El gurja y el Señor de los Martes

Para seguir con recomendaciones de lecturas para ser un poquito más felices hoy les traigo una divertidísima novela que acaba de publicar Duermevela. Una editorial en la que confío completamente ya que hasta ahora todo lo que han publicado me ha encantado (y sí, cuando digo todo es realmente su catálogo al completo). Y su incursión con el humor no ha sido menos. Por eso les quiero hablar de El gurja y el Señor de los Martes, de Saad Z. Hossain. Una novela corta hilarante en la que acompañaremos a un poderoso djinn que luego de milenios dormido despierta con una misión: hacerse con el control de la ciudad más cercana, pero sin sospechar lo mucho que habrá cambiado el mundo en su larga ausencia.

«Melek Ahmar, el Señor de Marte, el Rey Rojo, el Señor de los Martes, el Más Augusto Rajá de los Djinn, tas milenios dormido, despertó una vez más por capricho del agua y la piedra y se encontró los ojos cubiertos de arenilla. Y la boca también. Escupió polvo y le dieron arcadas».

La novela nos cuenta la historia de Melek Ahmar, uno de los siete Señores Djinn que tras milenios dormido despierta para descubrir que durante su prolongado sueño el mundo se ha transformado completamente. Luego de un desastre climático a nivel global las personas se han visto obligadas a vivir en ciudades compactas, en las que gracias a la nanotecnología se crean microclimas en los que los humanos pueden respirar. Fuera de allí, el aire está envenenado con nanotecnología dañina y ningún ser vivo puede sobrevivir por mucho tiempo.

Entre las urbes que se establecen en ese futuro la que más destaca es Katmandú, una ciudad utópica gobernada por Karma, una IA todopoderosa que se encarga de manejar todos y cada uno de los aspectos de la vida de sus ciudadanos. Desde el control de su salud, establecer sus trabajos, o llevar la cuenta de los intercambios que se realizan entre las personas. Porque en ese futuro utópico el dinero ya no existe, y es Karma quien se encarga de otorgar puntos karma por cada acto que realicen los humanos. Y ya que es una inteligencia artificial que no tiene conciencia es siempre justa en el valor que asigna a cada acto. Luego esos puntos pueden ser intercambiados por bienes o servicios.

«Karma lo cogió todo: el dinero, los terrenos, las empresas, las acciones, los bonos, los vehículos, la comida, hasta la famosa receta de momo de la abuela. Y lo único que entregó a cambio fueron puntos. Puntos por servicios, puntos por buenas obras, puntos por derechos de autor, puntos otorgados por algoritmos que se adentraban en el futuro, premoniciones matemáticas que dejaban al Oráculo de Delfos a la altura del betún».

Así que cuando Melek Ahmar descubre la existencia de Katmandú tienen claro cuál debe ser su próximo paso y su misión: conquistar la ciudad y derrotar a Karma con el fin de hacerse con el control completo de la urbe. Para ello contará con la inestimable ayuda de un Gurung, un antiguo soldado gurja adicto a los pistachos y también con ReGi, una djinn adolescente a la que le gusta el k-pop y que vive en el corazón de la ciudad, en un lugar llamado el Jardín de los Sueños. Desde allí opera un negocio tan próspero como turbio que es mejor que descubran al leer.

Aunque nada será fácil, no es solo que los habitantes de Katmandú no tengan muchas (por no decir ningunas) ganas de iniciar una revolución, sino que incluso el gurja que ayuda al Señor de los Martes tienen sus propias razones para querer destruir la ciudad. Ya que pronto descubriremos que la próspera metrópolis esconde secretos y que incluso las utopías y las IAs que en teoría son justas, pueden tener un lado muy oscuro.

«¿Y dónde están los djinn? ¿Hemos cedido el planeta por completo? ¿Se ha visto superada nuestra magia por la tecnología humana? Impensable».

Djinn, magia, IAs, tecnología, deseos, mitología, puntos de karma, venganza… El gurja y el Señor de los Martes, de Saad Z. Hossain es una sátira que además de hacernos reír continuamente nos hará reflexionar. Que nos hace soñar con una ciudad utópica en un futuro que no parece tan lejano, solo para enseñarnos el precio que habría que pagar por todo ese bienestar propiciado por los algoritmos y su versión de la justicia. Con un elenco de personajes a los que es divertidísimo acompañar porque son únicos. Si están buscando una novela que mezcle fantasía y ciencia ficción de una manera muy particular le tienen que dar una oportunidad. No se arrepentirán de acompañar al Señor de los Martes con sus ambiciosos planes de dominación mundial.

