A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
El miedo es una bestia hambrienta. Cuanto más la alimentas, más crece.
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
El miedo es una bestia hambrienta. Cuanto más la alimentas, más crece.
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
Aquellos que merecen respeto lo reciben libremente. Si uno debe exigir tal cosa, nunca lo tendrá
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
Ningún hombre inventó un corsé para nuestros cerebros. Déjalos pensar que dominan el mundo. Es una reina la que se sienta en ese trono. Nunca olvides eso. No hay razón por la que no puedas llevar puesto un vestido simple al trabajo, y después lucir el atuendo más elegante y bailar toda la noche. Pero solo si te complace a ti.
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
Las rosas tienen tanto pétalos como espinas, mi flor oscura. No debes creer que algo es débil porque parece delicado. Muéstrale al mundo tu valentía.
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
Anhelaba ver la escena de cerca y tratar de entender la mente del hombre que estaba marcando a esas mujeres. Imaginé que sería una de las cosas más horripilantes que hubiera visto, pero no me permitiría quedar presa del miedo
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A la caza de Jack El Destripador de Kerri Maniscalco
Añoré el consuelo de sostener un bisturí entre mis dedos y de sentir el olor a formaldehído fresco en el aire. Quería un cádaver que necesitara una autopsia para despejar la mente.
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El reino de los malditos Vol. 3 de Kerri Maniscalco
—Eres mi pareja en todos los sentidos. Cualquier cosa que sea mía te pertenece. Nunca lo olvides.
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El reino de los malditos Vol. 3 de Kerri Maniscalco
—Cuéntame todos tus oscuros deseos, Emilia —me inclinó el rostro hacia arriba—Todas las fantasías que deseas que se hagan realidad. (…) Y prometo hacer realidad hasta la última de ellas.
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El reino de los malditos Vol. 3 de Kerri Maniscalco
—Soy el rey del inframundo. El reino de los espíritus está bajo mi dominio. E incluso si no fuera así, ¿de verdad crees que un único hombre lobo me impediría llegar hasta donde estuvieras tú?
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El reino de los malditos Vol. 2: Los siete círculos del infierno de Kerri Maniscalco
—Mi hogar es tu hogar, Emilia.
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El reino de los malditos Vol. 2: Los siete círculos del infierno de Kerri Maniscalco
—Dímelo —susurró. —¿El qué? —dije casi sin aliento. —Que soy tu pecado favorito. |
El reino de los malditos de Kerri Maniscalco
–Prefiero morir a que someterme a un beso tuyo, demonio. –Un día podrías rogarme que te bese. 🫀 |
El reino de los malditos Vol. 2: Los siete círculos del infierno de Kerri Maniscalco
Tienes el aspecto de un hermoso cataclismo.
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El reino de los malditos Vol. 2: Los siete círculos del infierno de Kerri Maniscalco
Las raíces del amor y del odio se hallan en la pasión.
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El reino de los malditos Vol. 2: Los siete círculos del infierno de Kerri Maniscalco
Todo estaba demasiado frío. El sueño haría que todo eso desapareciera. Y entonces podría soñar. Con mi hermana. Con mi vida antes de haber invocado a un demonio. Y con la época en la que había creído como una tonta que el amor y el odio no estaban ni cerca de ser la misma emoción.
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A la caza del diablo de Kerri Maniscalco
Te amaré hasta que el mundo deje de girar o mi corazón deje de latir, Thomas Cresswell. Incluso entonces no estoy segura de que mi amor se conforme con dejarte.
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A la caza del diablo de Kerri Maniscalco
—Más allá de la vida, más allá de la muerte. Mi amor por ti es eterno. —Eso es precioso. ¿Lo pone en la carta? —No. Es lo que siento por ti. |
El reino de los malditos de Kerri Maniscalco
La venganza es una emoción potente. Te convierte en una presa fácil tanto para los humanos como para los demonios. nunca dejas que alguien sepa cuál es tu verdadera motivación. Si saben lo que quieres más que nada en el mundo, emplearán todo tipo de dulces mentiras y medias verdades para manipularte. Sabrán exactamente hasta dónde pueden presionar, qué ofrecer y qué no rechazarías nunca, lo que les dará ventaja.
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El reino de los malditos de Kerri Maniscalco
-Tienes que irte de aquí. Ahora mismo. -¿Por qué? -Porque te estás arrancando la ropa y me miras como si la mía fuera la siguiente. (...) -¿No quieres verme desnuda? -Ya lo he hecho. -¿Y? -Si cuando lleguemos a casa todavía quieres arrancarte la ropa, podemos discutirlo entonces. |
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