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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
Mi fantasía es que vivo dos vidas: esta que estoy viviendo, la caliente, y otra que me voy imaginando, que no es pasado ni futuro, sino un presente distinto. La vida que escribo.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
La vida es una constante reescritura del ayer. Una deconstrucción de la niñez.
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La loca de la casa de Rosa Montero
sin el entendimiento de nosotros mismos y de los demás, sin esa empatía que nos une a los otros, no puede existir ninguna sabiduría, ninguna belleza.
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La loca de la casa de Rosa Montero
Eso es la escritura: el esfuerzo de trascender la individualidad y la miseria humana, el ansia de unirnos con los demás en un todo, el afán de sobreponernos a la oscuridad, al dolor, al caos y a la muerte.
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La loca de la casa de Rosa Montero
escribimos en la oscuridad, sin mapas, sin brújula, sin señales reconocibles del camino. Escribir es flotar en el vacío.
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La loca de la casa de Rosa Montero
uno escribe para expresarse, pero también para mirarse en un espejo y poder reconocerse y entenderse.
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La loca de la casa de Rosa Montero
escribir es una manera de pensar; y ha de ser un pensamiento lo más limpio, lo más libre, lo más riguroso posible.
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La loca de la casa de Rosa Montero
en realidad, uno se aferra ciegamente a la vida porque es un animalillo aterrorizado por la muerte. Y la decisión de narrar viene después.
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La loca de la casa de Rosa Montero
La realidad siempre es así: paradójica, incompleta, descuidada. Por eso el género literario que prefiero es el de la novela, que es el que mejor se pliega a la materia rota de la vida. La poesía aspira a la perfección; el ensayo, a la exactitud; el drama, al orden estructural. La novela es el único territorio literario en el que reina la misma imprecisión y desmesura que en la existencia humana. Es un género sucio, híbrido, alborotado. Escribir novelas es un oficio que carece de glamour; somos los obreros de la literatura y tenemos que colocar ladrillo tras ladrillo, mancharnos las manos y baldarnos la espalda del esfuerzo para levantar una humilde pared de palabras que a lo peor luego se nos derrumba.
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Temblor de Rosa Montero
Me asustó tanta belleza, porque la belleza es la mezcla de lo hermoso y lo terrible.
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La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero
Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina. Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible
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La loca de la casa de Rosa Montero
Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida como un cómputo de novios y de libros.
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Historias de mujeres de Rosa Montero
Y ella se despidió de todos metida en su cama eterna-cama mundo, en su velero del dolor, con la sonrisa desencajada y las manos resplandecientes de sortijas.
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Historias de mujeres de Rosa Montero
Es excelente ser viejo. Es la mejor edad, es la época en que el entendimiento ve con más claridad.
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La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero
Y también que sigo viviendo sin consuelo y que no sé en qué me convertiré ni cómo soportaré la tarea que me queda.
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La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero
Ni siquiera la pirámide más monumental es suficiente para defendernos de la muerte.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?