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Críticas sobre Mi madre es un río (14)
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Tontoelquenolea
 02 December 2023
A veces nos lanzamos a una historia con ideas preconcebidas y resulta que no es lo que parecía, o lo que esperábamos; las altas expectativas, las buenas opiniones, las corrientes que surgen a veces en torno a un libro determinado… Y no es culpa del libro, ni de quienes hablan de él, seguramente tampoco de quien lo lee, es solo que a veces unas historias transmiten más que otras, consiguen que conectes más o menos, o te resultan más o menos intensas.

En mi caso, con “Mi madre es un río”, de Donatella di Pietrantonio, no puedo decir que fueran las expectativas, pues no las tenía, pero sí que esperaba sentir cierta emoción por lo que había leído sobre ella; por el contrario lo que he experimentado leyéndolo ha sido una suerte de hastío, de desinterés, podríamos decir quizá también de aburrimiento.

Buscaba una lectura conmovedora y lo que he encontrado, a mi parecer, es un relato plano, lleno de lugares comunes, inconexo, libre de sentimentalismos llegando incluso a la ausencia de emoción en algún momento. Quizá la intención de la autora de dotar a la protagonista de una personalidad más bien fría haya hecho que yo me haya enfriado del todo; he entendido lo que quería transmitir, he empatizado con la protagonista y con su forma de ser, y las causas de que sea así, he comprendido sus tribulaciones… pero no he conectado con ella, no la he sentido, no me ha conmovido.

Una narración sencilla, monótona, tendente al intimismo, con intención de ser sentimental (que no sentimentaloide) que me ha parecido querer ser algo que no es. Un costumbrismo cuya función no he entendido del todo bien, que me ha parecido desconectado de la trama principal y que por ende me hacía desconectar a mí de la misma.

Si hay algo que le concedo es que da visibilidad a cierta enfermedad y, sobre todo, a las personas que se encargan de cuidar a sus familiares, a lo que supone realizar un trabajo para el que no se está preparado, a lo que afecta a su salud mental, a su vida diaria, a su relación con el enfermo y con el resto de personas que la rodean.

Un texto cuya intención he captado pero cuya ejecución no ha sido lo que yo esperaba.
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sinoloveo_nololeo
 05 October 2023
Esta es la historia de Esperia Viola, nacida en 1942, en las laderas de la región de Abruzzo, justo en la frontera entre los municipios de Colledara y Tossicia, concretamente en la "última casa antes de las montañas”. de aquella mujer fuerte en cuerpo y espíritu, hija de campesinos que la educaron en el esfuerzo y el trabajo, poco queda: Esperia tiene una enfermedad despiadada, atroz, llamada “atrofia cerebral”, una patología que hace que este órgano se seque y se encoja.

A medida que la enfermedad le va arrebatando su identidad, y como si se tratase de un diario para retrasar el avance del proceso, su hija le (nos) va contando la historia de su vida. El relato de los acontecimientos pasados, intercalados con escenas de la vida cotidiana de una ya anciana Esperia, se convierte también en un pretexto para investigar y reflexionar sobre la difícil relación entre una madre poco propensa a la ternura y al contacto, siempre demasiado ocupada con las tareas del hogar y la tierra, y su hija, que trata de exorcizar ese dolor por la ausencia, reprochar ciertas decisiones, pero, sobre todo, perdonar.

Mi madre es un río” (@duomoediciones) es la historia de dos vidas que se entrelazan, se persiguen entre recuerdos y tradiciones, que se redescubren animadas por el deseo de escucharse pero que, incluso ante la enfermedad y el declive, nunca logran unirse del todo.

