Él comenzaría a recuperarla y ella a experimentar nuevamente el amor. La cobardía los había abandonado y aquella terrible sensación de temor a perderse se esfumaba para dejarlos hundidos en la plenitud de saber que estaban vivos.
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Él comenzaría a recuperarla y ella a experimentar nuevamente el amor. La cobardía los había abandonado y aquella terrible sensación de temor a perderse se esfumaba para dejarlos hundidos en la plenitud de saber que estaban vivos.
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No me sueltes nunca más, bramaba Clara por dentro. No te soltaré jamás, se convencía Simón.
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Y así, como por arte de magia, volvía a renacer. Porque el vacío es un regalo, que, finalmente, hace nacer nuestros más intensos deseos.
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Caminó de un lado a otro en ese diminuto espacio que, contradictoriamente, no era de acabarse jamás. Comenzaba a ahogarse porque, desde donde se encontraba, nada le resultaba familiar.
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Resistieron abrazados en el suelo. Inmóviles, sin emitir sonido. Simplemente refugiándose entre el calor de sus cuerpos y en el resoplido intermitente de los dos.
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No comprendía que era real y qué era estar bajo los efectos del alcohol, pero esa extraña sensación de palpar la libertad le fascinaba.
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¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?