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Una educación mortal de Naomi Novik
Me permito soñar despierta durante cinco minutos al día en los que me coloco frente al orificio de ventilación de la pared, a una distancia prudecni donde también pueda notar la corriente de aire; cierro los ojos y me cubro la cara con las manos.
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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
El dragón podría haberse quedado en China para disfrutar de todos los lujos y privilegios acordes a su rango de Celestial, y sin embargo regresaba a Inglaterra por Laurence y con las esperanzas puestas en mejorar las condiciones de vida de sus hermanos de armas.
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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
No podía arreglárselas sin un guía y le resultaba igualmente difícil continuar adelante con uno en quien no confiaba, pero no se le ocurría un modo de reemplazarle.
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La guerra de la pólvora de Naomi Novik
Te veré privado de cuanto tienes, de tu hogar, de la felicidad y de los objetos hermosos. He de fraguar la ruina de esa nación tuya y el abandono de sus aliados. Voy a verte solo, sin amigos y desgraciado, tal y como yo estoy ahora.
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Una educación mortal de Naomi Novik
Menos mal que has venido a salvarme, nunca habría vencido a un devoralmas yo sola. - Emití un sollozo de lo más falso contra su pecho. ¿Puedes creerte que hizo amago de rodearme con el brazo y darme una palmadita en el hombro? Así de automático le salía el gesto. Le di un codazo en el estómago para apartarlo. Él dejó escapar un ruidito parecido al quejido de un perro, trastabilló y me miró boquiabierto. - No necesito tu ayuda, mosca cojonera - le dije - Aléjate de mí o te arrepentirás. |
El trono de Jade de Naomi Novik
Laurence no se arrepentía ni por un segundo de haber acudido junto a Temerario, pero al hacerlo había desobedecido órdenes directas. Ningún consejo de guerra le declararía inocente.
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El trono de Jade de Naomi Novik
—No dudo de que usted pueda separarnos por la fuerza en su propio país —aceptó Laurence—, pero será usted quien lo haga, no yo. Y él sabrá hasta el final que yo soy tan leal como lo es él mismo.
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El trono de Jade de Naomi Novik
—Si acostumbrarse a nosotros puede hacer que los humanos dejen de tenernos miedo, no entiendo por qué nos tienen encerrados para que ellos sigan asustándose —Dijo Temerario.
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Una educación mortal de Naomi Novik
¡Si no vas a pedírmelo ahora, déjate de historias! Si salimos de aquí con vida y tú te dignas a cruzar el charco para preguntármelo, entonces consideraré la idea; hasta entonces te agradecería que te guardaras tus fantasías Disney para tí.
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El último graduado de Naomi Novik
El abrazo parecía encerrar más magia que la propia magia. Como si fuera capaz de arreglarlo todo.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
En la cabecera del estanque, el nuevo árbol-corazón se entrelazó con el antiguo, en un abrazo que sellaba la herida irregular. Y ambos echaban pequeñas flores blancas, como estrellas.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Yo habría pagado con gusto una docena de copas de plata por oír otra voz mortal, a cambio de la posibilidad de creer que no todo el mundo había muerto.
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Lo miré fijamente, a las finas líneas que partían de las comisuras de sus ojos, día tras día dedicados a unos libros polvorientos, sin amar nada más (...)
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
—¡No quiero más sensatez! —dije a voces, como un azote en el silencio de la sala—. No si la «sensatez» significa que no querré a nadie. ¿Qué hay, aparte de la gente, a lo que merezca la pena aferrarse?
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Un cuento oscuro de Naomi Novik
Sois demasiado joven para ser tan fuerte, ése es el problema; no os habéis desprendido de la gente. Cuando hayáis visto partir a un siglo de los vuestros, entonces seréis más sensata.
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Gregorio Samsa es un ...