Me ha parecido un libro maravilloso y tremendamente conmovedor que, más allá de la historia madre-hija, combina los acontecimientos personales con la historia coral de una Italia rural y sus costumbres. Y destacar, por supuesto, cómo la autora (como ya hizo en “La retornada”) pone de relieve, una vez más, otra cara de la maternidad, una muy alejada de la idílica y la perfección.
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islamilpalabras
 06 December 2023
La narradora, y protagonista junto con su madre, es una mujer madura que se enfrenta a la pérdida progresiva de memoria debido a una atrofia cerebral de la que ella, la madre, es consciente, y pide a su hija que le cuente cosas de su vida. Eso hará su hija, visita a visita, día a día, va a ir recordándole a su madre todo lo que ella vivió y lo que le fue contado por ella y por otros familiares, a la vez irá tirando de recuerdos propios haciendo un montaje en el que da los pormenores de una vida complicada, Esperia Viola, Esperina, es el nombre de su madre, el padre de Esperina andaba de aquí para allá en la guerra y en cada fogoso permiso militar iba plantando sus semillas mientras iba buscando nombres especiales para cada una de sus hijas, algo que la madre acataba sin dudar, algo normal en la Italia rural de los años cuarenta, en los Abruzos.
Le cuenta cómo fue su infancia, lo que ha sido de cada una de sus hermanas y su relación con los abuelos, va tapando grietas en su memoria, rellenando los huecos y aportando a su vez sus vivencias como niña, su soledad, el anhelo de esa madre ausente que vivía para trabajar la tierra, para sacar su fruto, mientras al fruto de su vientre lo iba alejando, la relatora va desgranando su sentimiento de soledad, su rencor velado, sus sentimientos.
Aquí es donde yo he tenido más problema, al principio es bastante complicado discernir quién es quién, por ese relato en segunda persona, ya que cuenta la historia de su madre y a la vez, va desgranando sus sentimientos y vivencias, algo que resulta confuso, también tengo que decir que conforme vas avanzando en su lectura vas notándolo menos, o al menos se hace menos molesto y más comprensible.
La prosa con la que juega la autora es bella, en momentos casi lírica, intensa, el problema es que no me ha llegado, la he leído bien, me ha gustado, pero no he sentido nada, no me ha conmovido, ha pasado por mí y yo por la lectura, pero no me ha hecho vibrar.
Es en resumen una novela intimista, familiar llena de recuerdos comunes, de un pasado que he compartido en muchas cosas del estilo de vida, que va de menos a más, aportando en su última parte la parte más bella en cuanto a escritura, pero que en cuanto a la relación establecida con su madre, y la forma en la que está escrita ha pasado por mí sin dejar poso, aunque sí que me ha hecho reflexionar.
Enlace: https://laisladelasmilpalabr..
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alpolorenedo
 23 November 2023
La reseña de hoy abre las opiniones que vamos a ir mostrando los participantes de una nueva lectura conjunta organizada por el blog, Libros que hay que leer de Laky, y por Duomo ediciones, a los cuales se lo agradezco.

Se trata de "Mi madre es un río" de la autora italiana Donatella di Pietrantonio, la cual tiene otros trabajos publicados también con Duomo Editorial que han tenido bastante visibilidad como son "Las hermanas de Borgo Sud" y "La retornada".





Como podemos observar , en esta ocasión se sigue la línea intimista que ya presentan desde sus portadas.
En el caso de "Mi madre es un río" descubrimos nada más empezar que la coprotagonista es la narradora, en primera persona, y digo coprotagonista porque la historia nos deja la relación entre una madre y una hija, un vínculo irrompible pero nada fácil de llevar por 2 motivos, el primero vislumbra un pasado en el que según la hija, Esperina (así se llama la madre) no se vinculó demasiado en su rol de madre. el segundo motivo es que Esperina tiene una enfermedad, Alzheimer, y cada día precisa más atención y sobre todo comprensión por parte de la familia, sobre todo de su hija.

La mayor peculiaridad del libro es la narración la cual me ha parecido muy complicada, ésta se convierte en una especie de soliloquio de la hija. A través de estos pensamientos muestra la vida de su madre para así dar luz a una mente opaca, también introduce sus propias reflexiones en cuanto a la relación de ellas 2, y en medio de todo ello aparecen numerosos personajes que suelen ser los familiares que han marcado las vidas de ambas.

Esta peculiar forma narrativa hace que sea bastante complicado discernir cuando se muestra una u otra, incluso también identificar a un gran elenco de personajes y nombres que entran y salen de forma confusa. Esta especie de caos narrativo me ha llevado a pensar que la autora quería reflejar esa confusión de Esperina, pero a mí particularmente me ha sacado de la historia.

