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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
El dragón podría haberse quedado en China para disfrutar de todos los lujos y privilegios acordes a su rango de Celestial, y sin embargo regresaba a Inglaterra por Laurence y con las esperanzas puestas en mejorar las condiciones de vida de sus hermanos de armas.
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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
No podía arreglárselas sin un guía y le resultaba igualmente difícil continuar adelante con uno en quien no confiaba, pero no se le ocurría un modo de reemplazarle.
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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
Te veré privado de cuanto tienes, de tu hogar, de la felicidad y de los objetos hermosos. He de fraguar la ruina de esa nación tuya y el abandono de sus aliados. Voy a verte solo, sin amigos y desgraciado, tal y como yo estoy ahora.
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El trono de Jade de Naomi Novik
—No dudo de que usted pueda separarnos por la fuerza en su propio país —aceptó Laurence—, pero será usted quien lo haga, no yo. Y él sabrá hasta el final que yo soy tan leal como lo es él mismo.
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El trono de Jade de Naomi Novik
—Si acostumbrarse a nosotros puede hacer que los humanos dejen de tenernos miedo, no entiendo por qué nos tienen encerrados para que ellos sigan asustándose —Dijo Temerario.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
(...) y en el crepúsculo resultaba imposible descifrar lo que decían sus ojos.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Le odiaba a él y odiaba su silencio con fiereza: sabía que se limitaba a consentir que yo misma me convenciese de que no había nada que hacer.
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Un mundo helado de Naomi Novik
¿Acaso hay algo que no te haya entregado aún? Mi mano, mi corona y la dignidad de mi rango, ¿y me pides que te otorgue un precio todavía más elevado? No. Te contentarás con lo que ya has obtenido de mí a cambio de tu don, y date por advertida, joven mortal, que ese don es lo único que te mantiene en tu lugar. Recuérdalo.
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El dragón de Su Majestad de Naomi Novik
Sin duda, ningún hombre crecía con la esperanza de convertirse en aviador, y odiaba tener que pedir a sus oficiales que afrontaran ese destino.
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El dragón de Su Majestad de Naomi Novik
No pudo evitar enorgullecerse por el éxito de la operación y la emoción de volar era extraordinaria. Era completamente feliz siempre y cuando no pensara en el precio que había que pagar por ello.
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El dragón de Su Majestad de Naomi Novik
No lo consideraba ya una criatura de la que se sentía responsable, sino más bien un amigo íntimo, el más apreciado, alguien con cuyo apoyo se podía contar sin vacilación.
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Una educación mortal de Naomi Novik
Se supone que no todos debemos sobrevivir. Hay que alimentar al colegio de algún modo.
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Una educación mortal de Naomi Novik
Aquí todos tenemos que jugarnos la vida, no queda otra. El truco está en averiguar en qué momento vale la pena jugársela.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Siempre me había sentido insignificante, la muchacha que no importaba, la que ninguno de nuestros señores querría jamás; siempre me había sentido como un desastre, despeinada y desgarbada comparada con ella.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Como si la verdad no significase nada sin alguien con quien compartirla
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?