mis brazos. Y sé que te quiero. Que te querré siempre. No puedo prometer ser perfecto. Ni lo soy ni quiero serlo. Tampoco puedo prometer no hacerte daño por que sé que te lo haré, soy así de imbécil. Pero te prometo amarte pase lo que pase, por siempre.
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Besos robados de Noelia Amarillo
-Te creo cuando mientes y cuando dices la verdad, cuando callas y cuando hablas. Te creo cuando tus ojos son sinceros y tus sonrisas falsas. Cuando lloras y cuando gritas. Te creo siempre.
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Ardiente verano de Noelia Amarillo
Era sexo y sólo sexo, y además era peligroso. Si él decidía irse de la lengua, jamás podría volver a mirar a la cara a su hijo ni a su suegro, ni ya puestos al resto del pueblo.
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Ardiente verano de Noelia Amarillo
No es difícil sentirte diminuto cuando caminas bajo la sombra de cuatro gigantes de acero, hormigón y cristal de doscientos cincuenta metros de altura. No es difícil sentirte desamparado cuando la ciudad del oso y el madroño está desierta. No es difícil sentirte melancólico cuando todo lo que te rodea es silencio, calor y soledad. Así se sentía María ese viernes de mediados de agosto a las cuatro y media de la tarde: insignificante, solitaria y triste. |
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No lo llames amor de Noelia Amarillo
Entérate chaval: si quiero la luna no se la pido a ningún hombre, por muy bueno que esté o muy galante que sea. Me la bajo yo solita.
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Gregorio Samsa es un ...