La trama se nutre de la relación difícil entre madre e hija, y explora hasta donde llegaríamos por nuestra consanguineidad cuando nuestro corazón dicta otra cosa. Esa rebelión contra la enfermedad la cual no siempre es aceptada como algo no achacable al propio enfermo.

También se adentra en el sentimiento de culpabilidad del cuidador por quizás no hacerlo todo lo bien o con todo el agrado que se supondría, pero es que no todos hemos nacido para ser héroes.
CONCLUSIÓN :

En definitiva, yo no he podido disfrutar de esta lectura, culpo al estilo elegido para exponer la trama, una narración confusa y repetitiva en el inicio que me ha sacado de la historia y no me ha resultado fluida.

Una trama intimista que nos aporta mucho sentimiento y una de esas historias tristes y nada cómodas de leer.

Un buen trabajo de traducción con un rico vocabulario para un texto no precisamente fácil por ese desorden narrativo.

Me quedo con la la distancia de las generaciones expuestas en el libro y su necesidad de encontrarse.

En esta ocasión a pesar de no recomendar el libro, creo que puedes darle una oportunidad ya que apuesto a que es de esos libros que su lectura te puede resultar todo lo contrario y que tu opinión sea totalmente opuesta a la mía.

Yo hubiese titulado el libro, "Mi madre es un árbol", al hilo de esta maravillosa frase incluida en el mismo.

Enlace: https://familialectorade4.bl..
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JuanjoAranda
 08 November 2023
¿Alguna vez has ido de pesca? Si te digo la verdad, yo no. Pero cuando era pequeño mi abuela y yo íbamos de vez en cuando a pasear al río que pasaba al lado de casa, así que en mi infatigable imaginación yo me iba con la abuela de pesca. Cogía mi cesta de esparto con el culo roto, mi vara de almendro a modo de caña y en el mejor de los casos una cáscara de naranja de cebo. Y allá que íbamos, en pos de grandes peces míticos que ningún explorador hubiera encontrado hasta entonces. Mientras mi abuela se sentaba en una piedra yo soñaba con pescar una anchoa legendaria, un arenque ahumado de cabeza plana, un atún ya metido en su lata y todo y hasta el mismísimo kappa si se ponía por delante. Nada. Lo único que acababa pescando eran ranas. Tarde tras tarde yo seguía en mi empeño. Lenguados de lengua corta, salmonetes con salmonella, rosadas amarillas… y al final, la realidad me regalaba un par de ranas más que soltaba al final de la tarde.

Muchos años después, cuando mi abuela ya no me acompañaba al río, cuando la enfermedad hacía que apenas pudiera reconocerme le contaba en el sofá donde tantas veces me dio la merienda esta historia. Yo notaba en sus ojos como se aferraba a mis palabras, comos intentaba pescarlo todo en el río de sus recuerdos… pero al final, solo encontraba ranas.

Así que empecé a contarle su historia, tal y como ella me la había contado a lo largo de su vida. Tengo que decirte que puede que en algún momento la adornara un poco… puede que aquella vez que le conté como me salvó de las vias del tren con su hipervelocidad supersónica o cuando me salvó de caerme de un pino de siete metros estirándose como un chicle para cogerme suavemente de entre las ramas no sean del todo fieles a la realidad, pero lo que me importaba es que supiera que era un superheroína. le contaba su juventud, como conoció a mi abuelo, como esperó a que reunieran el dinero para casarse, como nos crió a mi hermana y a mí. le conté mil veces que fue ella quien me regaló mi primer libro… y por supuesto también le contaba nuestras excursiones al río, de pesca. le dibujaba recuerdos grandes y legendarios como tiburones, ballenas, orcas… aunque sabía que en el mejor de los casos, ella solo podría pescar ranas. Después renacuajos. Después nada.

Así es la memoria. Como el agua de un río. A veces tan turbia y turbulenta que la mayoría de los recuerdos se pierden en el fango del fondo. A veces tan clara y cristalina que aun puedo ver como si fuera ayer aquellas excursiones al río.

