El peligro de estar cuerda de
Rosa Montero
Don Quijote dejó de encontrarle una razón a la vida cuando abandonó, por imposibles (por los palos que le atizaban por doquier), sus ensueños de grandeza caballeresca. Sancho, que le conocía muy bien, intentó sacarlo de su depresión:
- ¡Ay! - respondió Sancho llorando-. No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que le acaben que las de la melancolía.