Penas de amor de una gata inglesa de Honoré de Balzac
Detrás de la moral inglesa siempre había alguna razón mercantil; y que esta alianza de la moral y del mostrador era la única alianza que le interesaba realmente a Inglaterra.
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Penas de amor de una gata inglesa de Honoré de Balzac
Detrás de la moral inglesa siempre había alguna razón mercantil; y que esta alianza de la moral y del mostrador era la única alianza que le interesaba realmente a Inglaterra.
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Penas de amor de una gata inglesa de Honoré de Balzac
Lo que los Hombres y las solteronas llaman educación es una costumbre adquirida para disimular los instintos más naturales, y, una vez que nos han depravado totalmente, dicen que somos muy educadas.
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Penas de amor de una gata inglesa de Honoré de Balzac
En eso resplandece la perfección de la moral inglesa, que se ocupa exclusivamente de las apariencias, sabiendo que este mundo no es otra cosa, ¡ay!, que apariencia y engaño.
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Eugénie Grandet de Honoré de Balzac
Esta piedad, que albergaba el corazón de Grandet y que la vieja agradecía, tenía un no sé qué de horrible. La atroz piedad de avaro que despertaba mil placeres en el corazón del viejo tonelero, representaba para Nanón la suma de su felicidad.
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Eugénie Grandet de Honoré de Balzac
El dinero devora todo lo que toca, lo corrompe todo y hasta inutiliza los sentimientos más puros y legítimos.
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Eugénie Grandet de Honoré de Balzac
¡Espantosa condición del hombre! Todo lo que constituye su felicidad proviene siempre de la ignorancia.
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Eugénie Grandet de Honoré de Balzac
¿No es acaso el Dinero con toda su potencia, representado por una sola fisonomía, el único Dios moderno en el que se tiene fe?
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Eugénie Grandet de Honoré de Balzac
Las conciencias, pues, están a la luz, y es así como las casas impenetrables, oscuras y silenciosas, no tienen misterios.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
No soy más que un humilde sacerdote, pero si a mí unos hombres me hubieran humillado, vejado, torturado, traicionado y vendido, como hicieron con usted los bribones de que me ha hablado, sería como el árabe del desierto… Sí, me entregaría en cuerpo y alma a la venganza. No me importaría acabar mi vida colgado de una horca, sentado en el garrote vil, empalado o guillotinado, como en su país; pero no me dejaría cortar la cabeza antes de haber aplastado a mis enemigos bajo mis pies
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Hoy día, jovenzuelo, la Sociedad se ha arrogado insensiblemente tantos derechos sobre los individuos, que el individuo se ve obligado a luchar contra ella. Ya no hay leyes, sólo costumbres, es decir, maneras, siempre la forma
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
se pasan una buena parte de su vida intentando extirpar lo que han dejado crecer durante su adolescencia. Y a esta operación la llaman adquirir experiencia
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Es el defecto de los franceses de su generación. Todos han sido echados a perder por el ejemplo de Napoleón. Y ahora presenta su dimisión porque no ha podido conseguir la charretera que ambicionaba… Pero ¿ha puesto toda su voluntad y toda su energía?
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Quiere dominar el mundo, ¿no? Pues es menester comenzar por obedecer al mundo y estudiarlo bien
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Para qué le sirve saber que Juana de Arco ha existido? ¿No ha pensado nunca que si Francia hubiera aceptado entonces la dinastía angevina de los Plantagenet, hoy los dos pueblos unidos gobernarían los destinos del mundo y que las dos islas donde se incuban los desórdenes políticos del continente serían dos provincias francesas?…
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Hay tres tipos de suicidio: en primer lugar está el suicidio que no es más que el último ataque de una larga enfermedad y que, sin duda, entra dentro de la patología; luego está el suicidio por desesperación, y, finalmente, el suicidio por razonamiento
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Me gusta la vida fácil, sin problemas; y, para librarme de una contrariedad, soy de una cobardía que puede llevarme muy lejos
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Sí, tengo unas ambiciones desmedidas que me impiden aceptar una vida humilde. Tengo gustos e inclinaciones cuyo recuerdo envenena el placer que está a mi alcance y que en otro tiempo me habría satisfecho
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Petit-Claud era uno de esos hombres profundamente retorcidos y de una doblez traicionera, que, después de haber observado las mudanzas del corazón humano y la estrategia de los intereses, no se dejan deslumbrar nunca por los atractivos del presente ni caen en el señuelo de la lealtad por nadie
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Acaso no debemos a la paz que nos han traído los Borbones la generación de poetas y de pensadores que mantienen en las manos de Francia el cetro de la literatura?
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Gregorio Samsa es un ...