Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Quién triunfará?, ¿la enfermedad sobre el hombre o el hombre sobre la enfermedad?
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Quién triunfará?, ¿la enfermedad sobre el hombre o el hombre sobre la enfermedad?
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Lousteau hizo cuatro partes con dicha suma, que repartió entre los escritores. Lucien no sentía ya ningún orgullo, la miseria había matado todo sentimiento en él; lloró delante de aquellos tres artistas contándoles su situación; pero cada uno de sus colegas tenía un drama propio que contar tan horrible como el suyo; cuando cada uno explicó su historia, el poeta se sintió el menos desgraciado de los cuatro
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
¿Qué era en aquel mundo de ambiciones? Un niño que corría tras los placeres y las satisfacciones de la vanidad, sacrificándolo todo a ellos; un poeta incapaz de reflexionar en profundidad, yendo como una falena de luz en luz, sin un plan preestablecido, esclavo de las circunstancias, pensando bien y obrando mal.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Lucien se vio obligado a elegir entre D’Arthez y Coralie: su amante estaba perdida si no destrozaba a D’Arthez en el gran periódico y en Le Réveil. El pobre poeta volvió a su casa llorando lágrimas de sangre; se sentó al amor del fuego en su habitación y leyó aquel libro, uno de los más bellos de la literatura moderna
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Los hombres verdaderamente fuertes son los que saben resistir a este primer revés de la fortuna, los cuales se mantienen firmes esperando que pase la tormenta y se salvan alcanzando con un esfuerzo terrible la esfera superior
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Todos sentían instintivamente que un hombre joven y apuesto, inteligente y corrompido por ellos, podía llegar a donde se propusiera, y por ello emplearon todos los medios para hundirle
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Todo se excusa y se justifica en una época en que la virtud se ha transformado en vicio, del mismo modo que de ciertos vicios se ha hecho virtudes
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Sintió entonces en él la deliciosa sensación de alivio de todos los jugadores al sentirse liberados de la fiebre del juego, cuando no teniendo ya nada más que arriesgar abandonan el ardiente palacio donde materializan sus fugaces sueños.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Cada vez que veas que la prensa se ensaña con algún poderoso, piensa que detrás hay un descuento que se niega o un favor que no se ha querido hacer.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
La intriga es, además, superior al talento: crea cualquier cosa de la nada, mientras que la mayor parte de las veces los inmensos recursos del talento no sirven más que para hacer al hombre desgraciado.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Una vez admitido en el mundo del periodismo y de la literatura en pie de igualdad, Lucien se dio cuenta de las enormes dificultades que tendría que vencer para poder ascender: si bien todos consentían en ser sus iguales, nadie le quería por encima de él. Así, poco a poco, terminó por renunciar a la gloria literaria, creyendo más fácil conseguir el éxito político.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Quien trabajaba quería el poder y el placer; quien se dedicaba al arte quería la riqueza, y el ocioso quería algo que encendiese sus pasiones; sea como fuese, esta juventud quería un lugar en la sociedad, y la política se lo negaba en todas partes.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
El diplomático y las dos damas habían intuido perfectamente el punto flaco de Lucien. Seducido por el prestigio aristocrático, el poeta sentía una mortificación indecible al oírse llamar Chardon, cuando en los salones no veía otra cosa que entrar personajes que llevaban apellidos sonoros engastados en títulos nobiliarios.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Con los liberales sólo te buscarás problemas, pues son unos conspiradores, han matado al duque de Berry. ¿Derribarán al Gobierno? ¡Nunca! Estando con ellos no llegarás a nada, mientras que, con los otros, llegarás a ser conde de Rubempré. Puedes hacer favores, ser nombrado par de Francia, casarte con una mujer rica
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Lucien reconoció en el palacete del diplomático toda la diferencia que existe entre el gran mundo y el mundo bohemio en el que vivía desde hacía algún tiempo. No había comparación, ningún punto de contacto entre el fasto de uno y del otro
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Cuando las personas inteligentes llegan al punto de tratar de explicar cómo son, desvelar la clave de su corazón, no cabe duda de que el vino se les ha subido a la cabeza.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Hijos míos —dijo entonces Finot levantándose y sosteniendo una botella de champán en la mano—, todos nosotros hemos protegido y alentado los comienzos de nuestro anfitrión en la carrera en la que ha superado nuestras expectativas. En dos meses ha dado muestras de lo que es capaz con los magníficos artículos que conocemos: propongo bautizarle como un periodista auténtico.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Por fin podía contemplar al mundo literario y a la alta sociedad cara a cara, creyendo que podía moverse por ellos con aires de dominador
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Hacia las ocho, a la luz de las arañas encendidas, los muebles, las colgaduras y las flores de aquel piso adquirieron ese aire festivo que da al lujo parisiense la apariencia de un sueño. Viéndose dueño de aquella casa, Lucien experimentó la más inefable sensación de dicha, de vanidad satisfecha y de esperanza, y ya no se explicaba cómo ni por qué golpe de varita mágica había sido tocado.
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Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Es difícil hacerse ilusiones sobre algo en París. Todo está gravado de impuestos, todo se vende, todo se fabrica, incluso el éxito
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