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La Carta Robada de Edgar Allan Poe
“ Un destino, si funesto, si no es digno de Atreo, es digno de Thieste, “
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La Carta Robada de Edgar Allan Poe
El prefecto tenia la costumbre de llamar “singular”, a todo lo qué escapaba a su comprensión. por lo tanto vivía rodeado de “singularidades “
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El gato negro y otros relatos de terror de Edgar Allan Poe
No espero ni solicito que crean el relato muy salvaje, y sin embargo muy hogareño, que voy a escribir...
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Un viaje a La Luna y otros cuentos de Edgar Allan Poe
Tengo muchas cosas que decir, relativas al clima de este satélite; de sus asombrosas alternativas de frío y calor; de esta claridad solar que dura quince días, implacable, abrasadora, y de este frío glacial, más que polar, que dura la otra quincena.
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Cuentos macabros. Vol. II de Edgar Allan Poe
Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche.
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William Wilson de Edgar Allan Poe
Oh ! Gigantesca paradoja, demasiado monstruosa para tener comparación...
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Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe
Los hombres me llaman loco, pero no está decidido aún si la locura es o no una forma de las inteligencias más sublimes, o si mucho de lo que consideramos elevado y profundo no surge de una anormalidad del pensamiento, de actitudes mentales logradas a expensas del nivel común de la inteligencia.
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El método del Dr. Alquitrán y el profesor Pluma de Edgar Allan Poe
Depositar confianza en la comprensión o la discreción de un insano equivale a ganárselo en cuerpo y alma.
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El demonio de la perversidad de Edgar Allan Poe
El impulso crece hasta el deseo, el deseo hasta el anhelo, el anhelo hasta un ansia incontrolable y el ansia (con gran pesar y mortificación del que habla y desafiando todas las consecuencias) es consentida.
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El demonio de la perversidad de Edgar Allan Poe
Esta invencible tendencia a hacer el mal por el mal mismo no admitirá análisis o resolución en ulteriores elementos. Es un impulso radical, primitivo, elemental. Se dirá, lo sé, que cuando persistimos en nuestros actos porque sabemos que no deberíamos hacerlo, nuestra conducta no es sino una modificación de la que comúnmente provoca la combatividad de la frenología. Pero una mirada mostrará la falacia de esta idea. La combatividad, a la cual se refiere la frenología, tiene por esencia la necesidad de autodefensa. Es nuestra salvaguardia contra todo daño. Su principio concierne a nuestro bienestar, y así el deseo de estar bien es excitado al mismo tiempo que su desarrollo.
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El demonio de la perversidad de Edgar Allan Poe
(...) hubiera llevado a la frenología a admitir, como principio innato y primitivo de la acción humana, algo paradójico que podemos llamar perversidad a falta de un término más característico. En el sentido que le doy es, en realidad, un móvil sin motivo, un motivo no motivado.
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El demonio de la perversidad de Edgar Allan Poe
En materia de frenología, por ejemplo, hemos determinado, primero (por lo demás era bastante natural hacerlo), que entre los designios de la Divinidad se contaba el de que el hombre comiera. Asignamos, pues, a éste un órgano de la alimentividad para alimentarse, y este órgano es el acicate con el cual la Deidad fuerza al hombre, quieras que no, a comer. En segundo lugar, habiendo decidido que la voluntad de Dios quiere que el hombre propague la especie, descubrimos inmediatamente un órgano de la amatividad. Y lo mismo hicimos con la combatividad, la idealidad, la casualidad, la constructividad, en una palabra, con todos los órganos que representaran una tendencia, un sentimiento moral o una facultad del puro intelecto.
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Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe
Es cierto; soy nervioso, terriblemente nervioso. Lo he sido y continúo siéndolo; pero ¿Por qué decir que estoy loco?
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Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe
La enfermedad ha agudizado mis sentidos, pero no los ha destruido ni embotado.
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Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe
Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche.
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El método del Dr. Alquitrán y el profesor Pluma de Edgar Allan Poe
No crea nada de lo que oiga decir y no crea sino la mitad de lo que vea.
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El relato de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe
Esto he escrito en la montaña, y revela mi venganza el polvo de las peñas
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El escarabajo de oro de Edgar Allan Poe
“¡Es la cosa más encantadora de la creación! —¿El qué? ¿El amanecer? —¡Qué disparate! ¡No! ¡El escarabajo! Es de un brillante color dorado, aproximadamente del tamaño de una nuez, con dos manchas de un negro azabache: una, cerca de la punta posterior, y la segunda, algo más alargada, en la otra punta.”
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?