Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Las personas rencorosas tienen necesidad de todo el mundo
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Las personas rencorosas tienen necesidad de todo el mundo
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Tú serás liberal, porque es el partido popular; por otra parte, si quisieras pasarte del lado del Gobierno, podrías hacerlo tanto más fácilmente cuanto más te hayas hecho temer
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
La actriz había recorrido todo el bulevar del Temple hasta la Sorbona. Lucien se encontró a su querida llorando a la vista de su buhardilla; quería ser pobre como su amante, y lloraba mientras ponía orden en las camisas, los guantes, las corbatas y los pañuelos en la horrible cómoda del hostal. Aquella desesperación era tan sincera, tan grande, demostraba tanto amor que Lucien, a quien se le había reprochado el estar con una actriz
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Una especie de presentimiento le decía que acababa de abrazarse por última vez con sus verdaderos amigos
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
No podría querer a una mujer a la que un actor besa en la mejilla delante del público, una mujer a la que, entre bastidores, se tutea, que se inclina ante una platea y le sonríe, que baila unos pasos levantándose las faldas, y que se viste de hombre para enseñar lo que a mí me gustaría ser el único en ver
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¡Ah! Lucien, si quisieras serlo con nosotros, que vamos a publicar un periódico en el que nunca se verán ultrajadas ni la justicia ni la verdad, en el que seremos portavoces de las doctrinas verdaderamente útiles para la Humanidad, tal vez entonces…
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿No es un alivio reconfortante descansar cada noche la cabeza en la almohada pudiéndose decir: «No he juzgado las obras ajenas, no he hecho mal a nadie; mi inteligencia no ha herido, como un puñal, el alma de ningún inocente; mis bromas no han destruido la felicidad de nadie, ni siquiera han perturbado la tontería satisfecha, ni han molestado injustamente al genio; he desdeñado las fáciles satisfacciones de la burla ingeniosa, en una palabra, no he traicionado en ningún momento mis convicciones»?
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Siempre el retoque de un boceto mal concebido, un trazo maestro en lo esencial, enseñan más que las teorías y las observaciones
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Para ser amado, no deje nunca a su amante sin haberla hecho llorar un poco; para tener éxito en la literatura, hiera siempre a todo el mundo, incluso a sus amigos, haga llorar al amor propio ajeno: todo el mundo se mostrará amable con usted
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Le veo que entra en el mundo literario y del periodismo lleno de ilusiones. Cree en la amistad. Aquí todos somos amigos o enemigos según las circunstancias.
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Me siento lo suficientemente fuerte como para ser tan malo y tan astuto como puedan serlo ellos
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Lousteau acababa de favorecer sus pasiones; mientras que el Cenáculo, ese Mentor colectivo, parecía reprimirlas en favor de las virtudes enojosas y de los trabajos que Lucien comenzaba a encontrar inútiles. ¡Trabajar!, ¿no es esto la muerte para las almas sedientas de placeres? Por ello, ¡con qué facilidad los escritores se entregan al dolce far niente, a la buena mesa y a las delicias de la vida lujosa con actrices y mujeres fáciles!
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Fue de nuevo víctima de las furias del orgullo: quiso volver a aparecer en el gran mundo y tomarse una clamorosa venganza, su alma estaba de nuevo presa de todas las fútiles convenciones sociales tiempo antes despreciadas por el trabajador, por el amigo del Cenáculo.
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
El momento en que pudo intercambiar mediante una mirada con aquellas dos mujeres algunos de los pensamientos de venganza que ellas habían puesto en su corazón para que lo fueran royendo, fue uno de los más dulces de su vida y acaso decidió su destino.
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Verdad, señor, que es usted lo bastante inteligente como para no caer en semejantes tonterías? ¡Ah!, ya verá como ese gordinflón no recibe más que el cuerpo mortal, que es usted el querido, el preferido, la divinidad a la que se entrega el alma
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
A mí no me gustan esa clase de hombres; se parecen demasiado a una mujer; y además no saben querer como vosotros, viejos tontorrones del comercio
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Tengo cincuenta años, es cierto: debo de estar tan ciego como el amor
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¡Qué suerte, señorita, amar a un ángel semejante! ¿Y dónde lo ha pescado? Nunca hubiera creído que pudiese existir un hombre tan guapo como guapa es usted
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Un periódico no está hecho ya para ilustrar, sino para halagar las opiniones. Por ello, dentro de un tiempo, todos los periódicos serán viles, hipócritas, infames, mentirosos, asesinos; matarán las ideas, las filosofías y a los hombres, y florecerán por eso mismo.
|
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
El periodismo, en vez de ser una especie de sacerdocio, se ha convertido en un medio en manos de los partidos; de medio ha pasado a ser un negocio; y, como todos los negocios, no tiene ni credo ni ley.
|
Fue publicada en ...