“¿No comprende -prosiguió- que sobran hombres para decirme cosas agradables y que lo que necesito es un amigo que no tema espetarme las desagradables cuando me convienen?”
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“¿No comprende -prosiguió- que sobran hombres para decirme cosas agradables y que lo que necesito es un amigo que no tema espetarme las desagradables cuando me convienen?”
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Bajo el oropel de sus oportunidades, vio la pobreza de sus logros.
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“No había calmado su resentimiento pero sí debilitado su voluntad, de modo que se movía en un estado de letargo, como un loco peligroso que ha sido drogado.”
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Esto es típico de Lily: trabaja como una esclava para preparar el terreno y sembrar la semilla, y el día en que tendría que recoger la cosecha se duerme o va a merendar al campo
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—¿Toda la verdad? —rio la señorita Bart—. ¿Qué es la verdad? Cuando se trata de una mujer, la gente siempre cree lo peor. En este caso es mucho más fácil creer la versión de Bertha Dorset que la mía, porque ella es dueña de una mansión y de un palco en la ópera y conviene estar en buenas relaciones con ella.
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¡Ah, era maravilloso ser joven, radiante y esbelta, tener fuerza y elasticidad, líneas proporcionadas y sonrosados colores, y sentirse encumbrada a una cima solitaria por aquella gracia intransferible que es la contrapartida física del genio!
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Pero no sabes ser mala y, a la larga, la mujer mala es la que siempre consigue lo que quiere. |
A una mujer se la invita tanto por su vestuario como por su persona. Los vestidos son el telón de fondo, el marco, por así decirlo; no son causa del éxito pero sí parte de él.
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¿No comprende —prosiguió— que sobran hombres para decirme cosas agradables y que lo que necesito es un amigo que no tema espetarme las desagradables cuando me convienen? |
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises