Eso debía de ser la felicidad: charlar de tonterías agradables.
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Eso debía de ser la felicidad: charlar de tonterías agradables.
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Aprovecha la vida, Chuch. Mientras tengas sueños en el corazón, procura conservarlos.
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Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores: los otros, porque no veo pecado alguno en que mi corazón de quince años estuviese enamorado de esa forma placentera y también dolorosa incluso.
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Ni siquiera se volvió para despedirse. Mis ojos la acompañaron y hasta la punta de mi corazón le ofrecía una seña. Es increíble lo mucho que se parecen todas las mujeres.
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Con su indiferencia, parecía desconocer todo el amor que me consumía.
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Era la cosa más absurda del mundo, pero mi corazón daba saltos de seiscientos metros de amor. Quería mirar bien dentro de sus ojos y me faltaba el valor.
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—Puedes estar tranquilo. No voy a llorar. Tú, al marcharte, vas a dejar un agujero mayor en mi corazón y desde ahí voy a desearte todo lo más bonito para tu vida.
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Lancé un suspiro casi eterno y murmuré: —Acabas de demostrar una cosa: los seres animales son mucho mejores que los seres humanos. |
No debemos culpar al destino de las cosas y los seres. Voy a echarte mucho de menos y tendré que sustituirte por la belleza de la vida, porque precisamente la belleza va a intentar colmar una laguna: una cosa sencilla llamada ternura, la ternura de tu corazón de niño. Eso nadie lo encuentra ni en la belleza de las estrellas ni en el brillo de la luz. Toda esa belleza va a mitigar poco a poco y calmar en la nostalgia de mi alma la falta que sentiré de tu ternura.
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—¿Y nuestros sueños? —Estarán separados de ahora en adelante. Tus sueños serán solo tuyos y yo empezaré también a tener los míos solo. |
1. Caperucita ....................