Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
No podría querer a una mujer a la que un actor besa en la mejilla delante del público, una mujer a la que, entre bastidores, se tutea, que se inclina ante una platea y le sonríe, que baila unos pasos levantándose las faldas, y que se viste de hombre para enseñar lo que a mí me gustaría ser el único en ver
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