El gurja y el Señor de los Martes de Saad Z. Hossain
Lo que la gente no acaba de pillar es que Karma no es un ser consciente. No tiene principios morales. Valida la operación siempre que hay una transacción comercial. A todo le asigna su valor justo, calculándolo con una precisión que es inconcebible para los humanos. No se estafa a nadie, todo tiene su valor intrínseco, pero, en última instancia, lo que determina ese valor es lo que la gente quiere. Mientras no destruyas las funciones de la ciudad, puedes hacer lo que quieras según las reglas de libre comercio.
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