¿Han leído El gurja y el Señor de los Martes? ¿Les llama la atención?
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¿Alguien ha dicho novelas divertidas pero profundas? Porque «El gurja y el Señor de los Martes» es precisamente ese tipo de novela. No llega ni a 200 páginas y aun así es capaz de contar una aventura divertidísima y cargada de contenido social que termina por hacerte pensar sobre un tema MUY actual: el de las Inteligencias Artificiales.

Pero no, esta no es una novela tecnófoba. al contrario, es una novela de una gran profundidad sociopolítica que más bien expone cómo sería un tipo de sociedad postapocalíptica en el que unos pocos han podido salvarse en grandes urbes aisladas gracias a la nanotecnología (que, por otro lado, es también lo que contamina el mundo exterior). Y, es más, y aquí está el meollo de la cuestión, esta gran urbe está gobernada por Karma, una Inteligencia Artificial que se supone que es justa y completamente objetiva, que no se deja llevar por los anhelos humanos.

Siempre hay «peros» en este tipo de historias. No voy a ser yo la que os los despedacen, es mejor que lo leáis y saquéis vuestras propias conclusiones, porque esta es una novela que vale la pena leer con calma y comentar. Con todo, lanzo dos preguntas: ¿Qué pasa cuando dejamos en las manos de la máquina nuestra supervivencia? ¿Qué esconde la creación de Karma?
Solo voy a decir que cuando el mundo se reduce a números y probabilidades, y cuando se anestesia al ser humano de manera que vive sin perturbaciones ni alegrías ni nada sobre lo que decidir… en ese momento, si llegase un Djinn a armar caos, esta aparente calma (empujada realmente por la inercia) se iría al garete.

Lo que más me ha gustado de todo ello es el toque de humor ácido que lo impregna. La pluma del autor es áspera y certera, pero no quita que sus inadaptados personajes sean en cierto modo entrañables. Me he divertido muchísimo, a pesar de que en alguna ocasión se me hizo un poco más pesada por la cantidad de información. Además, son también interesantísimas las píldoras de mitología y cultura de esta zona del sur de Asia.

No descarto hacer una relectura. Me da la sensación de que es de estas novelas que hace falta leer varias veces para captar todo lo que tiene que ofrecer.

Me ha encantado esta novela sobre un Katmandú hipertecnológico del futuro, en el que las personas viven en una aparentemente utopía. de hecho, en un primer momento, me ha parecido que la lógica de Karma (la IA que gobierna la ciudad) no tenía fisuras, pero según vas leyendo, te das cuenta de que las cosas no son lo que parecen. Y todo ello contado desde la sátira y el humor. El señor de los Martes es un personaje graciosísimo. Recomiendo mucho su lectura.

En este libro nos encontramos con un tándem al que estoy empezando a pillarle el gusto: ciencia ficción y fantasía. En este caso la mezcla se obtiene al introducir los djinn clásicos en una ciudad controlada por una IA que garantiza que todos los humanos tengan las necesidades básicas cubiertas y que premia con puntos Karma a los individuos que realizan acciones útiles para mantener el sistema en funcionamiento.

Teniendo como telón de fondo una utopía que, como no podía ser de otro modo, resulta no ser perfecta, nos adentramos en una novela breve pero bien estructurada que esconde mensajes muy potentes tales como qué es la felicidad, el papel de la sociedad, la evolución de la tecnología y el impacto de las IAs. Como si de un cuento con moraleja se tratara, aunque con un punto más de complejidad, tanto en la construcción del mundo, como en la profundidad de los personajes.

Divertida, amena, refrescante. Una historia repleta de contrastes en la que los toques de humor -que vienen principalmente a través de la visión que los djinn tienen de la humanidad, así como de la interacción entre los protagonistas- equilibra ese lado más serio que sin ninguna duda consigue hacernos reflexionar.

Es sorprendente ver como poco más de 150 páginas pueden dar para tanto, con un mundo tan bien construido que me ha dejado con ganas de vivir más aventuras en él, y unos personajes con los que no me importaría reencontrarme, pues me han deslumbrado con su ironía y su capacidad de llevar a lo ridículo situaciones extremas. Todo ello con un cierre, en mi opinión, perfecto.