Me ha encantado esta novela sobre un Katmandú hipertecnológico del futuro, en el que las personas viven en una aparentemente utopía. de hecho, en un primer momento, me ha parecido que la lógica de Karma (la IA que gobierna la ciudad) no tenía fisuras, pero según vas leyendo, te das cuenta de que las cosas no son lo que parecen. Y todo ello contado desde la sátira y el humor. El señor de los Martes es un personaje graciosísimo. Recomiendo mucho su lectura.
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