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Desde el infierno II de Enrique Laso
El alma también puede verse perdida en el Averno por confusión de los actos y/o los deseos del alma inocente en su último estertor
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Calificación promedio: 5 (sobre 106 calificaciones)
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Desde el infierno II de Enrique Laso
El alma también puede verse perdida en el Averno por confusión de los actos y/o los deseos del alma inocente en su último estertor
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CÓMO HE VENDIDO 500.000 EBOOKS de Enrique Laso
La responsabilidad de lo que te sucede siempre es tuya.
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Los crímenes azules de Enrique Laso
En realidad no nos conocemos ni a nosotros mismos; cómo podemos esperar conocer de verdad a los que nos rodean. El ser humano necesita un espacio de intimidad, una sólida caja fuerte en la que poder guardar sus confidencias, que en algunos es realmente insignificante, mientras que en otros resulta ser descomunal.
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Los crímenes azules de Enrique Laso
Es cierto que dos cadáveres, en la misma zona, y con tan solo una semana de diferencia entre ambos crímenes, llevan de manera irremisible a pensar en una misma persona. Pero en Quántico nos enseñan a no precipitarnos en los juicios de valor. El segundo podría ser obra de un imitador, así de cruel y sencillo.
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Los árboles que olvidaron sus nombres de Enrique Laso
Al amanecer una niebla compacta y gris me impedía ver nada desde mi ventana. Por si fuera poco, una terrible resaca me sacudía el cráneo, como un boxeador que está sufriendo la paliza de su vida. No estaba acostumbrado a beber alcohol, y aunque solo había tomado un par de copas de vino mi cuerpo las había recibido como una intoxicación etílica de primer nivel. Adopté la mejor medida para estas circunstancias: beber agua sin descanso. Salir a correr un rato también era una solución, pero me fallaban tanto las fuerzas como las ganas.
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La nieve más oscura de Enrique Laso
Me quedé petrificado. Era el último lugar que se me hubiese pasado por la cabeza. La ciudad que me vio nacer y crecer. La ciudad en la que había cursado mis estudios de primaria, de secundaria y, por fin, en la que había obtenido mi grado en psicología por la mejor universidad de todo el planeta: Stanford. La ciudad en la que mi padre había perdido la vida, atropellado por un desalmado mientras corría por el arcén. La ciudad que mi madre y yo nos habíamos vistos obligados a abandonar, desolados por el dolor.
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Los crímenes azules de Enrique Laso
Si no fuera por esos instantes dolorosos seríamos incapaces de apreciar las situaciones extraordinarias y fascinantes, cargadas de alegría, que por suerte nos obsequia la existencia.
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Los cadáveres no sueñan de Enrique Laso
El hombre regresó corriendo hasta su casa, mortificado por el recuerdo de aquellos restos, sin tener muy claro cómo habían llegado hasta allí, pero con la certeza de que alguien los había dejado en aquel lugar hacía como mucho unos pocos días. ¿Quién podía haber perturbado aquel paraje idílico? ¿Qué clase de engendro había estado a apenas una milla de su hogar deshaciéndose de aquello? Su maravillosa noche de Acción de Gracias acababa de convertirse en una pesadilla. |
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Los crímenes azules de Enrique Laso
"Ya le advertí sobre aprender a convivir consigo mismo, con sus errores y aciertos. No se deje vencer por los primeros, pero tampoco se crea maravilloso por los segundos."
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Crímenes diabólicos de Enrique Laso
En los últimos días había asistido, incrédulo, a algunas escenas tan sobrecogedoras como asombrosas. Desde levitación o movimiento de objetos a distancia, hasta contorsiones imposibles para un cuerpo humano o escuchar hablar en lenguas ininteligibles, posiblemente muertas, que él consideró podía tratarse de arameo o de hebreo antiguo, aunque eran especulaciones sin fundamento.
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Gregorio Samsa es un ...