Apocalipsis Z. Los días oscuros de Manel Loureiro
Por un clavo, el reino se perdió. Por sólo un clavo. Un único y jodido clavo. |
Apocalipsis Z. Los días oscuros de Manel Loureiro
Por un clavo, el reino se perdió. Por sólo un clavo. Un único y jodido clavo. |
|
Apocalipsis Z. Los días oscuros de Manel Loureiro
La civilización ya no existe. No hay Internet. Ni televisión. Mi móviles. No hay oficinas. Ni colegios. Ni supermercados. No queda casi nadie vivo con quien hablar. Ya no hay nada que recuerde que eres un ser humano. En el mundo sólo quedan pequeños grupos aislados, asustados y sin recuerdos, que quizá sean peores que el peor de los No Muertos. El apocalipsis ha empezado. Ahora sólo queda un objetivo: Sobrevivir. |
Apocalipsis Z. La ira de los justos de Manel Loureiro
Ni siquiera oyó el disparo. Lo único que notó fue un golpe muy fuerte en la espalda y a continuación calor, mucho calor. De repentesus brazos empezaron a pesarle como el plomo, y sus piernas se transformaron en barras de mantequilla derretida. Quiso volver la cabeza mientras caía hacia delante, pero fue incapaz. |
Veinte de Manel Loureiro
Caminando con la prudencia de un gato, el muchacho fue pasando por delante de puertas y pasillos que algún olvidado constructor medieval había trazado mil años atrás.
|
Veinte de Manel Loureiro
Por eso nadie se fijó en la pequeña figura que pareció materializarse al lado del muro exterior del monasterio y que tras una temerosa mirada en todas direcciones echó a correr hacia los bosques. Hacia lo desconocido.
|
Apocalipsis Z. La ira de los justos de Manel Loureiro
Los disparos indicaban la presencia de humanos, y los humanos sin duda eran un reto mucho más interesante que los podridos.
|
Apocalipsis Z. La ira de los justos de Manel Loureiro
La humanidad borrada del mapa por culpa de una pandilla de pastores analfabetos que no supieron leer los carteles de advertencia en un frigorífico. Irónico. Jodidamente irónico. |
Apocalipsis Z. Los días oscuros de Manel Loureiro
Gran parte de los edificios que rodeaban la plaza presentaban claras huellas de haber ardido en mayor o menor grado.
|
Apocalipsis Z. Los días oscuros de Manel Loureiro
No teníamos muy claro qué era lo que querían de nosotros, así que decir que ambos íbamos con la mosca detrás de la oreja es quedarse cortos.
|
Apocalipsis Z. El principio del fin de Manel Loureiro
Con un escalofrió me aparté de aquellos miles de vehículos que probablemente no llegasen a circular nunca por una carretera soleada. Aquel tiempo ya había pasado.
|
Apocalipsis Z. El principio del fin de Manel Loureiro
Antes de que todo esto empezase yo era un tipo escéptico con respecto al destino. Pensaba que las señales, los presagios eran solo producto de fábulas y tonterías de vieja.
|
El último pasajero de Manel Loureiro
Todo el esplendor de los cruceros modernos tiene un punto artificial e irreal, como el atrezo de una obra teatral. Cartón piedra y oropeles falsos cruzando las olas.
|
El último pasajero de Manel Loureiro
Dormir le permitía estar lejos, le permitía no pensar. No acordarse de… Durmiendo no dolía tanto.
|
|
Veinte de Manel Loureiro
”Todo sicedió cinco días antes de Navidad. Nadie parece tener claro donde comenzó realmente el fenómeno, aunque eso ya es lo de menos. Porque fue rápido, abrupto. Salvaje.”
|
¿Quién escribió la saga?