La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Lo que ha surgido puede hundirse, pero lo que se ha hundido puede surgir.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Lo que ha surgido puede hundirse, pero lo que se ha hundido puede surgir.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
La muerte sería una merced si así pudiera borrar sus recuerdos.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
¿Quién conoce el fin? Lo que ha surgido ahora puede hundirse y lo que se ha hundido puede surgir.
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La sombra sobre Innsmouth de H. P. Lovecraft
¿Es posible que sobre este planeta se hayan engendrado tales abominaciones, y que unos ojos humanos hayan visto en carne y hueso lo que hasta ahora pertenecía solamente al reino de la pesadilla y la locura?
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El Alquimista y otros relatos de H. P. Lovecraft
La mayoría de nuestras visiones nocturnas resultan poco más que débiles y fantásticos reflejos de nuestras experiencias de vigilia, existen no obstante algunos sueños cuyo carácter etéreo y no mundano no permite una interpretación ordinaria, y cuyos efectos vagamente excitante e inquietantes sugieren posible ojeadas fugaces aún esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, aunque separada de esta por una brecha infranqueable.
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Los mitos de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Que no está muerto lo que yace eternamente, y en los eones venideros hasta la muerte puede morir
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En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft
Tuve la impresión de que eran perversas: unas montañas de la locura cuyas empinadas laderas se asomaban a un abismo maldito y definitivo.
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El modelo de Pickman de H. P. Lovecraft
Sería inútil tratar de describirte aquellos cuadros, pues el más horroroso y diabólico horror, la más increíble repulsión y hediondez moral se desprendían de simples pinceladas imposibles de traducir en palabras.
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Obras Completas de H. P. Lovecraft
Oriente, Egipto ¡en verdad, esta tenebrosa cuna de la civilización era siempre fuente de horrores y maravillas indecibles!
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El color que cayó del cielo de H. P. Lovecraft
No era más que un color surgido del espacio, un pavoroso mensajero de unos reinos del infinito situados más allá de la naturaleza que nosotros conocemos; de unos reinos cuya simple existencia aturde el cerebro con las inmensas posibilidades extracósmicas que ofrece nuestra imaginación.
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El color que cayó del cielo de H. P. Lovecraft
La maleza reinaba por todas partes, y seres furtivos susurraban en el subsuelo. Sobre todas las cosas pesaba una rara opresión; un toque grotesco de irrealidad, como si fallara algún elemento vital de perspectiva o de claroscuro. No me estuvo raro que los extranjeros no quisieran permanecer allí, ya que aquella no era una región que invitara a dormir en ella. Su aspecto recordaba demasiado el de una región extraída de un cuento de terror.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Aquellos primeros hombres formaron el culto en torno a unos pequeños ídolos que les mostraron los Grandes Ancianos, ídolos traídos de épocas distintas desde estrellas sin luz.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Solamente la poesía o la locura pueden hacer justicia a los sonidos escuchados por los hombres de Legrasse.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos. Hasta el momento las ciencias, cada una orientada en su propia dirección, nos han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que sólo podremos enloquecer como consecuencia de tal revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas.
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El horror de Dunwich de H. P. Lovecraft
Fue en el término municipal de Dunwich, en una granja grande y parcialmente deshabitada levantada sobre una ladera a cuatro millas del pueblo y a una media de la casa más cercana, donde el domingo 2 de febrero de 1913, a las 5 de la mañana, nació Wilbur Whateley.
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En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft
Radiados, vegetales, monstruosidades, embriones estrellados... Fuesen lo que fuesen ¡eran hombres!
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
No está muerto aquello que, eterno, puede yacer, y con extraños eones hasta la muerte puede morir. |
El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Cuando los astros estaban en posición, Ellos podían transitar de mundo en mundo por el cielo; pero si no lo estaban, eran incapaces de vivir. Sin embargo, aunque ya no vivieran, tampoco morían en realidad. Todos yacen en casas de piedra en Su gran ciudad de R'yleh.
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Todos perecieron una infinidad de años antes de la llegada del hombre, pero por medio de ciertas artes era posible revivirlos, cuando las estrellas hubiesen vuelto a la posición correcta en el ciclo de la eternidad.
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Fue un escritor...