Ese verano a oscuras de Mariana Enríquez
Los nombres de nuestro fin del mundo eran crisis energética, hiperinflación, bicicleta financiera, obediencia debida, peste rosa. Era 1989 y no había futuro.
|
Ese verano a oscuras de Mariana Enríquez
Los nombres de nuestro fin del mundo eran crisis energética, hiperinflación, bicicleta financiera, obediencia debida, peste rosa. Era 1989 y no había futuro.
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
"La idea de entrar en la casa fue de mi hermano. Me lo sugirió primero a mí. Le dije que estaba loco. Estaba fanatizado. Necesitaba saber qué había pasado en esa casa, qué había adentro. Lo deseaba con un fervor muy extraño para un chico de once años. No entiendo, nunca pude entender qué le hizo la casa, cómo lo atrajo así. Porque lo atrajo a él, primero. Y él contagió a Adela." (La casa de Adela. Pág.73).
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
"Él supo ocultar hasta el final, hasta su último acto, hasta que solamente quedó de él ese costillar a la vista, ese cráneo destrozado y, sobre todo, ese brazo izquierdo en medio de las vías, tan separado de su cuerpo y del tren que no parecía producto del accidente ---del suicidio, le sigo diciendo accidente a su suicidio--; parecía que alguien lo había llevado hasta el medio de los rieles para exponerlo, como un saludo, un mensaje." (La casa de Adela. Pág.68).
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
"En la casa de Andrea nadie hacía preguntas: su padre estaba siempre borracho y ella tenía llave de su habitación para evitar que él se le metiera de noche." (Los años intoxicados. Pág.52).
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
"La madre del chico sucio abrió la boca y me dió náuseas su aliento a hambre, dulce y podrido como una fruta al sol, mezclado con el olor médico de la droga y esa peste a quemado; los adictos huelen a goma ardiente, a fábrica tóxica, a agua contaminada, a muerte química." (El chico sucio. Pág.31)
|
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
La Oscuridad es un dios con garras que husmea, la Oscuridad te alcanza, la Oscuridad te deja jugar, como los gatos dejan jugar a sus presas un rato, solo para ver cuán lejos llegan.
|
Alguien camina sobre tu tumba: Mis viajes a cementerios de Mariana Enríquez
Bonaventure parece un templo antiguo, pero no abandoando. Un templo del blosque que recibe visitas espaciadas, pero devotas, visitas que limpian las escaleras y los mármoles, que plantan nuevas azaleas y cierran los ojos ante el brillo del sol sobre el río.
|
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
– Es un pibe triste. (…) – No es triste. Es su temperamento. Y si fuese triste, cuál es el problema. Es como es. (…) Nosotros hacemos ruido para tapar el agujero que tenemos adentro. |
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
(…) y en la oscuridad lloró tratando de no hacer ruido hasta que se quedó dormido con la música en la cabeza (…)
|
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
Los padres no tendrían que existir, tendríamos que ser todos huérfanos, crecer solos, que alguien te enseñe a hacer la comida y bañarte desde chico y nada más.
|
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
– ¿Y qué pasó? – En la herida, cuando se cayó muerta, creció esa flor. – ¿Todas las flores son chicas muertas? |
|
Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
Cada conquista, sin embargo, cada ejercicio de la voluntad para lograr lo deseado, tenía un precio. En cuestiones poco importantes no valía la pena pagarlo.
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
Pero yo seguía sintiéndome abandonada y, por culpa de la soledad, me enamoré demasiado rápido, me casé con desesperación y ahora estaba viviendo con Juan Martín, que me irritaba y me aburría. Decidí llevarlo a conocer a los tíos para ver si otros ojos conseguían transformarlo.
|
La hermana menor de Mariana Enríquez
Era una persona que establecía una relación inmediata con los demás . No pensaba en la política en abstracto o en términos de ideología
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
Hicieron falta muchas mujeres quemadas para que empezarán las hogueras. Es contagioso, explicaban los expertos en violencia de género en diarios y revistas y radios y televisión y donde pudieran hablar; era tan complejo informar, decían, porque por un lado había que alertar sobre los feminicidios y por otro se provocaban esos efectos, parecidos a lo que ocurre con los suicidios entre adolescentes.
|
La hermana menor de Mariana Enríquez
Silvina es la menor de seis hermanas, sus padres están cansados de criar hijas. Años más tarde, ella diría que se sentía como el "etcétera de la familia".
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
A lo mejor él decidió que su tristeza iba a estar a mi lado para siempre, hasta que él quisiera, porque la gente triste no tiene piedad.
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
La ciudad no tenía grandes asesinos, si se exceptuaban los dictadores, no incluidos en el tour por corrección política.
|
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
La miró como una bruja, como una asesina, como si tuviera poderes.
|
¿Quién escribió la saga?