Lo que sí quería decirte antes de que se me olvide, es que leas este libro. Este es uno de esos libros maravillosos en el que vas rememorando y redescubriendo una historia a la par que sus protagonistas. Una historia de las que se adhieren al alma. Que te va a encantar y que se va a quedar por mucho tiempo en tu memoria y que si algún día lo olvidas, es de esos libros con los que puedes volver a disfrutar releyendo como si fuera la primera vez. Es mucho mejor que no te lo cuenten. Es mucho mejor que lo leas tú. Ya nos contarás.

https://www.lalibreriaambulante.es/es/libro/mi-madre-es-un-rio_U770030182
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LarepisadeElena
 01 November 2023
Cuando una lectura te envuelve en un
torbellino de emociones y te invita a
reflexionar sobre la trascendencia de tener
una relación materno-filial plena, te das
cuenta de que no hay nada más valioso en la
vida que eso.
La autora, con una pluma exquisita que roza
lo poético, te conduce a un viaje por los
recuerdos de la infancia marcada por la
carencia de amor de una madre.
Una excelente obra donde cada palabra
fluye como un rio e indaga toda la narrativa
con una fuerza arrebatadora.
La memoria es un trozo de infinito... a veces
se hace visible y grita, pero a veces se
encierra en su silencio !"
Un libro excelente que os invito a leer.
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Laubythesea
 10 October 2023
“Algunos días la enfermedad se come también los sentimientos. Es un cuerpo apático, que emana la ausencia que lo vacía. Ha perdido la capacidad de sentir. Y entonces no sufre, no vive”.
 
Así comienza ‘Mi madre es un río' una novela que es de lectura obligatoria para aquellas personas que como yo disfrutan leyendo mucho sobre relaciones maternofiliales complejas.
 
La narradora, una mujer adulta, combinando el monologo interior y la conversación con su madre, nos adentra en su rutina, marcada por el tiempo que pasa con ella ahora que le han detectado una atrofia cerebral que le está afectado a la memoria.
 
Día a día le cuenta (le recuerda) a su madre su vida, esa que ahora está olvidando, a partir de las historias que le contó y de los recuerdos propios. Así, nos trasladamos hasta la Italia rural de la zona de los Abruzos en las décadas de los 40-50's, donde iremos dibujando un árbol genealógico de esa familia, un diario cotidiano que enamora a quienes amamos lo costumbrista y los dramas familiares.
 
Este trabajo de rescatar la memoria se alterna con pequeñas escenas del presente, donde la enfermedad de la madre avanza día a día. La mujer que conocían va desapareciendo y es cada vez más dependiente. Esto genera un enorme conflicto en la hija, puesto que la relación entre ambas nunca fue buena.
 
La protagonista tiene heridas abiertas desde la infancia, un vacío de cariño materno que nunca se llenará, un abismo entre ambas que nunca consiguieron salvar. ¿Y ahora debe detener su vida para cuidar de quién no estuvo ahí para ella?
 
Una novela cruda, donde nos sumergimos sin filtros en la lucha de la protagonista, en su dolor interno, en su rabia… y también en su culpa. Porque a pesar del rechazo que siente hacia su madre, la justifica. A pesar de no perdonarla, la entiende. Su madre pertenece a esa generación que solo tuvo tiempo para trabajar, para sacar a la familia adelante, aunque eso significara su ausencia. Una madre demasiado cansada para dar cariño pero que ofrecía su amor de otra forma. Y eso a veces no es suficiente.
 
Imposible no detenerse en la belleza de la prosa de Donatella di Pietrantonio. ¡Pasaría horas releyendo algunos de los pasajes! Magistralmente combina escenas duras con frases que se sienten como una caricia (desliza las imágenes para ver algunas de ellas)
 
Una novela melancólica que aborda sin miedos la complejidad emocional de las personas y una oda al valor de los cuidados, pero también al duro camino de quien acompaña al enfermo, que se mete en el barro sin miedo y te remueve hasta los huesos. Uno de esos textos con la capacidad de dejarte tocado varios días.
 
¿Recomiendo? ¡MUCHO!
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librosxdoquier
 09 January 2024


La cuestión es que hoy me paso para hablaros de una lectura conjunta que he podido hacer gracias al blog de “Libros que hay que leer” se trata de «Mi madre es un río» de Donatella di Pietrantonio editado por Duomo. ¡Gracias por la oportunidad!

