Por encima de la lluvia

Al volver en sí y comprender que él ya no regresaría, necesitaba a gritar y romper cosas y arañarse la cara para que el dolor adquiriera densidad de piel debajo de las uñas y escozor en la carne, porque solo así conseguía escapar de su muerte en vida.

Tenía 79 años y habré quien piense que tuvo una vida longeva, pero la vida de aquellos a los que queremos nunca es suficientemente larga. No importa si están enfermos, si sufren; somos egoístas, no queremos dejarlas ir y quedarnos solos, encerrados con sus fotografías, oliendo su ropa, evocando recuerdos y echándolos de menos.

La memoria tiene la carne blanda, pese a todo, y al estrujarla demasiado aparecen los cardenales, los moratones que deja en el alma.

Entre lo dramático y lo patético hay una línea muy fina. Y creo que usted la cruzó hace tiempo.

Si alejas el futuro no te queda más remedio que ceñirte al presente.

Y digo yo, quien coño quiere vivir para siempre? Sólo alguien que no tiene idea de lo que es la vida

El mundo no podía cambiarse, y él tampoco comprendía todo lo que significaba la vida. Solo que pasaba deprisa, que se iba… Que algunos apretaban fuertemente los ojos y se tapaban los oídos para no escuchar su llamada, que otros sufrían y no se quejaban y tiraban de sus existencias sin mirar atrás, y que unos pocos aprendían a tiempo a vivirla.

"Los años sólo se habían ido cayendo del calendario, pero la esencia de los días era idéntica."

"A veces el corazón conoce lo que el ojo niega."

"La vida no es mucho si no se ha vivido."

"Los recuerdos eran como las termitas, agujereaban el presente y lo enfermaban."



Y una de mis favoritas:



"Quizá algunas personas cumplen sus sueños. Hay quién quiere ser pájaro y nace con alas."

¿Realmente podemos separarnos de lo que nos atrapa?

Ya no existe la inmortalidad. Todo dura un segundo; una exclamación y se pasa a otra cosa. Soy de otro tiempo, lady. Cuando los sueños se construían muy despacio y uno no se desesperaba al verlos caer. Simplemente recomponía los pedazos y volvía a empezar con una paciencia infinita. No los cambiaba por otros sin más.