Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
"La madre del chico sucio abrió la boca y me dió náuseas su aliento a hambre, dulce y podrido como una fruta al sol, mezclado con el olor médico de la droga y esa peste a quemado; los adictos huelen a goma ardiente, a fábrica tóxica, a agua contaminada, a muerte química." (El chico sucio. Pág.31)
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