Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Los platos son poco variados. La patata es allí sempiterna, si no hubiera una sola patata en toda Irlanda, ni en ninguna otra parte, podría encontrarse en Flicoteaux. Se produce allí desde hace treinta años, con ese color amarillento tan del gusto de Tiziano, acompañada de verdura trinchada, y goza de un privilegio envidiado por las mujeres: tal como la visteis en 1814 la veréis en 1840
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