Nos encontramos ante una historia dura y cruel como lo es la temida enfermedad que acecha a muchos de nuestros mayores donde cada vez es más complicado y difícil acordarse de lo que hemos vivido, sentido o simplemente recordar a nuestros seres queridos. La protagonista de esta historia empieza con los primeros síntomas que le van arrebatando la memoria y solo su hija será capaz de dar luz en ese camino que cada vez se vuelve más oscuro y tenebroso.

Me ha costado mucho ordenar mis ideas y sentimientos acerca de esta novela porque no es que no me haya gustado lo que pasa es que no he conectado con ella. Para ser un tema tan delicado me he quedado algo fría y muy distante de los personajes, no he conseguido empatizar con ellos y tampoco tener ningún tipo de sentimiento, los he notado poco cercanos.

Pero lo que es justo resaltar es la prosa de la autora, una historia que va cambiando de voz narrativa y de ritmo, introduciendo de forma sutil una historia dura con pasajes perfectamente narrados que seguro hace las delicias del lector. Una forma de contar preciosa, digno de reconocer.

Uno de los temas centrales es la relación madre e hija, una relación compleja en la que queda patente las dificultades de la maternidad, donde se demuestra que la maternidad no es perfecta, que no todo el mundo sabe asumir su rol y que la carencia de cariño en las primeras etapas y durante la niñez crea una situación de desapego que se acentúa con el paso del tiempo.

En definitiva, «Mi madre es un río» es una historia intensa, triste y abrumadora con la que no he llegado a conectar, pero no por eso tenéis que dejar de acercaros a esta historia porque como siempre digo cada libro tiene una visión distinta depende de las gafas de cada lector.
Enlace: https://www.librospordoquier..
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carlotenia
 12 December 2023
No es esta una novela fácil de reseñar. No es una novela típica, la narración tampoco lo es. Como ya os he dicho, es para salir de nuestra zona de confort, pero a mí todas las novelas de la autora me han calado muy hondo y por eso la sigo leyendo.

Es esta la historia de una madre y una hija, pero también de una familia, desde sus orígenes hasta la actualidad, con las cosas buenas y las cosas malas, con desgracias, desventuras, fracasos y pérdidas, pero también con alumbramientos, momentos de felicidad, tesón y superación. Vamos a acompañar a una madre y a una hija en el relato de la vida de ambas. La madre presenta los primeros signos de la enfermedad más cruel del mundo, no se especifica si es alzheimer o demencia, pero olvida cosas a menudo, por ejemplo empieza a guisar y a medio camino se olvida de lo que está haciendo, cuando llega la hija se encuentra la comida aún cruda en la olla, también deja cosas olvidadas en la nevera, y no recuerda mucho de su pasado, a veces hay momentos de luz en los que pregunta a su hija sobre personas y ella pacientemente le va explicando, otras veces su mente se ha ido y no sabe de lo que le habla su hija. Esta es la reconstrucción de la historia de ambas, una historia de amor y desamor por parte de ambas, donde las dos quieren llegar a sentir por la otra lo que deberían sentir como madre e hija, pero es complicado. La hija por resentimiento y la madre porque es ahora cuando lo necesita y quizás llega tarde, y los lectores asistiremos a este vaivén de sentimientos por parte de ambas lo que nos hará sentir la soledad de una, los remordimientos de la otra, las heridas en el alma, empatía por la madre en muchas ocasiones y empatía por la hija en otras menos, por lo menos por mi parte.

