El gurja y el Señor de los Martes de Saad Z. Hossain
Karma lo cogió todo: el dinero, los terrenos, las empresas, las acciones, los bonos, los vehículos, la comida, hasta la famosa receta de momo de la abuela. Y lo único que entregó a cambio fueron puntos. Puntos por servicios, puntos por buenas obras, puntos por derechos de autor, puntos otorgados por algoritmos que se adentraban en el futuro, premoniciones matemáticas que dejaban al Oráculo de Delfos a la altura del betún.
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