Y por qué este resquemor de la hija hacia la madre? Porque siente que no le dio cariño de pequeña. No sé, no he entendido estos pensamientos tan negativos de la hija hacia su madre, esos reproches, a veces velados, a veces más directos mientras le está contando las cosas de su familia para ver si su madre recuerda. Me ha precido muy duro. Hay algún párrafo en el que habla de que la madre apoya su cabeza en su hombro y se siente incómoda, o que le agarra el brazo y tiene la tentación de retirarlo... Me ha dado mucha lástima, también por la enfermedad pero principalmente porque es tu madre y creo que esta hija es un poco egoísta. Cierto que Esperina, la madre, se crió en una familia pobre, donde la madre trabajaba como una burra para sacar a su prole hacia adelante y el padre tuvo que marchar a la guerra, cuando venía en los permisos dejaba a la madre embaraza y se volvía, fue una familia numerosa y por lo que relata la hija, su abuela no tenía problema en dejar que sus hijos se las arreglaran solos; no es que tuviera un hijo favorito y a otros les diera de lado, es que la pobre mujer no podía con su alma porque estaba reventada de trabajar, incluso embarazada. Es normal que no pudiera estar 100% con los hijos, esto es lo normal que pasa en pueblos con muchos hijos, en familias pobres que tienen que estar todo el día en el campo, al final los niños se buscan la vida, el mayor empieza a hacer de padre o madre de los más pequeños, se cuidan entre todo y chimpún. En su relato, esta hija tampoco cuenta que su hermanos se sintieran también "no queridos" por su abuela. Pero para el abuelo no hay ningún reproche, cuando era el que estaba más ausente y cuando volvía tampoco les hacía ni caso... Y todo esto es lo que quizás ha mamado Esperina, esta mujer que ahora está perdiendo la cabeza, pienso que ella también llevaba inculcado eso de no estar pendiente de su hija al 100% y dejarla más a lo suyo, como le pasó a ella con su madre. Todo esto ha hecho que le coja un poco de tirra a la hija. También quizás es porque soy madre y ahora es cuando me he dado cuenta de los sacrificios que hay que hacer por un hijo y los que ha hecho mi madre (y mi padre) por nosotras, mi padre viene de una familia de 8 hermanos y he oído tanto que entre todos se buscaban la vida, que demasiado que los padres les tenían un plato en la mesa, que la hija me ha parecido muy desagradecida. Porque además hay escenas en las que nos cuenta momentos bonitos y de amor con su madre, como cuando dormía con ella y le acariciaba el cabello y así se quedaba durmiendo... No sé, no he entendido tanto dolor... Es cierto que ella al ser hija única quizás era más fácil de atender y demandaba más porque no tenía hermanos con los que jugar, pero al final a su manera su madre la ha querido y cuidado y ahora le toca a ella hacer lo mismo, y lo está haciendo, a su manera también, pero como obligada... Por una parte la eniendo y por otra no y por eso con este personaje me he quedado un poco fría.

Hay escenas crudas y crueles como he dicho, como cuando la hermana de Esperina se quema toda la cara con una ebullición de la mezcla de sosa caústica para hacer jabón y se queda desfiguarada. Esperina, esta madre de nuestra historia, nunca más volvió a hacer jabón, a partir de ese momento siempre se lo traían las vecinas. Me ha dado mucha angustia y dolor esta escena y otras de este tipo.

Esta novela está ambientada en la zona de los Abruzos, en la Italia más rural, concretamente en Colledara, lugar donde también se enclavan las siguientes novelas de la autora que os dejo más adelante. La autora tiene la magia de describir de forma que se te clave dentro, que puedas imaginarte más allá del paisaje, más allá de la tierra, te transmite no sólo lo dura que era esa tierra, sino lo pobres que eran las gentes que cultivaban esas tierras, como los animales morían, como las casas tenían lo justo, sólo con la que te va contando acerca del lugar.

En cuanto a la prosa de la autora, no se puede decir otra cosa que impecable. Es una prosa maravillosa, que por ahora sólo la he encontrado en esta escritora, escribe tan bonito que parece narrativa y poesía a la vez, todo muy lírico, aunque cuente cosas desagradables lo hace con un gusto exquisito. Por eso repito una y otra vez con ella. Despierta sentimientos, te deja un hueco en el alma que te lo rellena al siguiente párrafo, porque va dando una de cal y una de arena, te destroza y al segundo siguiente te saca una sonrisa.

Y sigo hablando de la narración, y es que al igual que digo una cosa, digo la otra. La autora se tira un órdago haciendo una narración en primera persona, que es la de la hija, como un monólogo que se supone que tiene que escuchar la madre y por ende, leer los lectores. Pero repentinamente, introduce la segunda persona, y ahí el lector choca porque es una persona narradora que no esperas y que es complicada, tanto de escribir como de leer. Hay un momento en el que no sabes quién está hablando porque además la hija introduce sus propios pensamientos a la vez en presente, y también cosas que le ocurren, olvidos y despistes, a su madre, en presente, y el lector se pierde mogollón. Tienes que estar super atento y aún así cuesta. A todo esto hay que sumarle una amalgama de personajes, algunos más principales y otros de pasada, que lo complican todo aún más. Cuesta saber cuando se habla de los abuelos, de los padres, de la hija.... Esto es algo que hemos comentado todos los participantes de la lectura conjunta. Nos ha pasado a todos, así que avisados estáis. No hubiera estado de más introducir en las primeras páginas el árbol genealógico de esta familia para no perdernos tanto, creo que nos hubiera quedado mucho más claro así. Ojo, que no es una mala novela, que la recomiendo, y que todo lo bueno que he dicho hasta ahora no puede verse empañado por eso, pero es cierto que es una novela difícil para el lector. También hay que tener en cuenta que esta es la primera novela de la autora, de 2011 aunque ahora la haya editado Duomo. Donatella se la juega y le sale regular, pero para ser su primera novela me parece brutal. Después en las siguientes cambia el modo de narración y genial.

Para acabar, también se trata el tema de la "culpa del cuidador", ese hastío que tenemos a veces quienes cuidamos a personas que tienen este tipo de enfermedad, es problema por tener abandonada a la otra parte de la familia (si cuidas a tus hijos, dejas más de lado a tus padres, y si cuidas a tus padres, no estás pasando suficiente tiempo con tus hijos). Además el hastío, perfectamente entendible que tiene el cuidador, cuando se producen reacciones, malos gestos, malos modos, reproches, de estas personas. A veces se nos olvida que están enfermos y se nos escapa un grito, y luego volvemos a tener esa losa de la culpa encima. Es lo que le pasa a la hija a veces durante esta narración. Es una pez que se muerde la cola y es imposible de quitarse de encima. A eso hay que sumarle ese temor intrínseco que podemos tener las personas hijas o hijos de estos enfermos, si no acabaremos nosotros igual, si no será hereditario, nos vemos reflejados en ellos, pensamos que ese es nuestro futuro y que estamos desperdiciando tiempos, momentos y vida, ahora que todavía nuestra mente está al 100%.

En definitiva, una novela que pese a ser un poco liosa en la narración te llegará muy dentro. Hay reseñas que dicen que no les ha tocado mucho, que no les ha despertado empatía. Supongo que vendrá de las circunstancias y el momento personal de cada uno. A mí desde luego sí me ha despertado muchos sentimientos, algunos desagradables, otros de un nudo en la garganta, de emoción... Tendréis que leerla y valorar cada uno la lectura.
Enlace: https://losauguriosdelaluna...
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Margari73
 12 December 2023
Me ha costado escribir esta reseña. Sobre todo porque mis sentimientos con esta novela han ido cambiando a lo largo de la lectura. Por momentos la disfrutaba, por momentos me alejaba de ella.

Y es que la historia es de las que conmueven, de las que trastocan. Una hija, ya adulta, acompaña a su madre durante su dolorosa enfermedad. Una enfermedad muy parecida al Alzheimer, que se lleva tus recuerdos, que te arrebata tu identidad. Y la hija lucha para que su madre no olvide, contándole su historia, desde su infancia hasta ahora. Una vida marcada por la dura vida del campo. Una vida marcada por el duro trabajo, que apenas dejaba tiempo para mostrar ternura, afecto, amor... Pero el amor estaba ahí, aunque ningún gesto lo mostrara. Y eso es algo que a la hija le duele. Y hace que esa relación sea muy complicada. Por culpa de ese beso que nunca le dio, por culpa de ese abrazo que nunca sintió, por culpa de esas palabras cariñosas siempre ausentes. Y eso se transmite en el modo en que se dirige en ocasiones a su madre. Y podemos comprender en parte por qué lo hace, pero nos cuesta empatizar con ella por esto mismo. Porque es una enfermedad tan cruel que no podemos evitar pensar que, precisamente en ese momento, el reproche está de más.

Lo que no me ha convencido de la lectura es la forma de escribir de la autora. Me ha resultado un estilo demasiado frío, demasiado hosco. Quizás demasiada preocupada por escribir bonito, no ha sabido transmitir emoción. O a lo mejor ha sido esa su intención. No lo sé. Pero no me ha calado esta lectura, no me ha llegado y ha hecho que no haya logrado meterme de lleno en esta novela.
Enlace: https://mislecturasymascosit..
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